Durante una conferencia de prensa, el director ejecutivo de Fundación Jubileo, Juan Carlos Núñez y el analista especializado en macroeconomía y presupuestos, René Martínez, presentaron el documento que muestra las tendencias crecientes del endeudamiento público a pesar que el país ya no transita por el periodo de bonanza y se ha profundizado el déficit fiscal, el déficit comercial y la caída de las reservas internacionales.
“En la época de bonanza hubo desaciertos en las políticas públicas que nos llevan a tener algunos problemas que se están profundizando a los que llamamos facturas pendientes que deben ser resueltas”, señaló Martínez.
En su exposición el investigador apuntó al alto nivel de gasto público como el causante del déficit fiscal, lo que ha generado en mayor endeudamiento. Cito que la tendencia al gasto público se mantuvo en crecimiento a pesar de que el país ya no está en un periodo de bonanza y que a pesar que el 2016 se registró un leve descenso, el 2017 volvió a trepar la cifra a 124.539 millones de bolivianos.
El déficit fiscal el 2018 llegó a -8,3% del Producto Interno Bruto (PIB) y se prevé que este año alcance a -7,8%. El 2005 llegó a un superávit de 4,5%, uno de los más altos junto con el 3,2% registrado el 2007.
“El segundo factor es el congelamiento del tipo de cambio (de la moneda) que ha generado un déficit comercial que se ha profundizado en los últimos años, lo cual se ha traducido en más importaciones que exportaciones, y como para importar necesitamos divisas están cayendo las reservas internacionales”, explicó.
Con el tipo de cambio con un boliviano tan preciado, dijo el analista que es más barato comprar productos importados que los nacionales, pues es uno de los desequilibrios que ocasiona el tipo de cambio. “La gente compra productos importados o de contrabando y se genera déficit comercial de varios años que es muy significativo”, dijo.
En cuanto al endeudamiento señaló que a partir del año 2007, cuando Bolivia se benefició con la condonación multilateral para luchar contra la pobreza, la deuda trepó de manera constante de $us 2.208 millones hasta llegar a $us 10.178 millones el 2018.
“Si hablamos de la deuda bilateral con China es el principal mayor acreedor bilateral; ha ido cambiando la composición de la deuda, antes la deuda era multilateral con el BID, el Banco Mundial, lo que ha sido una ventaja porque en diversos periodos de la historia contemporánea nos han condonado cuando llegábamos a cierto nivel (…). Ahora nuestros acreedores son la CAF, los bonos soberanos, la China como principal deuda bilateral y no nos van a condonar”, señaló.
Martínez dijo que, si bien actualmente el país todavía se encuentra en situación macroeconómica “manejable” con una deuda en los umbrales de sostenibilidad, con reservas internacionales relativamente aceptables, si no se resuelven las facturas pendientes podría llevar al país a una situación de inestabilidad económica.
“Estas son las dos facturas pendientes que nos dan indicadores que hay un problema estructural en economía y que nos están llevando a deteriorar los indicadores que nos podrían generar problemas de estabilidad económica a mediano plazo”, manifestó.
Jubileo señaló que todo esto sucede en un contexto especial
de año electoral y en medio de una coyuntura desfavorable para el gas
bolivianos. De hecho, el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) cayó desde
el 2014 de Bs 24.807 millones a Be 9.603 millones el 2018, mientras que las
regalías cayeron en el mismo periodo de Bs 9.035 millones a 3.408 millones de bolivianos.
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