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Nacional Sociedad

La cuarentena por el Covid-19 no frenó el tránsito de la diáspora venezolana por las fronteras

El director del SJM, P. Freddy Quilo SJ, pudo constatar, a través de testimonios, que para una gran parte de la diáspora venezolana, las fronteras del país no se cerraron por la pandemia coronavirus (Covid-19) y muchos continuaron trajinando a pie.
12 de Septiembre, 2020
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Alejandro Bracho Cepeda, Primer Secretario de la Oficina de Venezuela junto a un migrante en oficinas del  Servicio Jesuita a Migrantes de El Alto. Foto: ANF
Alejandro Bracho Cepeda, Primer Secretario de la Oficina de Venezuela junto a un migrante en oficinas del Servicio Jesuita a Migrantes de El Alto. Foto: ANF
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La Paz, 12 de septiembre (ANF).- “Lo que busco es un buen futuro para mi hijo, para mi esposa, tener un trabajo y comprar mi propia casa, para que el día que no esté, mi hijo tenga donde vivir”, expresó José Eduardo Rivas, migrante venezolano de 31 años de edad que salió de su país con su familia hace dos años y medio en busca de un mejor futuro.

Contó que después de salir de Venezuela, junto a esposa e hijo, vivió al menos dos años en Ecuador, país donde pasó necesidades de comida, vivienda y trabajo. “Me humillaron, por no pagar el arriendo (del cuarto) me botaron junto a mi hijo recién nacido, tuvimos que migrar para otro país”, contó. Situaciones similares a esta viven muchos migrantes venezolanos fuera de su país.

José Eduardo se encontraba de pie, junto con otros migrantes, en puertas del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) en la ciudad de El Alto. Esperaba la llegada del Primer Secretario de la Oficina de Venezuela, Alejandro Bracho Cepeda, enviado por el Jefe de Misión y Encargado de Negocios, José Gregorio Cumare, para recibir asesoría legal y regularizar su estadía en Bolivia.

Bracho dijo que Bolivia constituye un país de tránsito para los migrantes venezolanos y estimó que hay alrededor de 10.000 a 12.000 en el país. Indicó que, en los últimos años, al menos siete millones de venezolanos salieron de su país por la crisis política, social y económica.

“Por el tema de la pandemia, con el cierre de fronteras, los migrantes se han tenido que quedar en Bolivia, es un tema delicado para nosotros; además de la crisis que se vive en Venezuela, se suma el tema Covid”, refirió.

El funcionario dijo que muchos de sus connacionales salieron por trabajo, pero no lo han podido encontrar y ahora se dedican a vendedores ambulantes, limpieza de vidrios, entre otras cosas, en el ámbito informal.

La embajada de Venezuela brinda apoyo a sus compatriotas con asesoramiento legal para que regularicen su situación migratoria, y en los próximos días habilitará el Registro Único Consular (RUC), para que, a través de medios virtuales, los venezolanos en Bolivia puedan tener acceso a un certificado de nacionalidad.

Migrantes reciben ayuda del SJM

El director del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), P. Freddy Quilo SJ, pudo constatar, a través de testimonios, que, pese al cierre de las fronteras por la pandemia del nuevo coronavirus, gran parte de la diáspora venezolana pudo atravesar las fronteras a pie.

“Han pasado fronteras de países de manera irregular, esta situación nos permite a nosotros, muchas veces, apoyarlos por única vez”, manifestó Quilo.

Explicó que el SJM ofrece apoyo a migrantes de todos los países, pero en los últimos meses observó a más venezolanos con necesidades. En sus instalaciones en la ciudad de El Alto, apoyaron durante la cuarentena rígida a través de un servicio virtual. Los contactaron por medio del WhatsApp para atenderlos en necesidades básicas como la bioseguridad, alimentación e higiene. Durante los meses de mayo, junio, julio y agosto atendieron en promedio 50 migrantes por día.

Quilo indicó que hace poco el SJM se constituyó en fundación para poder canalizar apoyo a la población de migración forzosa.  Viabilizaron ayuda de particulares y de instituciones de la Compañía de Jesús como los colegios y de la misma Compañía para cumplir su cometido.

Explicó que el tema del consulado apareció fortuitamente al haber muchos venezolanos con la necesidad de comunicarse con su Embajada. Ahora “directamente les pueden informar sobre qué es lo que pueden hacer por ellos, qué es lo que no están haciendo por ellos. Este acercamiento es la segunda vez que se hace y es también por última vez”, explicó Quilo.

Los venezolanos pueden expresar agresividad por falta de cariño

Katty Mamani apoya en el área social en el SJM. Junto a otros compañeros salen a las calles los lunes, miércoles y viernes para repartir sándwiches con café a muchos migrantes que salen a trabajar sin desayunar. 

En su experiencia en las calles, Katty cuenta que pudo observar que la diáspora venezolana tiende a ser violenta y agresiva porque al salir de su país tuvo que enfrentar muchas experiencias amargas en diferentes lugares. “Llegan al país con mucha falta de cariño y necesidades económicas”, indicó. La activista estimó que una familia venezolana necesita ganar al menos Bs 130 al día para poder comer y dormir tranquila, y por eso se dedican al comercio informal y a pedir limosna. 

Desde su experiencia, Gloría Plata, asesora legal del SJM, manifestó que por la cuarentena aumentó la vulnerabilidad y eso obligó a que los migrantes continúen trajinando de forma irregular por las fronteras del país en búsqueda de mejores días para sus vidas. Subrayó que la multa por evadir fronteras asciende a un costo de 350 bolivianos y 28 bolivianos por día.

/ANF/

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    Migrantes venezolanos