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Economía

UMSA recomienda desestimar megarepresas Chepete-Bala y diseñar otras de menor impacto

El investigador especialista en hidrología e hidráulica, Jorge Molina dijo que el proyecto fue tan "certero" que eligió el río Beni, el que mayor carga de sedimentos tiene de la Cuenca Amazónica, y por tanto, el que generará mayor impacto ambiental.
19 de Septiembre, 2019
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Jorge Molina, especialista en hidrología e hidráulica de la UMSA. Foto: ANF
La Paz, 19 septiembre (ANF).- La Comisión de Investigación de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), en su análisis académico y científico al estudio de identificación (EI) del megaproyecto hidroeléctrico Chepete Bala, establece la inviabilidad técnica, económica y ambiental de dicha obra, y recomienda una planificación estratégica a escala de cuenca, que priorice proyectos que minimicen los impactos.

A solicitud de la Mancomunidad de Comunidades Indígenas de los ríos Beni, Tuichi y Quiquibey-Chepete Bala, la UMSA realizó un análisis disciplinar e interdisciplinar a nivel académico y científico del estudio de identificación elaborado por la Consultora Geodata Engineering contratada por la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE).

El especialista en hidrología e hidráulica de la UMSA, Jorge Molina, dijo que este análisis denotó la inviabilidad técnica, económica, ambiental y energética. “Las represas nuevas deberían localizarse de tal forma que el conjunto de proyectos perturbe lo menos posible el transporte de sedimentos”, dijo a tiempo de observar que dicho proyectoi fue “tan certero” que eligió el río Beni, el menos recomendable para hacer represas.

Molina explicó que a pesar el que el río Beni solo ocupa el 1% de la cuenca Amazónica, arrastra el 20% de los sedimentos que se generan en ella, lo cual la hace inviable para pensar en megarepresas, considerando que las hidroeléctricas levantan muros enormes en los ríos que forman de manera artificial lagos.

“Desafortunadamente en los países en desarrollo, la mayoría de las represas han sido y siguen siendo construidas como proyectos individuales, sin analizar los efectos acumulativos de múltiples represas en una cuenca y su red hídrica”, señaló durante el evento de presentación del informe al que se hicieron presentes las comunidades indígenas interesadas, académicos y estudiantes.

En ese orden, recomendó una planificación estratégica a escala de cuenca. “Se debería seleccionar el grupo de proyectos que minimicen los impactos, especialmente los relativos a los sedimentos y optimicen costos y vida útil. Nuestra actual capacidad permite evaluar alternativas y tomar decisiones informales”, dijo.

Observó que el Gobierno preseleccionó el proyecto Chepete-Bala sin considerar siquiera otra posibilidad de aprovechamiento energético. 

Inviabilidad 

En el resumen ejecutivo dijo que se establece que en 50 años los sedimentos ocuparían entre 3 y 4 kilómetros cúbicos (Km3) lo que obligaba a modificar el diseño original en el estudio de impacto, para evitar que las tomas sean bloqueadas por los sedimentos.

“No se hizo así, incluso con 3 a 4 Km3 representa una fuerte subestimación de la carga de sedimentos transportados por el río Beni, esto debido a errores impropios de un estudio serio, como el de considerar que el perfil vertical de concentración de sedimentos es igual al de velocidad de flujos”, señaló.

Sin embargo, señaló que estimaciones más reales prevén una acumulación entre 7 y 8 Km3 de sedimentos durante los 50 años de “vida útil” que tendría el proyecto hidroeléctrico. 

Impactos negativos aguas abajo

El hidrólogo también observó que el proyecto hidroeléctrico no consideró los efectos de suprimir el aporte de sedimentos al tramo de río aguas abajo de la represa, que incluyen la degradación del cauce, la erosión de su propio lecho y la consiguiente reducción del nivel normal del agua. 

“Al ocurrir esto, también disminuye el área inundada naturalmente en época lluviosa y baja el nivel freático del agua subterránea, lo que a su vez puede afectar la vegetación amplificado por el hecho de que los sedimentos transportan nutrientes y minerales esenciales.  Estos impactos podrían afectar un tramo del río Beni de cientos de kilómetros de longitud, incluso hasta el río Madera”, explicó.

El estudio de impacto, según Molina, tampoco consideró los impactos negativos que resultan de modificar o atenuar el pulso hidrológico anual aguas abajo de la represa. “No se estudiaron impactos ambientales negativos en ese tramo, pero si posibles beneficios como navegación”, apuntó.

En cuanto a la falta de transparencia en el acceso a la información, dijo que la magnitud de la inversión requerida, sus impactos ambientales y las consecuencias para el país, exigen un gran debate nacional basado en información confiable y análisis sustentado.

Costos y mercado de energía

El estudio de impacto recomienda una tarifa base de venta de energía de 70 dólares el megavatio hora ($us/Mw/h) para que el proyecto sea atractivo para posibles inversionistas y para el gobierno.

Sin embargo, el especialista observó que el análisis muestra que el costo de la energía generada por Chepete estará muy por encima de los $us 55 Mw/h, estimado en el EI. 

“Tratándose de un proyecto que apunta a exportar energía al Brasil, es incomprensible que el estudio de impacto no provea información y un análisis de merca do que se maneja en base a subastas ganadas por los que ofrezcan el menor precio en reales”, dijo.

/JMC/ 

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