Elisabeth Faure, representante del PMA en Bolivia. Foto: ANF
La Paz, 11 julio (ANF).- Bolivia logró notables avances en la reducción de la pobreza y la desnutrición que todavía castiga a niños menores de cinco años del área rural, pero ahora el país también debe afrontar una creciente obesidad en su población, dijo la representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Elisabeth Faure.
A pesar de los avances en los últimos 15 años en la reducción de la pobreza, la desnutrición y la soberanía alimentaria, “quedan desafíos pendientes y todavía vemos altos niveles de desnutrición crónica en niños menores de cinco años y problemas de sobrepeso y obesidad”, dijo Faure a ANF.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió en septiembre del año pasado, que aunque la situación económica de la region ha mejorado, algunos países aún tienen niveles alarmantes de carencia crónica de alimentos. De hecho Bolivia, tiene al 19,8% de su población subalimentada, seguido por Nicaragua (16,2%) y Guatemala (15,8%).
Según datos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (EDSA 2016), en Bolivia la desnutrición crónica en niños menores de cinco años se redujo del 32,3% en 2008 al 16% en 2016. La tasa de mortalidad en menores de 5 años bajó de un 8% en 2000 al 3,8% en 2015.
La pobreza extrema descendió en más de la mitad, de 38,2% en 2005 a 15,2% en 2018, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), lo que repercutió también en una mejora en el poder adquisitivo de alimentos.
Obesidad y hábitos alimenticiosEn la línea de apoyar a reducir el sobrepeso y la obesidad, el mal del siglo en el mundo, el PMA, lleva adelante un interesante programa hecho por adolescentes y para adolescentes destinado a incentivar una alimentación sana.
“En Bolivia hay alimentos, buenos, sanos y
baratos, lo que falta es una mejor educación nutricional y el grupo
clave para llevar adelante son los adolescentes porque ellos pueden
cambiar la sociedad”, dijo la representante internacional.
Entre los alimentos bolivianos sanos y nutritivos, Faure destacó a la quinua y el amaranto, entre otros.
“Si podemos cambiar los hábitos nutricionales en adolescentes, vamos a cambiar a la sociedad. Los mensajes se difunden por diferentes medios y plataformas sociales”, acotó.
De acuerdo a un estudio de la Unidad de Epidemiología del Ministerio de Salud, para el año 2017, el consumo excesivo de comida chatarra y el sedentarismo aumentaron los casos de sobrepeso y obesidad en Bolivia, donde cuatro de cada diez personas presentan una de las dos condiciones, que pueden desencadenar otras 20 enfermedades.
Las tasas se incrementaron de forma sostenida en los últimos 20 años, vale decir que en 1997 las personas con sobrepeso u obesidad conformaban el 21,1% de la población, mientras que para el 2017, 42,7%.
Del mismo modo, al cambiar la condición de Bolivia a país de “ingresos medios”, el PMA también está cooperando y apoyando las estrategias del gobierno para mejorar las capacidades de los pequeños productores. Ya no se enfoca en donar alimentos.
“Nuestro trabajo ahora es fortalecer las capacidades de pequeños productores”.
En coordinación con el Ministerio de Tierras y con apoyo financiero de China, el organismo está llevando adelante un interesante estudio destinado a “analizar las brechas en las cadenas de valor de diferentes productos que producen pequeños productores de 14 municipios de cuatro departamentos”.
El estudio que estará listo en septiembre, analiza cinco “eslabones de la cadena productiva: la pre-producción, la producción, transformación y comercialización”.
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