El momento del traslado de Cesare Battisti. Foto: corriere.it
La Paz, 13 de enero (ANF).- Autoridades bolivianas entregaron la tarde de este domingo a Italia al terrorista Cesare Battisti, que ahora deberá cumplir en su país de origen una condena de cadena perpetua por los delitos que cometió.
La entrega se registró en el aeropuerto internacional Viru Viru y de donde el terrorista fue trasladado en un avión Falcon rumbo a Roma.
“Listo: El avión ya se dirige a Roma, acaba de despegar de Santa Cruz con Cesare Battisti a bordo”, escribió pasada las 17:00 el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, en su cuenta en Twitter.
El italiano fue aprehendido el sábado por Interpol mientras caminaba por las calles de la ciudad de Santa Cruz. Se conoce que el ahora detenido fugó en diciembre de 2018 de Brasil e ingresó de manera irregular a Bolivia.
En ese sentido, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, dijo a \"El Deber\" que el traslado de Battisti se realizó bajo la figura de “salida obligatoria” porque ingresó al país de forma irregular.
Aunque en el Estado Plurinacional, el 21 de diciembre, el italiano presentó una solicitud de refugio ante la Comisión Nacional de Refugiados (Conare), pero, según una fuente de la Cancillería que conversó con ANF, fue rechazada.
Este pedido fue rechazado “bajo fundamentos que tienen que ver con el artículo 17 de la Ley 251 de protección a personas refugiadas”, remarcó.
Según el mencionado artículo, “se excluirá de la condición de refugiada a la persona solicitante, respecto de la cual existan motivos fundados para considerar: a. Que ha cometido delitos contra la paz, delitos de guerra o de lesa humanidad, definidos en los instrumentos internacionales. b. Que ha cometido un grave delito común, fuera del país de refugio, antes de ser admitida en él como persona refugiada. c. Que se ha hecho culpable de actos contrarios a las finalidades y principios de las Naciones Unidas”.
Battisti es exmilitante de un grupo considerado terrorista por la justicia italiana. Fue juzgado en ausencia el 1993 en Italia y condenado a perpetuidad por cuatro homicidios y por complicidad en otros asesinatos que tuvieron lugar a fines de los años 70.
Tras permanecer 15 años de exilio en Francia, a mediados de los 90 llegó México y posteriormente el 2004 ingresó a Brasil.
Luego de seis años de permanencia, el gobierno de Ignacio Lula da Silva negó su extradición a Italia y en el último día de su mandato, Lula le otorgó el estatuto de refugiado político.
Sin embargo, el nuevo presidente Jair Bolsonaro inició con los trámites de extradición poco antes de su fuga a Bolivia.
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