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Nacional Sociedad

Pacientes renales pierden familia y trabajo por vivir ligados a una máquina de hemodiálisis

Los pacientes son sometidos a la hemodiálisis tres veces por semanas en dos turnos, por lo que deben destinar mucho tiempo al tratamiento, sin contar con los cuidados especiales que deben recibir.
27 de Marzo, 2019
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Foto: ANF
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La Paz, 27 de marzo (ANF).- Lucio Ramos, dirigente de los pacientes renales del hospital de Clínicas, contó los costos sociales y económicos de la enfermedad que padecen, además de la situación de la Unidad de Hemodiálisis del nosocomio público. 

Ramos fue diagnosticado como enfermo renal hace nueve años, reconoce que él mismo descuidó por mucho tiempo su salud, sin embargo, ahora es parte de los pacientes “antiguos” que lucharon por la gratuidad del tratamiento de hemodiálisis. 

“Hemos luchado tanto, bloqueo de calles, marchas, hemos luchado para que sea gratuito”, recordó. 

Ahora la hemodiálisis es gratuita en el hospital de Clínicas, pero las máquinas son insuficientes, la atención no siempre es la mejor, no hay espacio para internaciones y muchas veces faltan los medicamentos. 

Y además está la falta de concientización de hábitos de vida saludables y la falta de sensibilización sobre la importancia de la donación, sobre todo cadavérica. 

Además de la lucha por una atención de calidad, está el drama familiar. “Nosotros somos tan frágiles, ya no somos de lucha como una persona sana. Vivimos pegados a una máquina. Entonces nos viene el resfrío, tos o cualquier otro virus que nos afecta fácilmente; nuestra salud está debilitada, es frágil. Es por eso que muchos de los pacientes, tanto hombres como mujeres, han sufrido además de la pérdida de sus fuentes laborales, el abandono de sus parejas, por la difícil situación que conlleva la enfermedad, por eso, en general, somos personas con problemas emocionales y económicos”, contó Ramos.

Los pacientes son sometidos a la hemodiálisis tres veces por semanas en dos turnos, por lo que deben destinar mucho tiempo al tratamiento, sin contar con los cuidados especiales que deben recibir. Eso hace que tengan problemas al interior de sus familias y en sus fuentes laborales. 

De acuerdo a datos del Programa Nacional de Salud Renal, la Insuficiencia Renal Crónica (IRC) se ha transformado en una epidemia a nivel mundial. Los principales factores que la desencadenan son la diabetes y la hipertensión. El Programa en su página web informó que en el país se tienen más de mil pacientes recibiendo terapia de diálisis, “alcanzándose un crecimiento poblacional de más del 60% anual, demostrándonos el carácter epidémico de la misma”.

Pero si bien existen normas y hace cinco años se estableció la gratuidad del servicio de hemodiálisis en hospitales públicos y desde 2014 la gratuidad del trasplante, en la realidad el acceso a máquinas, a un buen servicio y trato, así como a campañas de prevención de la enfermedad, como de concientización para donaciones, es aún deficiente. 

Según datos del Programa, la mayor población de enfermos con IRCT se encuentra en los departamentos de La Paz (37,8%), Santa Cruz (24,7%) y Cochabamba (20,6%). 

Asimismo, se comunicó que el 40,5% de los pacientes dializados no cuenta con un seguro social. Por otro lado, los más vulnerables son los adultos mayores y en Bolivia más del 55% de los pacientes con falla renal se encuentran por encima de los 50 años de edad. El 50,6% de los pacientes en diálisis no cuentan con una fuente laboral y el 30% efectúa trabajos informales. 

“Estamos en la pobreza. El día a día de un paciente renal es una pena. Antes de la gratuidad muchos compañeros murieron y lo siguen haciendo. Hasta hace unos días éramos 50 en hemodiálisis del hospital General, ahora somos 48, dos murieron recientemente”, señaló Ramos. 

ANF trató sin suerte de entrevistar al doctor Edwin Quispe, Jefe de la Unidad de Diálisis y Trasplante de ese hospital, para conocer la cantidad de personas en lista de espera, tanto para acceder al servicio de hemodiálisis, como quiénes esperan para ser beneficiados con un trasplante. 

“Estamos en lucha, aún necesitamos más máquinas y mejor atención”, dijo.

De acuerdo al dirigente, al momento la lista de quienes esperan recibir hemodiálisis y un trasplante es larga. Además, el pabellón Italia que es el lugar donde se interna a los pacientes renales, se encuentra abarrotada y se los está internando en el pabellón Británico, donde aseguran, la atención no es buena.

Por otro lado, permanentemente se chocan con la falta de medicamentos e insumos. 

“No puede ser que los pacientes sufran tanto”, lamentó. Ramos reconoció que hay médicos y trabajadores en salud que hacen su mayor esfuerzo, sin embargo, la pobreza en el nosocomio es evidente. Las máquinas de hemodiálisis del hospital General tienen 16 años de uso y presentan fallas. 16 de las 20 máquinas de hemodiálisis con las que cuenta el hospital General de La Paz han cumplido más de tres lustros de funcionamiento, además en tiempos en que se atendía en cuatro turnos fueron sobre cargadas, por lo que en cualquier momento presentan fallas que pueden ser peligrosas para la salud de los pacientes. 

“El Ministerio de Salud ha prometido darnos 14 máquinas y finalmente llegaron cuatro. El resto de las máquinas que tenían que venir acá se las han llevado a El Alto. Entendemos que se ha dado a otros lugares”, dijo. 

Respecto a las 16 máquinas con las que cuenta la unidad hace más de 16 años, Ramos explicó que constantemente presentan fallas, sacando mayor cantidad de toxinas o menor cantidad, o dejando de funcionar en medio del tratamiento. 

Trasplantes cadavéricos

De acuerdo a Ramos, en los últimos siete años se han realizado aproximadamente tres trasplantes de donantes cadavéricos, y no cuenta con la cifra de trasplantes de familiares y otros. 

La explicación al bajo índice responde a la falta de concientización en la población para que deje por escrito su deseo de donar órganos tras su fallecimiento; pero además está el tema cultural de las familias que muchas veces conociendo la voluntad del fallecido, no permiten que los médicos saquen órganos del cuerpo. 

Y por otro lado, muchas veces los pacientes no son compatibles. “Lo que queremos que haga el Ministerio de Salud es una propaganda grande para que la gente entienda que la donación cadavérica es muy importante, en otros países como Argentina se da así, obligatoriamente. Aquí nosotros tenemos a gente que ha querido ser donante en vida y una vez fallecidos, sus familiares se han negado, `no me lo toquen nada´ dicen”, acotó. 

Ramos manifestó que tiene un hijo, pero que es muy difícil pedir que se constituya en donante. “Los que se han operado, ha sido porque parientes les han donado, pero es muy poca gente. Yo también tengo mi hijo, pero es muy difícil decirle `hijo, dame tu riñón, para que viva un poco más´, es imposible”, concluyó. 

/MAMP/FC/

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