La Paz, 17 de noviembre (ANF).- El paro indefinido con bloqueo de caminos de agosto pasado, convocado por organizaciones afines al Movimiento Al Socialismo (MAS), será recordado como la protesta que dejó sin oxígeno y luto a algunos hospitales del país, sobre todo en La Paz y Oruro, en medio de la letal pandemia de coronavirus (Covid-19). El gobierno de Jeanine Añez estimó al menos 30 fallecidos durante la medida de presión.
El bloqueo se desarrolló cuando la pandemia infectaba en promedio a 1.400 personas por día y causaba la muerte de al menos 65, según datos del Ministerio de Salud.
La temeraria medida de presión exigía una fecha definitiva para las elecciones generales que fueron pospuestas en tres ocasiones por motivo del Covid-19, por un supuesto interés del Gobierno de Añez de prorrogarse en el poder, según la denuncia de los movilizados.
El gobierno transitorio reportó más de 100 puntos de bloqueos en determinados días de la medida de presión en los distintos departamentos. ANF desplegó, posteriormente a los hechos, un grupo de periodistas que se movilizó por varias provincias de seis departamentos del país donde se llevaron a cabo los bloqueos, con el propósito de recoger testimonios de los pobladores, autoridades, dirigentes e instituciones que de alguna manera se vieron involucradas con la medida de presión.
La reportería, con hallazgos traducidos en crónicas y reportajes, da cuenta de cómo se vivió el bloqueo por sus propios protagonistas en regiones como Desaguadero (La Paz), Machacamarquita (Oruro) y Maidana (Santa Cruz); cómo los cobros a transeúntes y vehículos en los bloqueos de El Alto sirvieron a los manifestantes para comprar petardos, comida y hasta bebidas alcohólicas; y en regiones como Yucumo (Beni) y Betanzos (Potosí) la llamada disciplina sindical obligó mediante multas a la asistencia forzosa de los pobladores que no estaban de acuerdo con la medida de presión y buscaban resguardar su salud.
Los textos también dan cuenta de la dramática afectación económica de los bloqueos, sobre todo a los microproductores y comerciantes de Oruro y Cochabamba.
El conflicto también mostró en algunas regiones la polarización de la población en posiciones irreconciliables que sacaron a relucir una serie de contradicciones sociales y políticas, con los conocidos antagonismos entre indios y q’aras, campo y ciudad, afincados en concepciones discriminatorias y racistas, que persisten hasta el momento.
ANF le invita a leer la recopilación de textos elaborados en la investigación, para que pueda adentrarse un poco más en lo que significó el último conflicto del año 2020, en el gobierno de transición, luego de la renuncia de Evo Morales en noviembre de 2019 y su huida del país en medio de denuncias de fraude electoral.
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