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Nacional Sociedad

Especialistas: La desestructuración del tejido social aumentó los casos de violencia en el país

Málaga refirió que en sociedades mucho mejor estructuradas, con mucha más educación y mucha más salud, “obviamente los hechos de violencia son menores”. “La educación social es la clave de todo”, enfatizó.
18 de Junio, 2022
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Foto: Economy
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La Paz, 18 de junio de 2022 (ANF).- Diversos factores sociales, económicos y políticos han ido desestructurando la sociedad y volviéndola más violenta, con manifestaciones como asesinatos violentos que han llegado a consternar a la sociedad ,y sin que exista una respuesta contundente de parte del Estado a nivel de políticas públicas.

La pérdida de valores sociales, la falta de empleo y la fractura familiar, la incertidumbre ante el futuro, la falta de oportunidades, la corrupción, el consumo de drogas y el aumento de alteraciones mentales desencadenaron en hechos de violencia cada vez más crueles, como el de violadores seriales, infanticidios, parricidios, descuartizamientos, feminicidios cada vez más sangrientos, violencia intrafamiliar e intolerancia en las calles.

El sociólogo Raúl España señaló que el tema de la violencia en el país es un fenómeno complejo que tiene que ver por un lado con la desestructuración del tejido social por las condiciones en la que se desenvuelve la población, y también con el consumo de drogas.

Temas como “la incertidumbre en relación a su futuro, porque no hay acceso a fuentes de empleo, la ruptura de todo lo que significan los valores de solidaridad, de honestidad, en una sociedad donde se premia al pícaro y se castiga al honesto” agravan esta realidad, señaló el especialista a ANF.

Agregó que el consumo y tráfico de drogas también “es un elemento que incuba que se vayan generando estas condiciones para que la intolerancia sea lo que prime y desencadene en hechos de violencia como los que tenemos”.

El psiquiatra de la Unidad Mental del Hospital de Clínicas, Ernesto Málaga, observó que existen factores psicosociales que inciden y refuerzan las conductas delictivas de las personas y que pueden derivar en comportamientos violentos. 

“Esto afecta muchísimo porque en psiquiatría si bien nosotros tratamos biológicamente el cerebro, hay factores psicosociales gravísimos que al igual que un páncreas se enferma por comer hamburguesas todos los días, lo mismo pasa en psiquiatría” con el consumo de violencia y falta de políticas.

Factores psicosociales, en otras sociedades, donde se considera a un joven no apto para beber, pero si para tener un arma. “Si le dan un arma a uno de 18 años, a esa edad uno es muy impulsivo en relación a otro de 40 años, porque no ha madurado el prefrontal, nadie a esa edad, ni Albert Einstein, lo ha madurado, por lo tanto, tener un arma en una edad impulsiva es decirle ‘mata a cualquiera’”, dijo Málaga en entrevista con ANF.


Médico psiquiatra, Ernesto Málaga.

Agregó que otro factor es la pobreza, “y la pobreza viene pegada a la ignorancia, la ignorancia es muy cruel, pero es un factor terrible para la salud mental”.

“Ignorar que tienes depresión, ignorar que eres violento, ignorar que tienes un trastorno de personalidad y nunca vas a acudir a un psiquiatra porque crees que el psiquiatra es un loquero, es un factor psicosocial importantísimo”, apuntó.

Málaga refirió que en sociedades mucho mejor estructuradas, con mucha más educación y mucha más salud, “obviamente los hechos de violencia son menores”. “La educación social es la clave de todo”, enfatizó.

Dijo también que hay temas de estructura social que naturalizan la violencia y que se expresan en la relación de la mujer con el varón, en la relación del niño con la persona adulta mayor con la falta de respeto. 

“Hay muchachos que empujan a sus abuelos, porque sus abuelos les dicen que no van a salir, y de pronto el abuelo se cae y se golpea la cabeza, y la madre dice que no ha sido al intento o a propósito -lo encubre-, o sea son cuestiones también de estructura social”.

Ejemplos similares existen cuando algunos jóvenes se ven involucrados en el delito de feminicidio. Los padres en lugar de transparentar esa situación encubren al hijo y culpan a la mujer.

España agregó que desde las máximas autoridades del Gobierno nacional hay una lógica autoritaria y un uso arbitrario del poder que no brinda certidumbre a la población, y que, por el contrario, “esto agudiza estos problemas de desintegración social, de incertidumbre y de desconfianza”.

“Las oportunidades laborales son escasas, donde el que ha estudiado cinco años no encuentra trabajo, mientras que otra persona que no se ha preparado y por razones de clientelismo y prebendalismo accede a puestos, entonces estas cosas también influyen en que se genere una incapacidad de integración social por parte del Estado”, apuntó.

De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), comprendidos de 2010 a 2020, los casos de violación se multiplicaron por 2,5; los asesinatos por 1,4; los robos por 1,5; la violencia intrafamiliar por 2; y, los procesos por feminicidio por 4,3.

Ausencia de políticas públicas

El sociólogo Raúl España indicó que pese al proceso de desintegración de la sociedad y el aumento de los niveles de violencia, no hay una respuesta contundente a nivel de políticas sociales de parte del Gobierno. Lamentó que las autoridades estén obsesionadas en la aprobación de normas que en los hechos no tienen aplicación ni fuerza para integrar a la sociedad. El Ministerio de Salud no respondió al pedido de información al respecto.

“Tenemos muchas normas, somos un país que nos encanta hacer leyes para todo y cuando una sociedad, un Estado, se vuelve obsesivo con el tema de las normas, que solo quedan en el papel, implica que no tiene capacidad de integrar su sociedad, es decir, una sociedad integrada no requiere de muchas normas, entonces ese es otro problema, no basta con hacer leyes”, cuestionó.

Dio como ejemplo que la Ley 348 contra la violencia hacia la mujer no logró cumplir su cometido debido a que los operadores de Justicia, operadores de salud y trabajadores sociales, continúan con una “mentalidad patriarcal y no han modificado sus propias conductas que supuestamente tendrían que prevenir y atender estos casos, a lo que se suma la justicia caracterizada por la corrupción”.

España cuestionó que el Gobierno no actúe sobre las causas del problema y crea que “actuando sobre la parte fenoménica haciendo leyes se van a solucionar los problemas y ese no es el tema”.

Grupos que generan violencia

El psiquiatra Ernesto Málaga explicó que existen tres grupos grandes que generan violencia en una sociedad: los consumidores de sustancias psicoactivas y alcohólicas; los psicópatas utilitaristas, que saben lo que están haciendo, pero igual lo hacen; y, un grupo pequeño que son los psicóticos que no saben lo que están haciendo, debido a que han roto el contacto con la realidad.

Indicó que el consumo de sustancias es increíblemente frecuente y llegan a causar trastornos problemáticos que interfieren en la vida de la persona. Dijo que hay mucho consumo que antes no existía, donde ingresa incluso el consumo de drogas sintéticas. “El tema es muy grave y muy complejo”, apuntó.

“El consumo de sustancias como el alcohol cambia la biología cerebral, además de dar fenómenos médicos biológicos como la impotencia sexual, y hace que empeore una sensación, por ejemplo, de que su mujer -del bebedor- la está engañando y si la persona no sabe controlarse puede provocar la muerte de la mujer”, refirió.

Sobre los psicóticos delirantes indicó que son personas que han roto el contacto con la realidad y creen cosas que no son, por ejemplo, que los persiguen, que los van a matar, que todo el mundo está en contra de ellos.

“Son personas muy suspicaces y al creer que alguien les va hacer daño se defienden, y cuando cometen un delito, este delito no es muy estructurado, no es un delito planificado, se trata más bien de actos violentos delictivos muy impulsivos”.

Mientras que los psicópatas utilitaristas son los más peligrosos desde el punto de vista social. “Son personas que están en su sano juicio crítico de la realidad, vale decir que tienen un buen contacto con la realidad y eso significa que saben que si hacen daño van a ir a la cárcel, saben que violar es hacer daño a alguien, saben que robar es también hacer daño, pero lo hacen”.

Este tipo de personas, agregó Málaga, son peligrosos porque planifican el delito y son altamente depredadores. En el tema de violencia sexual planifican, piensan: “esta niñita está siempre sola yendo a su casa, le voy a seguir dos o tres semanas”.

“No tienen ninguna empatía con absolutamente nadie, aunque la niña esté llorando y la madre diga que no la mate, lo hace mejor porque no tiene ningún sentido empático”, apuntó.

“No hay salud sin salud mental”, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) y dice que este mensaje expresa claramente la necesidad de un abordaje integral de la salud y enfatiza los vínculos entre lo físico y lo psicosocial en el proceso de la salud y la enfermedad. 

“Los trastornos mentales aumentan el riesgo de padecer otras enfermedades, además de contribuir a las lesiones no intencionales e intencionales”.


Unidad de Salud Mental del Hospital de Clínicas.
/LFC/

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    Salud Mental