Antivacunas también se manifiestan en otros países. Foto. RRSS
La Paz, 16 de septiembre (ANF).- Hace unas horas se expandió la notica en Bolivia de la vacunación contra el Covid-19 de una comunicadora conocida por promocionar e inducir al consumo de dióxido de cloro como un medicamento para tratar esta y otras enfermedades. Esto nuevamente puso en debate la ola de campañas contra las vacunas y la expansión de la desinformación que obstaculizan la lucha contra la pandemia.
“Nos enfocamos en salvar vidas y ahí concentro mi energía. (…) Mi sugerencia con respecto a las pseudo vacunas es la misma de ayer, de hoy y de mañana“, escribió en una de sus redes la presentadora de televisión Karla Revollo, tras conocerse sobre su vacunación contra el Covid-19.
Incluso, de acuerdo a Bolivia Verifica, Revollo aseguró que las inyecciones contra la Covid-19 agravan el VIH y citó como fuente de su dato a Karina Acevedo, quien también fue cuestionada por expandir datos falsos.
Y es que Acevedo, académica de la Universidad Autónoma de Querétaro (México), ya hace unos meses, mezcló datos con algunos verdaderos, para poner en duda la eficacia de las pruebas PCR - y de vacunas como las de Pfizer y BioNTech.
Como ellas, se han registrado en el país más grupos de personas lideradas por otros defensores del dióxido de cloro, al que llaman “el antídoto universal”, encaminando campañas para rechazar las vacunas contra el coronavirus e incluso poniendo en duda la eficacia del uso del barbijo.
“En realidad, a menores de 30 años no deberíamos vacunarlos. Y eso no lo digo yo, soy apenas una simple traumatóloga pediátrica con subespecialización en malformación congénita, eso lo dicen los expertos del mundo. Lo ha dicho Luc Montagnier que es premio nobel en infectología, lo ha dicho el doctor Robert Malone, y él pide que paren la vacunación”, fue una de las recientes afirmaciones de la médica Patricia Callisperis, una de las impulsoras del movimiento antivacunas en Bolivia.
Esta manifestación de rechazo la hizo acompañada de un grupo de dirigentes del Comité Cívico de El Alto, una ciudad con los mayores rezagos en lo que respecta a la inmunización contra el coronavirus.
Además, esta defensora del dióxido de cloro encamina esta campaña contra las vacunas en las calles y sin portar el barbijo, con el argumento de que estos implementos no ayudan en la prevención del virus.
Así se van sumando grupos antivacunas, también conformados por algunas iglesias evangelistas, que rechazan la inoculación.
“Estamos en contra de que se obligue a vacunar. Hay que dejarlo al libre albedrío”, dijo, por ejemplo el pastor Luis Aruquipa en una declaración ante los medios, citando un versículo de la biblia.
//CSC
