La Paz, 27 de septiembre (ANF).- Dos grupos de
comerciantes de pescado en El Alto protagonizaron una pelea campal la madrugada
de este jueves en la avenida Juan Pablo II, altura zona Los Andes. Las
vendedoras denunciaron que “es gente” que sigue al exdirigente gremial Braulio
Rocha quienes ocasionaron los disturbios.
\"Gente de Braulio Rocha con amenazas nos dicen que nos unamos (a ellos) para que nos den papeles del puesto\" contó a ANF Juana S., una comerciante que por temor a alguna represalia por parte de la agrupación de Rocha prefirió mantener su apellido en reserva.
La denunciante agregó que en este tradicional mercado de pescados en El Alto, incluso se afilió a personas de nacionalidad peruana que meten esta carne de contrabando al país.
Consideran que como originarios de diferentes pueblos bolivianos donde se dedican a la pesca, tienen más derecho de vender sus productos en este lugar.
El hecho se produjo pasada la una de la madrugada, ambos grupos realizaban una vigilia de sus puestos y bloqueaban con fogatas uno de los carriles de la avenida Juan Pablo II. La diferencia entre las comerciantes ocasionó una riña que derivó en que se lancen bancos, tarimas y otros.
La policía tuvo que intervenir para que el hecho no pase a mayores, incluso tuvieron que hacer el uso de agentes químicos.
Luisa Mamani, secretaria general de la asociación de pescaderas de El Alto, afirmó que en algún momento si pertenecieron a grupos gremiales de Braulio Rocha, sin embargo, afirmó que a la fecha no tienen ninguna relación con el exdirigente.
La dirigente manifestó que el conflicto fue causado por un grupo de comerciantes de pescados que se separó de esa asociación hace cuatro años y que hoy pretende ocupar puestos que les pertenecen y por los cuales pagan patentes.
Ambos grupos solicitan a la alcaldesa de El Alto, Soledad Chapetón, solucionar este conflicto que lleva un mes. Ambos grupos amanecieron bloqueando un carril de la avenida Juan Pablo II y al momento continúan con su medida de presión.
Braulio Rocha fue acusado de quemar instalaciones de la alcaldía de El Alto en dos ocasiones, la última en 2016, además de tener un clan familiar con aval político que sembraba terror entre los gremiales de El Alto.
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