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Iglesia

EXCLUSIVA | César Piscoya y su cercanía con el Papa León XIV: un vínculo de amistad y servicio en la misión pastoral

Laico peruano y teólogo, compartió con la ANF su testimonio sobre su trayectoria pastoral en Cochabamba (Bolivia) y Chiclayo (Perú), marcada por su cercanía con Monseñor Roberto Prevost, ahora Papa León XIV.
13 de mayo, 2025 - 19:58
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César Piscoya (primero de la izquierda), en el centro el Monseñor Roberto Prevost. Crédito de las fotografías: César Piscoya.
César Piscoya (primero de la izquierda), en el centro el Monseñor Roberto Prevost. Crédito de las fotografías: César Piscoya.

Cochabamba, 13 de mayo (ANF). En una entrevista con ANF, César Piscoya, laico peruano comprometido y teólogo formado en la Universidad Católica de Bolivia, compartió el testimonio de una vida dedicada al servicio pastoral en Bolivia y Perú, grandes aprendizajes y una cercana amistad con Monseñor Roberto Prevost, quien desde el 8 de mayo es el Papa León XIV.

César evocó el inicio de su servicio en la parroquia de Cala Cala de Cochabamba que luego trascendió lo parroquial hasta espacios eclesiales tradicionalmente reservados al clero, esto a lo largo de 15 años de trabajo junto a Monseñor Tito Solari, arzobispo emérito de Cochabamba. 

Recordó que Solari abrió espacios inéditos a los laicos dentro de la iglesia boliviana, es decir, los convocó para formar parte del consejo presbiteral y del equipo de obispos, en un gesto de confianza. César también resaltó que esta es parte de la historia que hizo la Arquidiócesis de Cochabamba a nivel pastoral. 

“Esa experiencia vivida por años aquí en Bolivia con Monseñor Tito Solari que animamos y acompañamos pastoralmente todas las 70 y tantas parroquias (…) Cuando acompañamos personalmente cada parroquia, cada comunidad, cada grupo, cada movimiento, esa riqueza yo la llevé a Chiclayo”, indicó.

 

De regreso a Chiclayo y un nuevo desafió pastoral junto a Prevost

La pérdida de su esposa, un momento de quiebre personal, llevó a César de regreso a su natal Perú, específicamente a Chiclayo. Fue allí donde, en diciembre de 2016, retomó contacto con Roberto Prevost, entonces obispo de la diócesis, a quién ya conocía desde 1966 cuando César vivía una experiencia misionera con la orden religiosa de los agustinos. 

Al concluir una misa en la Catedral de Chiclayo, Monseñor Prevost le dio un fuerte abrazo, le dio palabras de consuelo por la pérdida de su esposa y, poco después, lo invitó a acompañarlo en la animación pastoral de la diócesis. 

“La invitación que me hace monseñor Roberto, obispo de Chiclayo: ´yo quiero brindarte dos pautas, dos orientaciones, que no dejaron de ser ajenas a las que ya vivíamos aquí en Cochabamba. Me dice :´Yo quisiera que animemos la unidad por sobre todo la comunión´”, contó.

Así nació una colaboración estrecha en Chiclayo, basada en los principios de comunión y corresponsabilidad. Inspirados en la espiritualidad agustina, promovieron la participación activa de laicos, religiosos y sacerdotes, creando equipos pastorales tanto a nivel parroquial como diocesano. 

“Y constituimos, al igual que en Cochabamba se hizo, los equipos parroquiales de animación pastoral y el equipo diocesano de animación pastoral, porque Chiclayo era una diócesis, a diferencia de Cochabamba que era una arquidiócesis”, manifestó.

 

De pastor de Chiclayo a Cardenal en Roma

César reconoció el crecimiento de Monseñor Prevost, desde formador y provincial de los agustinos hasta prior general de la orden a nivel mundial, para luego asumir como obispo de Chiclayo y más tarde, su nombramiento como cardenal. 

“Es este cúmulo de experiencias, este camino de iglesia y pastoral que él ha hecho que lo lleva a asumir ahora un pontificado y, por supuesto, con el pastoreo de nuestra iglesia allá en Chiclayo. Estoy seguro de que afina todo lo que luego ahora nos ofrece como pastor de nuestra iglesia”.

 Además, aseguró que cuando Prevost dejó Chiclayo para ir a Roma a asumir las obligaciones que el Papa Francisco le había encomendado como Cardenal y como cabeza del Dicasterio de los Obispos, “Roberto” (como lo llama con cariño) lo seguía acompañando y que a pesar de la distancia mantenían una comunicación fraterna y constante.

“Él ha sido una persona que desde el primer momento que iniciamos el trabajo en Chiclayo, como lo hicimos con Monseñor Tito, nos encontrábamos, conversábamos, compartíamos. No solamente lo pastoral, lo que era estrictamente laboral, sino también lo personal, cómo me encontraba, cómo me sentía en esas vicisitudes, en ese trabajo que no es diferente  al de Cochabamba porque tienes que encontrarte con sacerdotes, religiosos e incluso laicos con una mentalidad que no siempre es la de comunión”, resaltó. 

 

La Elección del Papa León XIV

La elección de Roberto como Papa León XIV fue para César no solo un evento histórico, sino una confirmación de fe. Cuenta que lloró al enterarse, que sintió que la Iglesia no se había olvidado de él después de tanto tiempo de entrega. Pues sentía que la iglesia en general  no terminaba de ser generosa.  

Este sentimiento surgió en él porque recordó que cuando su esposa falleció, el sacerdote italiano P.  Sergio Gamberoni, le decía, "César, tú no sabes lo que el Señor quiere con este acontecimiento."  Y aseguró que en ese momento no lo sabía, pero ahora sí. 

 “Porque ante la muerte de mi esposa es que yo vuelvo a mi país y es en mi país que acontece todo lo que ahora yo les estoy compartiendo (…) el momento del anuncio de Roberto Prevost que confirma que mi iglesia pues no se había olvidado de mí y que no solamente era una caridad, sino todo un abrazo que me daba al escuchar que Roberto era el nuevo Papa León XIV”, expresó.

También señaló que Prevost no pensaba ni en ser obispo, ni cardenal, menos Sumo Pontífice, sin embargo, nunca dejó de prepararse para ser un buen servidor de la iglesia. César lo describió como una persona muy estudiosa, disciplinada, comprometida con lo grande o con lo pequeño. 

Sobre las primeras palabras del nuevo Pontífice desde el Balcón de la Basílica de San Pedro “¡La paz esté con todos ustedes!”, César no duda y mira al futuro del pontificado de León XIV como una continuidad del legado de Francisco, pero con un estilo propio, agustino y profundamente pastoral.  

“La repitió tres veces. Para quienes conocemos la Escritura, eso tiene un significado profundo. Él viene a unir, a caminar con todos. No será un Papa solitario, sino uno que nos llama a construir juntos”. Además, destacó el legado de cercanía con los pobres y las periferias que comparte con el Papa Francisco. 

 Para César, el ahora Papa León XIV mantiene un enfoque cristocéntrico, visible desde su lema episcopal “Unum in illo” (Uno en Él), que refuerza su espiritualidad agustiniana.

“Su mensaje es claro: no se trata de él, sino de Cristo”, añadió César. Otra señal de continuidad con esa visión eclesial es su énfasis en la unidad y comunión.

Además, César resaltó que León XIV también se inspira en León XIII, el Papa de la Encíclica Rerum Novarum, al elegir su nombre en una época donde el trabajo humano, la inteligencia artificial y las nuevas formas de exclusión requieren una Iglesia con voz profética.

Actualmente, César Piscoya está de regreso en Cochabamba para permanecer más cerca de sus hijos y familia, y continúa su trabajo, pero ahora lo hace desde el Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), donde impulsa procesos eclesiales y sociales, como su próxima participación en la COP 30 en Belén do Pará, Brasil. 

El testimonio de César Piscoya, padre de cinco hijos, es silencioso, pero pone en manifiesto cómo la fe, el dolor y la amistad pueden entrelazarse para dar frutos duraderos. Una vida al servicio de la comunión, y ahora con una amistad fraterna más cerca que nunca al corazón del Vaticano.

 

//CJL/nvg/

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