Denuncian que Jheysen Vega fue sentenciado con peritaje defectuoso y sin prueba plena

“No hay ningún indicio que pueda demostrar que este señor haya segado la vida de la víctima”, enfatizó Peralta.

En abril, Vega fue sentenciado a 30 años de cárcel sin derecho a indulto en el penal de San Roque, por el delito de feminicidio de Yessica Cuba Ayaviri.

Para la abogada, “se aprovecharon de hacer las pericias sin que él tenga incluso un abogado defensor nombrado de oficio, no había quien objete las pruebas, no había quien meta contraperitos”.

La muerte de Cuba ocurrió el 1 de enero de 2014 en la ciudad de Sucre. Horas antes, el 31 de diciembre en la noche, Vega y Cuba salieron a festejar el año nuevo y supuestamente hubo una discusión entre ambos, ya estando en la casa de ella donde vivía con su familia, que derivó en una pelea y su ahorcamiento. Luego, según la sentencia del caso, Vega habría simulado el suicido.

Jheysen fue sentenciado por feminicidio solo por ser la pareja Yéssica, ya que según el propio Tribunal de Sentencia N° 1 de Sucre: “Es evidente que en el caso presente no fue posible determinar con exactitud las circunstancias en que el acusado cegó la vida de la víctima”. En otro acápite señala que pudo matar a la víctima en dos momentos. 

“La única conclusión a que llegan es que él fue el último que se quedó en la puerta de la habitación, pero el hecho de que alguien se quede en la puerta de la habitación no implica que este señor pueda ser culpable de feminicidio, porque los testigos no han visto”, apuntó la jurista.

Para la defensa, Yessica Cuba se quitó la vida por la inestabilidad emocional en que se encontraba al haber pedido un bebé y creer que Jheysen la engañaba.

La abogada Jenisse Peralta aseveró que cuando se hicieron las diligencias correspondientes se cometieron “errores garrafales”, desde el certificado médico forense donde se contradicen las causas de la muerte de Yessica Cuba.

“La autopsia sicológica donde se dice que la escena recreada es mixta, cuando una autopsia sicológica tiene la única misión de ver los riesgos suicidas de la víctima, no ver el tema de autoría ni de personalidad, porque ella (la sicóloga) no podía determinar en esa pericia que no era criminalística, sino autopsia sicológica, que el autor era Jheysen Vega, que la escena se había recreado, que se había alterado las cosas, entonces es otro error que se tiene en esa autopsia”, indicó.

Además la autopsia sicológica realiza una mala valoración del supuesto agresor, ya que concluye que Jheysen sufre de un “trastorno paranoide celotípico” sin nunca haberlo entrevistado ni realizado pericia de personalidad.

Pero en base a entrevistas realizadas, la perito llega a determina que Vega tiene un “bajo riesgo de violencia”, pero el Tribunal no toma en cuenta esta valoración pero sí hace suya la valoración de la autopsia sicológica.

La acusación por feminicidio contra Jheysen se presentó porque tenía una relación con Yessica, porque ejercía violencia contra ella, y porque él habría aprovechado el estado de indefensión en que se encontraba –supuestamente muy ebria- para cometer el crimen.

Peralta indica que el feminicidio fue probado por la relación que tenía Jheysen con Yessica, pero el tema de la violencia quedó descartado porque todos los testigos de la familia de la víctima que sostenían este extremo se contradijeron y finalmente nadie vio que hubiera violencia en la relación.

Sobre el estado de indefensión de Yessica, al estar ebria con un grado de concentración de alcohol en la sangre de 103mg/ml, considerado por el Tribunal como total embriaguez y por lo tanto indefensión, pese a ser rebatido por no ajustarse a la verdad, no fue tomado en cuenta.

“Según el análisis toxicológico de la víctima, tenía los reflejos normales y podía defenderse y no estaba en estado de indefensión absoluta y vulnerabilidad que erradamente da por probado el tribunal”, señaló la jurista.

Según un experto en toxicología esa cantidad de alcohol encontrada en la sangre de Yessica corresponde al primer periodo de intoxicación donde los actos reflejos son normales y por tanto ella podía defenderse si hubiera sido atacada por Jheysen, pero la pericia genética de ADN practicada a las uñas de la occisa arrojó que no hay presencia de ADN de Jheysen.

La pericia criminalística, según la abogada, también presenta irregularidades ya que “no ha toma en cuenta todas las circunstancias del hecho para llegar a sus conclusiones”. “No ha tomado en cuenta ni la posición real de la víctimas, el punto de apoyo en los pies ni que había ingerido bebidas alcohólicas”.

La teoría del caso señala que a la víctima se la habría estrangulado y de forma posterior se la habría procedido a colgar, “pero no existen huellas de arrastre”. 

También tendría que haber dos círculos equimóticos, “es decir el círculo que ha dado lugar al estrangulamiento y el otro que se hace postmorten de acuerdo a lo que ha estado colgada en el perchero en la que se la encontró a la víctima, pero no existen”.

Entonces “no hay pruebas suficientes” para demostrar que él sea autor de la muerte de Yessica porque “las pericias incluso han estado mal realizadas”, sin embargo, “los jueces han estado jurídicamente ciegos para poder hacer una ponderación y valoración correcta de la prueba, no lo han hecho”, remarcó.

Peralta informó que se realizó una apelación ante el Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca porque se ha incurrido en varios errores de parte del Tribunal de Sentencia N° 1, y es “no valorar la prueba y no valorar que las pericias no reunían los requisitos para ser válidas”.