La Paz, 11 de febrero (ANF).- La pandemia ha causado cambios y pérdidas indiscutibles en el mundo. A la par ha llevado a retroceder avances que se tenían en materia de logros y accesos a mejores condiciones de trabajo de diferentes sectores. Y pese a la lucha por ganar más espacios, las condiciones laborales de las mujeres en la región han sufrido un retroceso de una década a causa del Covid-19.
En un reciente informe en el marco de la pandemia, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) registro la salida enorme de las mujeres de la fuerza laboral de la región ocurrida en 2020 como consecuencia de la demanda de cuidado de sus familias en el contexto del Covid-19. Por esta misma razón, esas mujeres no han vuelto a buscar trabajo, lo que repercute en menores ingresos para sus hogares.
Según estos datos y este informe "el nivel de ocupación remunerada de las mujeres retrocedió más de una década como consecuencia de la emergencia derivada del coronavirus y las medidas que os diferentes países tomaron para su contención" .
La tasa de participación laboral de las mujeres latinoamericanas y caribeñas fue de 46% en 2020, en tanto que la de los hombres se ubicó en 69% (en 2019 esas cifras fueron de 52% y un 73,6%, respectivamente).
La Cepal establece en un estudio sobre el impacto de la pandemia en la autonomía económica de las mujeres, que el desempleo de ellas llegó al 12% en 2020, un porcentaje que se eleva al 22,2% si se asume la misma tasa de participación laboral de las mujeres de 2019.
Y dado que el desempleo femenino disminuye los ingresos de las familias, este retroceso a causa de la pandemia continuará generando más pobreza en los hogares de la región, dado que muchos dependen únicamente de los ingresos de las mujeres jefas de hogar.
Es decir, que 23 millones de mujeres latinoamericanas entraron en situación de pobreza en 2020, para cerrar el año en 118 millones.
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