Mientras los días avanzaban con cifras de una inminente pandemia, Trump minimizaba en febrero las alertas y aseguraba que esto pasaría, con argumentos muy cuestionados desde muchas esferas, como el tema climatológico y la salvación con un “milagro”. A diferencia de otros países, en este no se tomaron recaudos con medidas de aislamientos obligatorios o cuarentenas. Y así, el virus fue en avance.
“El año pasado murieron 37 mil estadounidenses por la gripe común. Tiene un promedio de entre 27 mil y 70 mil por año. Nada se cierra, la vida y la economía continúan. Hasta ahora hay 546 casos confirmados de coronavirus, con 22 muertes. ¡Piensen en eso!”, fueron las palabras del mandatario estadounidense considerado entre los líderes que peores gestiones realizaron ante esta pandemia y que a nivel mundial ha cobrado ya la vida de más de 45.000 personas, y hasta el momento las cifras de contagios en todo el mundo superan las 900 mil personas.
Datos en tiempo real del Center for Systems Science and Engineering (CSSE) de la Universidad John Hopkins establecen que este 1 de abril la cifra de contagios en Estados Unidos es de más de 206 mil personas, la de muertes supera los 4.600 y los pacientes recuperados ascienden a 8.700. La Tasa de mortalidad está en el orden del 2,2% y la de recuperación del 4,2%. Es el país con más casos confirmados y el nuevo centro de esta pandemia.
Le sigue Italia con 110 mil contagios, 13.155 muertos y más de 16.800 recuperados. España tiene 9.053 fallecidos y 102 mil personas contagiadas y tiene datos optimistas de 22.600 pacientes recuperados.
Ante un escenario desde ya dramático de Estados Unidos, ayer la Casa Blanca anunció que la proyección es que el coronavirus podría llegar a provocar entre 100.000 y 240.000 muertes en ese país.
“Es una cuestión de vida o muerte (…) Quiero que cada americano esté preparado para los días difíciles que pasaremos. Vamos a pasar dos semanas muy duras. Va a ser doloroso, muy doloroso durante dos semanas”, señaló Donald Trump con un claro giro de discurso y preocupación ante un escenario que él y su entorno minimizaron.
Pese a medidas que algunos de sus Estados tomaron, Trump en estas semanas quiso mantener un “relativa normalidad” en las actividades laborales y económicas, pero ayer alertó que el “pico más alto” de la pandemia “está por llegar” para lo cual se determinaron medidas de 30 días para frenar la propagación.
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