Jair Bolsonaro en el acto de posesión, cantando el himno nacional del Brasil. Foto:Captura
La Paz, 1 de enero (ANF).- Jair Messias Bolsonaro tomó posesión de la presidencia del Brasil esta tarde ante el Congreso Nacional Brasileño dando inicio a la era de la ultraderecha en el vecino país. En su discurso inaugural prometió combatir la corrupción y anunció que realizará una apertura económica en línea con Estados Unidos como parte de su política nacional para fomentar el desarrollo en su país.
“Los intereses brasileños estarán en primer lugar”, manifestó Bolsonaro en la ceremonia de investidura, “realizaremos reformas sustanciales que serán necesarias para la economía nacional”, expresó.
El nuevo presidente manifestó que una de las metas de su gobierno será “tener un Estado más eficiente y menos burocrático”, tomando como estrategia la reducción del organismo estatal al máximo para disminuir el gasto público.
En su discurso aseguró que respetará los principios del sistema democrático en su país y que protegerá ante todo la soberanía brasileña impulsando un acuerdo entre los tres poderes para restaurar la confianza en el sistema estatal.
Bolsonaro con tendencia de ultraderecha anunció la flexibilización del uso de armas para los civiles, “los ciudadanos de bien deben tener los medios para defenderse”, aseguró y aprovecho la jornada para atacar al movimiento feminista y al colectivo LGBTIQ.
“Enfrentando la ‘ideología de género’, Brasil será libre”, dijo el mandatario en su discurso.
Para finalizar sus palabras afirmó que “Brasil inicia un nuevo capítulo en su historia y ante los aplausos del público asistente, gritó la arenga “Brasil por encima de todo y Dios por encima de todo”.
En el acto de posesión la multitud presente para recibir al nuevo presidente, superó los estrictos controles de seguridad, mientras que el ultraderechista en compañía de su esposa, recorrieron las calles de Brasilia.
Jair Bolsonaro, es un excapitán del Ejército y ha optado por incluir a militares y exmilitares en siete de sus 22 ministerios, fue elegido el 28 de octubre en segunda vuelta por 58 millones de brasileños (55%) y llega al poder con un 75% de aprobación de sus medidas, según una encuesta del instituto Ibope.
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