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Economía

Carlos Gill, el mayor magnate de los negocios con el Estado

El empresario recibió a 14 periodistas bolivianos en Asunción, Paraguay, el matutino Página Siete refleja la participación de Gill en varios proyectos con el Estado, se considera el impulsor del tren bioceánico, participó en la construcción del teleférico y edifica un puerto en Rosario.
8 de Julio, 2018
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Carlos Gill es un empresario que tiene presencia en Bolivia. Foto: Internet

La Paz, 8 de julio (ANF).- Carlos Gill Ramírez es el mayor magnate de los negocios del Estado boliviano. De la mano del grupo empresarial que lleva su nombre participó en la construcción de la red de transporte por cable Mi Teleférico, además de que se considera ideólogo e impulsor del tren bioceánico y, en dos años, planea abrir en Rosario, Argentina, un puerto granelero de uso exclusivo para Bolivia.

Estos tres proyectos estratégicos para la economía boliviana son, según él, las razones que lo mantienen en contacto directo con el presidente Evo Morales, en comunicaciones telefónicas de al menos una vez por mes,  para tenerlo al tanto de los proyectos.

El Grupo Carlos Gill Ramírez está dividido en seis grandes áreas: industrial, logística, representaciones comerciales, comercio y franquicias, medios de comunicación y, por último, construcción.

En cuanto a su participación en los medios, Gill es dueño del periódico paceño La Razón y asegura que uno de sus principios como empresario es que mientras más distante se encuentre de las decisiones editoriales de su matutino, mejor será el producto.

Hace una semana, Gill recibió a una comitiva de 14 periodistas bolivianos en Asunción del Paraguay, donde ofreció un recorrido por la planta de Pinturas Montana, en las afueras de la capital.

En el encuentro, el empresario tomó con humor que por mucho tiempo se haya especulado sobre su procedencia, sus inversiones en Bolivia y que hasta se haya ganado la fama de ser un “fantasma”.

Todo eso en razón de que casi no apareció en los medios y nunca -hasta la anterior semana- se dio a la tarea de precisar cuáles eran sus inversiones en el país.

Cotienne y Doppelmayr

Entre las millonarias y diversas inversiones del Grupo Carlos Gill Ramírez en Bolivia se encuentra su participación en la construcción de la red de teleféricos de La Paz.

A través de su empresa Cotienne, Gill accedió a ser “subcontratista” de la firma austriaca Doppelmayr, con la que ejecutó la construcción de la red de transporte masivo de Mi Teleférico.

Pero, además de ésta, Cotienne se adjudicó otras obras de construcción en el sector petrolero boliviano, experiencia que le valió para trabajar con Doppelmayr.

Gill, también cónsul honorario de Paraguay en Venezuela, afirmó que hasta la fecha lleva invertidos al menos 300 millones de dólares en los negocios de logística que tiene en Bolivia. Y dentro de esa actividad se encuentra el transporte vía férrea de la carga boliviana hacia los puertos de exportación, principalmente en lo referido a minerales y granos.

El puerto de Rosario

Con la conexión de la red de ferrocarriles que el grupo empresarial consolidó en el oriente, Carlos Gill tiene proyectado entregar en un par de años el Puerto General San Martín, ubicado en la provincia argentina de Rosario.

Al ser propietario de la mayor empresa de logística que opera en el país, ya que realiza el transporte de carga boliviana a bordo de las locomotoras de Ferroviaria Andina y Ferroviaria Oriental -de las que es socio mayoritario- el empresario paraguayo extendió sus capitales del sector en Rosario, puerto fluvial argentino con acceso al océano Atlántico.

En la zona, el grupo empresarial adquirió un predio que se convertirá en el puerto exclusivo de granos bolivianos, que en la actualidad es exportado con dificultades, al no tener prioridad en el almacenaje y transporte.

El ambicioso proyecto está en marcha y la firma que lo lleva a cabo anunció que destinará al menos 100 millones de dólares para que el puerto esté listo para ser utilizado por Bolivia.

Construcciones y franquicias

Además de tener participación en la edificación orientada al negocio petrolero y su incursión en el tendido de la red de transporte por cable, en el sector de la construcción, el grupo de Gill tiene planeado realizar inversiones en Santa Cruz de la Sierra.

En la capital oriental, sobre la avenida Cristo Redentor, entre el cuarto y quinto anillo, construirá un edificio de departamentos sobre 30.000 metros cuadrados, diseñados para calificar dentro del crédito de vivienda de interés social, que también reunirá áreas comerciales y de oficinas.

La firma que es parte del conglomerado empresarial de Gill dedicada al negocio inmobiliario recibe el nombre de OCM Trading  y entre sus trabajos figura un condominio cerrado, también en Santa Cruz de la Sierra, donde se construyó 100 casas, también para financiamiento social.

En lo que respecta a las inversiones que tienen que ver con las representaciones comerciales, comercio y franquicias, Carlos Gill es dueño de Wendy’s, una emblemática compañía venezolana de comida rápida.

Desde que el empresario se hizo cargo de la administración de la franquicia, las operaciones de la cadena de restaurantes en su país de origen crecieron hasta el punto de adquirir los locales que cerró su competencia directa.

En ese sentido, Gill anunció que el próximo año tiene planeado inaugurar la primera franquicia de Wendy’s en Bolivia.

Con el negocio de la logística para el servicio a empresas bolivianas, Gill Ramírez explicó que su grupo tiene un fondo destinado al sector agrícola y otro parecido para el sector ganadero, “que va progresando bastante bien”.

El empresario sostuvo que no tiene inversiones en el sector minero, pero sí una importante participación en la logística.

Su compañía del rubro presta servicios a la Minera San Cristobal, Manquiri y Comibol. “Prestamos la logística para toda la minería, pero no tengo inversión minera”, manifestó.

El tren bioceánico

El conglomerado empresarial Gill Ramírez tiene participación mayoritaria en las empresas de ferrocarriles de oriente y occidente. A partir de ello es que el grupo planteó el crecimiento de las rutas férreas orientadas a consolidar el proyecto del tren bioceánico.

“Adquirimos el control de una compañía bastante destruida, bastante descuidada que nos llevaba un millón de toneladas, solamente era un tren soyero, no hacía ningún otro tipo de transporte, sino solamente soya. Y hoy en día la soya se convirtió en un 33% de nuestra carga, ya que estamos totalmente diversificados”, apuntó Gill, al referirse a la actividad de Ferroviaria Oriental, que junto con la Andina son los dos polos de transporte llamados a permitir el flujo de mercancías del Atlántico hacia el Pacífico, y viceversa.

Con base en el modelo de gestión ferroviario Open Access, la idea de Gill es convertir el tendido férreo de Andina y Oriental en una “autopista” que permita el transporte de mercadería desde Brasil hacia el Pacífico.

“Compramos ahora  tres locomotoras nuevas (para Ferroviaria Andina), por primera vez en Bolivia de tecnología suiza para las montañas. Van a empezar a llegar en febrero y  terminan en abril (de 2019)”, declaró el empresario.

Las nuevas máquinas de Andina fueron fabricadas para operar en regiones de altura y llevar carga por lugares accidentados, como los del altiplano boliviano.

“Hoy estamos  (transportando) 2,2 millones de  toneladas (de mercancías), tenemos 1.244 kilómetros  de vía ferrea, 35  locomotoras, 1.500 vagones operativos y tenemos de inversión  acumulada de la época de nosotros 200 millones de dólares. Para hacer esto se necesitaron estos 10 años que pasaron”, aclaró Gill.

La mayor parte de los tramos férreos de occidente están en condiciones de ser utilizados, lo mismo que las rutas de oriente, además de que  realizan trabajos para extender la vía hacia la frontera con Perú, Argentina y Brasil.

El ideal de Gill es que la vía férrea que parte desde Arica, atraviesa La Paz, continúa por Cochabamba, rumbo a Santa Cruz y penetra territorio brasileño llegue hasta Santos, donde está el puerto que opera en el Atlántico.

“Nuestro sueño siempre fue hacer el bioceánico y hoy podemos decir que es una realidad, que formamos parte de la malla oeste (de transporte férreo del Pacífico hacia el Atlántico)”, subrayó el magnate de los negocios del Estado.

/Texto extraído del diario Página Siete/

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