
La Paz, 23 de mayo de 2025 (ANF).- Los incendios y la deforestación del 2024 provocaron que Bolivia pierda grandes cantidades de bosques primarios, un 200% más que en 2023, lo que le sitúa como el segundo país en el mundo con deforestación de esas áreas críticas, según datos del laboratorio GLAD de la Universidad de Maryland y el Observatorio Forestal Global del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el informe, los bosques primarios tropicales desaparecieron en todo el mundo a un ritmo de 18 canchas de fútbol por minuto, casi el doble que en 2023. Este fenómeno provocó la emisión de 3,1 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, una cifra equivalente a las emisiones anuales de CO₂ derivadas del uso de combustibles fósiles en la India.
En el caso de Bolivia, la pérdida de cobertura boscosa alcanzó niveles sin precedentes, impulsada principalmente por incendios forestales iniciados para despejar tierras destinadas a la agricultura industrial, en especial la ganadería —responsable del 57% de la deforestación nacional, según estimaciones— y el cultivo de soya, caña de azúcar, maíz y sorgo. Aunque el fuego fue tradicionalmente empleado como herramienta de manejo de tierras, las condiciones climáticas cada vez más cálidas y secas han intensificado los riesgos, provocando incendios descontrolados y temporadas más largas de incendios.
El país enfrentó además una de las sequías más severas de su historia reciente. Datos oficiales indican que casi el 12% del territorio nacional fue afectado por incendios, incluyendo vastas áreas de bosques. La falta de sistemas de alerta temprana y recursos adecuados para la respuesta rápida agravaron la situación, especialmente en comunidades rurales, mientras que zonas urbanas fueron afectadas por el humo de los incendios.
Expertos y organizaciones ambientales advierten que las políticas gubernamentales han contribuido a la crisis. En 2024, el Gobierno eliminó los cupos de exportación para la soya y la carne bovina, incentivando aún más la expansión del agronegocio. Posteriormente, se levantaron los aranceles a la importación de agroquímicos y maquinaria, y se estableció una moratoria de entre dos y cinco años para el pago de préstamos de productores afectados por los incendios.
A pesar de observar las medidas del Gobierno frente a la crisis ambiental, el informe resalta que el Territorio Indígena Charagua Iyambae, en el sur del país, logró mantener bajo control los incendios por segundo año consecutivo.
Las inversiones en sistemas de alerta temprana y la implementación de estrictas políticas de uso del suelo permitieron contener el avance del fuego, convirtiendo a esta área protegida en un ejemplo de gestión efectiva liderada por comunidades indígenas.
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