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Nacional Sociedad

¿Un mundo feliz?

ANF J8288 16:06:33 24-03-1999 VAR GRIMALT-COMENTARIO ¿Un mundo feliz? INSOMNIO Ramón Grimalt i Oblitas En medio de tanta bosta política, guerra, corrupción y pobreza, hay que darse un tiempito para leer aquellas noticias curiosas que a veces publica la prensa sin necesidad de recurrir a las páginas de esos panfletos amarillistas que circulan por ahí, con un par de tetas como reclamo. Una de estas curiosidades, tuve oportunidad de recogerla de la página electrónica de "La Vanguardia" de mi Barcelona natal. Permítanme, entonces, contarles esta historia. Bueno, pues resulta que la señora Le Hang, vietnamita ella, de 55 años, después de dos intentos de suicidio, decidió resignarse a vivir esperando que su asidua visita a las pagodas le permita encontrar algún día el sueño que perdió hace 32 años. Sí, sí, han leído bien, el sueño perdido hace 32 años. Caso único en Vietnam y con seguridad en el mundo, Nguyen Thi Le Hang, dice que no puede pegar ojo desde 1965, cuando nació su último hijo. "Todos los médicos han tirado la toalla"- cuenta la insomne señora Le Hang-"No pueden encontrar lo que tengo y mi historia clínica está en manos de profesores de medicina en Rusia y Singapur". Vaya por Dios. Y es que a diferencia de otro caso famoso en el país, el de una mujer que perdió el sueño durante 10 años a causa de un tumor cerebral, los exámenes realizados a la señora Le Hang son desesperadamente normales. Ni la medicina tradicional china, ni la acupuntura con láser, que ya es decir, ni las pociones a base de frijoles, han logrado hacerle perder su insomnio. Fíjense que hasta trataron de sentarla a ver varias telenovelas mejicanas como "La usurpadora" entre otras lindezas, y nada de nada. Bromas aparte, dosis masivas de somníferos lograron un efecto de dos horas durante algunas noches pero nada más. "Lo más extraño es que estoy bien, trabajo normalmente en la casa", dice la señora Le Hang. Y en efecto, sólo sufre un poco de diabetes y de reumatismo, y pese a sus ojos caídos es una mujer que hace gimnasia todos los días. Ignoro si esta buena mujer habrá recurrido a una terapia de hipnosis, que algunos psicoanalistas consideran muy útil para tratar males, no lo sé. Pero imagino lo terrible que debe ser no poder conciliar el sueño, estar despierto durante las veinticuatro horas del día sin descanso. La compadezco, sobre todo yo, que valoro esas ocho a nueve horas ininterrumpidas de sueño aunque algún vecino cumbiero y cabroncete el hombre, se empeñe en impedirlo a base de chumba chumba, bom bom. CARACTERES: 2018
24 de Marzo, 1999
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ANF J8288 16:06:33 24-03-1999VAR GRIMALT-COMENTARIO¿Un mundo feliz?INSOMNIO Ramón Grimalt i Oblitas En medio de tanta bosta política, guerra, corrupción y pobreza, hay que darse un tiempito para leer aquellas noticias curiosas que a veces publica la prensa sin necesidad de recurrir a las páginas de esos panfletos amarillistas que circulan por ahí, con un par de tetas como reclamo. Una de estas curiosidades, tuve oportunidad de recogerla de la página electrónica de "La Vanguardia" de mi Barcelona natal. Permítanme, entonces, contarles esta historia. Bueno, pues resulta que la señora Le Hang, vietnamita ella, de 55 años, después de dos intentos de suicidio, decidió resignarse a vivir esperando que su asidua visita a las pagodas le permita encontrar algún día el sueño que perdió hace 32 años. Sí, sí, han leído bien, el sueño perdido hace 32 años. Caso único en Vietnam y con seguridad en el mundo, Nguyen Thi Le Hang, dice que no puede pegar ojo desde 1965, cuando nació su último hijo. "Todos los médicos han tirado la toalla"- cuenta la insomne señora Le Hang-"No pueden encontrar lo que tengo y mi historia clínica está en manos de profesores de medicina en Rusia y Singapur". Vaya por Dios. Y es que a diferencia de otro caso famoso en el país, el de una mujer que perdió el sueño durante 10 años a causa de un tumor cerebral, los exámenes realizados a la señora Le Hang son desesperadamente normales. Ni la medicina tradicional china, ni la acupuntura con láser, que ya es decir, ni las pociones a base de frijoles, han logrado hacerle perder su insomnio. Fíjense que hasta trataron de sentarla a ver varias telenovelas mejicanas como "La usurpadora" entre otras lindezas, y nada de nada. Bromas aparte, dosis masivas de somníferos lograron un efecto de dos horas durante algunas noches pero nada más. "Lo más extraño es que estoy bien, trabajo normalmente en la casa", dice la señora Le Hang. Y en efecto, sólo sufre un poco de diabetes y de reumatismo, y pese a sus ojos caídos es una mujer que hace gimnasia todos los días. Ignoro si esta buena mujer habrá recurrido a una terapia de hipnosis, que algunos psicoanalistas consideran muy útil para tratar males, no lo sé. Pero imagino lo terrible que debe ser no poder conciliar el sueño, estar despierto durante las veinticuatro horas del día sin descanso. La compadezco, sobre todo yo, que valoro esas ocho a nueve horas ininterrumpidas de sueño aunque algún vecino cumbiero y cabroncete el hombre, se empeñe en impedirlo a base de chumba chumba, bom bom.CARACTERES: 2018

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