
NUEVA CRÓNICA: Una ruta inconstitucional
El de Evo Morales deja de ser progresivamente el “gobierno de los movimientos
sociales” encabezado por el “primer presidente indígena” de la historia
boliviana –que es la imagen que tan buenos resultados le dio en la escena
internacional- para comportarse de manera flagrante como el gobierno de los colonizadores
campesinos presidido por el primer dirigente sindical cocalero que llega a esa
alta función del Estado. La manera arbitraria en que se toman decisiones de
política pública –como la adjudicación de la carretera a OAS, la construcción
de un mega aeropuerto en Chimoré o la edificación de un costoso museo en el
santuario de Orinoca- junto a mecanismos informales de financiamiento de obras
de tipo prebendal de las que está lleno el programa “Evo Cumple”, muestran un
estilo de gestión poco transparente, que reproduce los códigos informales que
rigen en los sectores sociales más beneficiados por este gobierno: cocaleros y
contrabandistas de automóviles. La preponderancia en este régimen de figuras
como Fidel Surco e Isaac Ávalos confirma esta apreciación. Claramente, el de
Evo Morales no es el “gobierno de las leyes” que corresponde a una República
democrática, sino un régimen que se caracteriza por su sistemática violación
del orden constitucional. La explicación de que esto sucede en todos los
gobiernos revolucionarios esconde la evidencia de que este no es un régimen
insconstitucional por ser revolucionario sino que aparenta ser revolucionario
por ser inconstitucional.
LOS TIEMPOS: Diálogo ¡ya!
Como oportunamente se ha advertido desde diferentes sectores, dejar pasar el
tiempo sin que las autoridades de Gobierno y los dirigentes de los pueblos
indígenas que habitan en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro
Sécure (Tipnis) arriben a un acuerdo, ha sido una invitación a la
radicalización de posiciones y, por tanto, a crear condiciones para que, al
menor descuido, puedan desatarse acciones de violencia fratricida. Lo que ha
sucedido ayer con el Ministro de Relaciones Exteriores es una muestra de esa
situación. El que dirigentes indígenas lo hayan utilizado prácticamente como un
escudo para evitar la represión policial es inadmisible, no sólo por quién se
trata y la misión de la que era portavoz, sino porque es tiempo de comprender
que por encima de toda posición político-ideológica debe primar el respeto a la
persona. Sin embargo, se debe comprender que los marchistas también están
siendo objeto de una agresión permanente tanto de parte de las autoridades del
Gobierno, como de los dirigentes de los cocaleros y colonizadores. Incluso,
como se ha denunciado, se ha llegado al extremo de que en diversos momentos
impidieron que los marchista puedan tener acceso a agua, con el propósito de
doblegar su decisión de marchar hacia La Paz.
EL DEBER: Un nuevo e inédito rol policial
La Policía
boliviana sigue de tumbo en tumbo (…). La mentada restructuración de la Policía boliviana parece
que ha quedado “ad calendas graecas”, o sea, sin fecha de inicio. Mientras tal
cosa sucede –en desmedro de la ciudadanía indefensa y desprotegida-, he
aquí que se está generando -por mandato de las autoridades del MAS- un nuevo
conjunto de singulares pautas policiales no constitucionales, pero
obviamente políticas. Hemos visto cómo la Policía bloquea la marcha de los pueblos del
Tipnis asumiendo ese lamentable rol en función de las políticas dictadas desde
el poder central. Hemos visto también como –so pretexto de preservar la
‘salud’- ha privado a mujeres y niños que acompañan la marcha de sus raciones
de agua, elemento este fundamental para la vida y que el propio Gobierno
declaró como Derecho humano, algo reconocido inclusive por la propia
Organización de las Naciones Unidas (ONU) en una resolución expresa.
OPINIÓN: La consulta significa institucionalidad
La consulta es un mecanismo para conocer la opinión o el criterio de personas,
instituciones, pueblos y otros estamentos sobre un determinado asunto que le
afecta o afectará su vida o sus intereses colectivos. La consulta no es sólo un
proceso que se escribe en un texto legal y se aplica sin respetar los
procedimientos que al final de cuentas son los que le dan la fuerza
institucional que requiere. Es decir que la consulta no es algo que se puede
improvisar. La consulta es un proceso participativo que se basa en normas o
convenios y en el caso del TIPNIS debería tener como objetivo que estos pueblos
originarios sean partícipes de las políticas públicas, es decir de la
construcción de principio a fin del proyecto vial. La consulta posee
institucionalidad cuando se establecen los alcances, la gente que participará
de ella, el procedimiento de participación y de apoyo, las etapas del proceso y
su desarrollo, los lugares donde se realizará, la inscripción, las boletas o
documentos.
CAMBIO: Disidentes del MAS ven una oportunidad
La marcha de los indígenas de tierras bajas mostró su característica política
no sólo por que se vincula a cuestiones de dominio, a las aspiraciones de poder
de algunos dirigentes, sino por la presencia de ex funcionarios desplazados del
gobierno que anticipadamente anunciaron su interés de conformar un partido
opositor al MAS (…).Es en ese marco —del “poder”— en el que se pueden entender
las declaraciones del principal impulsor de la movilización, Adolfo Chávez,
quien admitió su interés de ser candidato a Presidente del Estado (en las
próximas elecciones), y que otro representante admitiera la necesidad de forjar
un instrumento político distinto del MAS: “Si fuera necesario pensar en un
instrumento político propio, ¿por qué no hacerlo?, si está dispuesto en la Constitución, y no
podemos coartar ese derecho” (…).En ese contexto se sumaron a la movilización
ex funcionarios de gobierno como Alejandro Almaraz, Gustavo Guzmán y otros,
quienes —meses atrás— pidieron “recuperar y reconducir el proceso de cambio”.
PÁGINA SIETE: El sistema estatal “corporativo”
Los recientes conflictos en el país, desde la marcha indígena a la escasez de
gasolina en La Paz por un bloqueo barrial, nos dicen que las cosas están
volviendo a ocurrir conforme a los ritmos tradicionales de la historia
nacional. Una vez más se pretende que las decisiones no sean el resultado del
debate democrático ni del dictamen técnico, sino de la correlación de fuerzas
establecida entre corporaciones (movimientos sociales, sindicatos,
organizaciones estatales y paraestatales), cada una de ellas interesada en
torcer el orden público a su favor.
No es el fenómeno de un día. El Estado es muy débil como para crear un orden
aceptado por la mayoría, que permitiría pacificar las luchas intestinas. No
cuenta con el suficiente respeto popular ni con la necesaria fuerza, y tampoco
ha tenido logros históricos (por ejemplo, la puesta en marcha de un modelo
económico que funcione), que le permita mostrarse ante la sociedad como
portador de un norte colectivo, de una verdad común.
LA RAZÓN: Una joya cruceña
Esta noche, luego de 10 exitosos días, la Feria Internacional
de Santa Cruz (Expocruz) cierra su 36 versión consolidada como el evento más
importante del calendario cruceño, además del Carnaval, debido a su
determinante influencia en la economía de ese departamento, antes, durante y
después de los días que permanece abierta al público. Y es que la Expocruz es el emblema de
la productividad cruceña, pues reúne en su inmenso campo ferial a todas las
actividades económicas imaginables, desde la venta de artesanía hasta sofisticados
contratos de transferencia de tecnología genética para la ganadería, pasando
por cuanta actividad productiva y de servicios pueda ser nombrada. Otra prueba
de su importancia es no sólo el reconocimiento de la Feria como la tercera más
importante de Sudamérica, sino sobre todo la presencia, este año, de 2.250
expositores provenientes de 22 países, cuyos stands fueron visitados por más de
medio millón de personas.
LA PRENSA: Un mundo sin Hugo Chávez
Según las declaraciones de Roger Noriega, exrepresentante de los Estados Unidos
de Norteamérica ante la
Organización de Estados Americanos (OEA), la salud del
presidente venezolano, Hugo Chávez, es más seria de lo que éste deja entrever.
De lo que la campaña mediática de su Gobierno comunica al pueblo. Los ciclos de
quimioterapia a los que ha sido sometido no habrían logrado los resultados
esperados. Aparentemente, el cáncer que lo agobia avanza en desmedro de su
salud. ¿Se podrá decir que ha llegado la hora de considerar una transición de
poder en este país? ¿El mandato presidencial, que parecía indefinido, perpetuo
—con o sin fraude electoral—, habrá llegado a su fin? Todo tiene un principio y
un final. El día y la noche y hasta nuestra propia existencia.
///SA///