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Nacional Sociedad

Papa pide a la juventud mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría

El Santo Padre expresó su enorme alegría de estar en la casa de la Madre de todos los brasileños, el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, por lo que le pidió a María, nuestra Madre, “el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud y poner a sus pies la vida del pueblo latinoamericano”.
24 de Julio, 2013
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El Papa Francisco reza conmovido ante la Virgen de Aparecida/ Foto ACI prensa
El Papa Francisco reza conmovido ante la Virgen de Aparecida/ Foto ACI prensa

Redacción Central, 24 Jun. (ANF).- El Papa Francisco pidió a los fieles católicos en la Santa Misa celebrada este miércoles en la Basílica del Santuario de Aparecida, Río de Janeiro, mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría, al señalar que ante la existencia del “dragón”, el “diablo”, en nuestra historia, el “más fuerte es Dios, y Dios es nuestra esperanza”.

El Santo Padre expresó su enorme alegría de estar en la casa de la Madre de todos los brasileños, el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, por lo que le pidió a María, nuestra Madre, “el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud y poner a sus pies la vida del pueblo latinoamericano”.

Señaló que en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud, que lo ha traído a Brasil, vino a llamar a la puerta de la casa de María —que amó a Jesús y lo educó— para que ayude a todos, pastores del pueblo de Dios, padres y educadores, a transmitir a los jóvenes los valores que los hagan artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno.

El Papa pidió mantener la esperanza: “La Segunda Lectura de la Misa presenta una escena dramática: una mujer —figura de María y de la Iglesia— es perseguida por un dragón —el diablo— que quiere devorar a su hijo. Pero la escena no es de muerte sino de vida, porque Dios interviene y pone a salvo al niño. Cuántas dificultades hay en la vida de cada uno, en nuestra gente, nuestras comunidades. Pero, por más grandes que parezcan, Dios nunca deja que nos hundamos”.

“Ante el desaliento que podría haber en la vida, en quien trabaja en la evangelización o en aquellos que se esfuerzan por vivir la fe como padres y madres de familia, quisiera decirles con fuerza: Tengan siempre en el corazón esta certeza: Dios camina a su lado, en ningún momento los abandona. Nunca perdamos la esperanza. Jamás la apaguemos en nuestro corazón. El “dragón”, el mal, existe en nuestra historia, pero no es el más fuerte. El más fuerte es Dios, y Dios es nuestra esperanza”.

Considera que en la actualidad  los jóvenes sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: El dinero, el éxito, el poder, el placer. Con frecuencia se abre camino en el corazón de muchos una sensación de soledad y vacío, y lleva a la búsqueda de compensaciones, de estos ídolos pasajeros: “Queridos hermanos y hermanas, seamos luces de esperanza. Tengamos una visión positiva de la realidad. Demos aliento a la generosidad que caracteriza a los jóvenes, ayudémoslos a ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor: son un motor poderoso para la Iglesia y para la sociedad. Ellos no sólo necesitan cosas”.

“Necesitan sobre todo que se les propongan esos valores inmateriales que son el corazón espiritual de un pueblo, la memoria de un pueblo. Casi los podemos leer en este santuario, que es parte de la memoria de Brasil: espiritualidad, generosidad, solidaridad, perseverancia, fraternidad, alegría; son valores que encuentran sus raíces más profundas en la fe cristiana”, sostuvo el Santo Padre.

El Papa pidió como segunda actitud dejarse sorprender por Dios, pues las personas que mantienen la esperanza saben que Dios actúa y sorprende también en medio de las dificultades. “Y la historia de este santuario es un ejemplo: tres pescadores, tras una jornada baldía, sin lograr pesca en las aguas del Río Parnaíba, encuentran algo inesperado: una imagen de Nuestra Señora de la Concepción. ¿Quién podría haber imaginado que el lugar de una pesca infructuosa se convertiría en el lugar donde todos los brasileños pueden sentirse hijos de la misma Madre?”.

“Dios nunca deja de sorprender, como con el vino nuevo del Evangelio que acabamos de escuchar. Dios guarda lo mejor para nosotros. Pero pide que nos dejemos sorprender por su amor, que acojamos sus sorpresas. Confiemos en Dios. Alejados de él, el vino de la alegría, el vino de la esperanza, se agota. Si nos acercamos a él, si permanecemos con él, lo que parece agua fría, lo que es dificultad, lo que es pecado, se transforma en vino nuevo de amistad con él”, dijo el Papa.

El Santo Padre pidió a los millones de jóvenes en el mundo mantener una tercera actitud: Vivir con alegría. “Queridos amigos, si caminamos en la esperanza, dejándonos sorprender por el vino nuevo que nos ofrece Jesús, ya hay alegría en nuestro corazón y no podemos dejar de ser testigos de esta alegría. El cristiano es alegre, nunca triste. Dios nos acompaña. Tenemos una Madre que intercede siempre por la vida de sus hijos, por nosotros, como la reina Esther en la Primera Lectura”.

“Jesús nos ha mostrado que el rostro de Dios es el de un Padre que nos ama. El pecado y la muerte han sido vencidos. El cristiano no puede ser pesimista. No tiene el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo. Si estamos verdaderamente enamorados de Cristo y sentimos cuánto nos ama, nuestro corazón se «inflamará» de tanta alegría que contagiará a cuantos viven a nuestro alrededor. Como decía Benedicto XVI: «El discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro» (Discurso Inaugural de la V Conferencia general del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Aparecida, 13 de mayo 2007).

“Queridos amigos, hemos venido a llamar a la puerta de la casa de María. Ella nos ha abierto, nos ha hecho entrar y nos muestra a su Hijo. Ahora ella nos pide: «Hagan todo lo que él les diga» (Jn 2,5). Sí, Madre nuestra, nos comprometemos a hacer lo que Jesús nos diga. Y lo haremos con esperanza, confiados en las sorpresas de Dios y llenos de alegría. Que así sea”, manifestó el Papa.
//JLZ//

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