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Nacional Sociedad

Cochabamba fue primera en lucha por la independencia

14 de septiembre, 2010 - 17:24
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Cochabamba, 14 SEP (ANF).- La antigua Khochapampa, hoy Cochabamba, fue clave en la lucha por la independencia y la libertad del Alto Perú, pues en sus fértiles valles se libraron miles de batallas por alcanzar la ansiada libertad del yugo español. Su rebeldía demostrada en la gesta heroica del 14 de septiembre de 1810, la primera en el continente, fue valorada por los vecinos países con la leyenda de “América será libre porque Cochabamba quiere que lo sea”.
 
Según la historiadora y jefa de Patrimonio Cultural de la Alcaldía de Cochabamba, Itala de Maman, la afamada “llajta” fue protagonista de la sublevación de Alejo Calatayud en 1730 y la guerra de guerrillas hasta 1825, siendo conocida como centro mayor de la rebelión contra los excesos expoliadores de la Corona española.
 
Precisó que desde épocas tempranas de la penetración colonial, la tierra en Cochabamba fue objeto de codicia de los españoles, por la fertilidad de sus suelos, la bonanza del clima y la perspectiva de exportación de los productos agrícolas y pecuarios a mercados de Potosí. Esto condujo a la expropiación de tierras de comunidades indígenas, reduciendo a su mínima expresión la presencia en los valles de esas unidades de producción. Este proceso tuvo como consecuencia la formación de un gran sector de población mestiza tanto en el sector de la economía campesina como en el artesanado, agregó.
 
De Maman sostuvo que la presencia de un elevado porcentaje de mestizos en los valles de Cochabamba dio como resultado un sincretismo cultural entre las tradiciones hispánicas y las andinas, produciendo un mestizaje cultural además del biológico.
 
ZONA PRODUCTORA: Según la historiadora, Cochabamba fue considerada en esa época como el “granero del Alto Perú”, debido a la producción de cereales y también a la dinámica artesanal de tejidos, vidrio y de pólvora. Esta condición, unida al sincretismo cultural, generó una particular percepción de la situación política, que motivan la decidida participación de Cochabamba en los conflictos sociales más significativos de nuestra historia.
 
Durante la época colonial, en los momentos decisivos de la historia latinoamericana, la contribución de Cochabamba fue contundente por la sublevación de Alejo Calatayud; el alzamiento indígena (1780-1782) y la guerra de la independencia.
 
SUBLEVACIONES: Según De Maman, la sublevación encabezada por Alejo Calatayud, figura como una de las más importantes gestas precursoras de la independencia, no sólo en la Audiencia de Charcas —hoy Bolivia—, sino también en América. En el imaginario de los intelectuales del siglo XIX, fue importante la gesta al punto de aludirla en una estrofa del Himno a Cochabamba donde se establece que “fue el primero en la lucha marcial”.
 
Informó que este movimiento social ocurrido en noviembre de 1730 tuvo como fundamento la situación económica y social presente en un determinado sector de la población, cuyas reivindicaciones van a indicar los alcances y límites de este movimiento, así como las características esenciales que dan un tinte peculiar al mismo. Los líderes surgen del gremio de los artesanos, particularmente de los plateros.
 
La investigadora precisó que la causa de la sublevación se debió a la presencia del revisitador Manuel Venero de Valera, comisionado por el Virrey de Lima José Armendáriz, Marqués de Castelfuerte, quien ordenó una revisita y numeración general de indios para extender el universo de la población tributaria, que incluyó a los mestizos quienes estaban exentos del pago de tributos.
 
“La crisis crónica de las finanzas de la corona española inducía a extremar los esfuerzos para incrementar las arcas reales”, dijo.
 
INSURRECCIONES: De Maman sostiene que el segundo momento histórico se dio cuando en 1780, en la denominada “Era de la Insurrección”, los indígenas organizan la más grande insurrección contra el régimen español, involucrando a más de 200 mil indios. Los valles de Cochabamba se conmueven con los ecos de la gran rebelión de Tupac Amaru. Los insurrectos en el valle alto, Sacabamba, Matarani, Cliza, Punata, Tarata, y las provincias altas de Arque, Tapacarí, Ayopaya y muchos otros lugares del valle, levantan banderas de insurrección, proclamando ser soldados de Túpac Amaru. Durante este período emergen importantes líderes como Condori y Martín Uchu.
 
Esta rebelión fue aplacada por los criollos y españoles de la entonces Villa de Oropeza, razón por la cual el Rey de España, Carlos III, asciende a Cochabamba al rango de ciudad y da como premio una importante donación que contribuye a la construcción de una fuente de agua en la plaza mayor, hoy 14 de Septiembre.
 
El escudo de armas de Cochabamba descrito por Francisco de Viedma en su informe al Rey, con un círculo de cabezas degolladas y en el medio un león rampante, es interpretado como un testimonio de este hecho histórico.
 
INDEPENDENCIA: Itala de Maman, investigadora de la historia regional, afirma que es durante la guerra de la independencia cuando Cochabamba muestra su vocación por la intervención en los conflictos sociales y políticos, sobre todo en aquellos en que la libertad estaba en juego.
 
Dijo que la contribución de Cochabamba en el proceso de emancipación altoperuano fue persistente, el mismo que para esta región tuvo una duración de 15 largos y tormentosos años desde 1810 hasta 1825, en cuyo contexto temporal los principales teatros de operaciones fueron los valles interandinos, con una persistente contribución de sus poblaciones durante todo el período.
 
El rol protagónico de Cochabamba en la guerra de la independencia ha sido aludido en gran parte de la bibliografía regional, como una característica inherente a la condición de región rebelde tanto en la época colonial como en la era republicana. A comienzos del siglo XIX, Cochabamba había resentido seriamente la crisis del mercado potosino y su clase terrateniente se debatía entre la crisis de la agricultura, producto de las gravísimas sequías de 1804 y la hambruna, producto del desastre ecológico y el decadente comercio que obligaba a cifrar las esperanzas de reactivación económica en alternativas productivas y de mercados también alternativos.
 
Las primeras noticias de la crisis política internacional sorprendieron a Cochabamba en un ambiente de incertidumbre. Por una parte, acababa de morir Francisco de Viedma, uno de los intendentes más representativos del régimen que la ilustración borbónica impuso en América, el gobierno interino del nuevo Intendente Gonzáles Prada, se debatía en conflictos cotidianos de toda índole.
 
La convocatoria a la insurrección halló fácilmente adeptos en la región de Cochabamba, lugar donde emergieron los líderes más importantes de la primera fase de la guerra de la independencia. La victoria de Aroma y los primeros años de lucha otorgaron a Cochabamba la famosa frase repetida en la Gaceta de Buenos Aires que decía: “El Alto Perú será libre porque Cochabamba quiere que lo sea”.
 
Evidentemente, se conoce a Cochabamba como el lugar donde, con más persistencia, se luchó por la independencia, pero no se conoce mucho de cómo los combatientes se aprovisionaron de armamento para hacer frente al ejército realista. De los documentos consultados en los archivos del Perú y la Argentina, se evidencia que durante los años de lucha emancipadora Cochabamba se convirtió en un proficuo taller de fabricación de armamento.
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