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Nacional Política

Para expertos, la negociación es la vía para solucionar el tema marítimo

Sin embargo, los analistas indicaron que ahora las condiciones no están dadas para reanudar las conversaciones por la tensa relación con Chile y su falta de voluntad.
23 de Marzo, 2019
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El presidente Evo Morales y su par chileno, Sebastián Piñera. Foto: Evo Morales.
El presidente Evo Morales y su par chileno, Sebastián Piñera. Foto: Evo Morales.
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La Paz, 23 de marzo (ANF).- Tras más de cinco meses del fallo adverso de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), analistas en temas internacionales coincidieron en que la negociación entre Bolivia y Chile es el mecanismo “más efectivo” para alcanzar una solución a la centenaria demanda marítima, aunque esto depende de la voluntad política de ambos países.

Sin embargo, ambos especialistas también indicaron que en este momento las condiciones no están dadas para las conversaciones debido a la tensa relación con Chile y su falta de voluntad.

La docente en Derecho Internacional Público de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Karen Longaric, indicó a ANF que la solución al tema marítimo no es jurídica sino más bien política y diplomática por la vía de la “negociación”, ya sea de forma directa o mediante “negociaciones asistidas” por terceros, así como la mediación o una conciliación.

“Sea el mecanismo que se utilice, Chile deberá estar de acuerdo con ello, en virtud del principio de sumisión voluntaria a los mecanismos de solución pacífica de controversias internacionales”, afirmó la especialista.

El analista en temas internacionales, Andrés Guzmán, explicó a este medio que la negociación —según la experiencia internacional— es la vía más efectiva e idónea para alcanzar una “solución definitiva” al diferendo marítimo. No obstante, señaló que también se puede optar por los mecanismos de la conciliación, la mediación, el arbitraje y otros.

Empero, el diplomático sostuvo que en este momento es “difícil” pensar en una negociación con el vecino país debido a la “retórica confrontacional” que estableció el Gobierno en el último tiempo y que generó el rechazo del pueblo chileno.

Longaric y Guzmán realizaron el análisis en el marco del primer Día del Mar, tras la sentencia del alto tribunal de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que declaró, el 1 de octubre de 2018, que Chile no había adquirido la obligación de negociar un acceso soberano al mar para Bolivia.

En tanto, la CIJ manifestó además que su decisión no debería ser un freno para dialogar entre ambos países, en un espíritu de buena vecindad, para tratar la situación de mediterraneidad del país. “Con la voluntad de ambas partes se pueden emprender negociaciones significativas”, señaló la Corte en el dictamen.

Días después de la derrota en La Haya, el presidente Evo Morales envió una carta a su par chileno, Sebastián Piñera, para reanudar el diálogo y buscar una solución al diferendo marítimo, a lo que Piñera respondió que su país retomará las conversaciones si Bolivia abandona la “absurda” demanda de salida al mar y si cumple “algunas condiciones básicas”.

En ese sentido, Guzmán indicó que el Gobierno de Piñera no tiene “ninguna predisposición” para lograr un entendimiento.

El diplomático mencionó que una muestra de ello es que hasta ahora no se han reactivado las reuniones del Comité de Frontera e Integración que fueron canceladas por Chile de forma unilateral e intempestiva, en septiembre de 2018, bajo el argumento de que no existen las condiciones para los encuentros. Dicha medida se dio luego de que Bolivia presentó la contrademanda para hacer respetar sus derechos sobre las aguas del Silala.

“Por eso, las condiciones no están dadas debido a que el Gobierno boliviano no ha generado un ambiente propicio para negociar en términos de acercamiento hacia Chile y contar con el apoyo internacional. Además de que Chile no tiene ningún interés por avanzar”, aseguró Guzmán.

A decir de Longaric, el diálogo bajo las actuales circunstancias es “impensable”. Por lo cual, recomendó que primero se deben retomar las conversaciones en otros temas de la extensa agenda bilateral y más adelante se irá reconfigurando un “escenario más favorable” para restaurar el diálogo sobre el tema marítimo.

En esa línea, los expertos también hicieron una evaluación de la estrategia jurídica, política, diplomática y comunicacional asumida en la demanda marítima interpuesta contra Chile, en 2013, en la que se solicitaba a la CIJ que declare que la nación vecina estaba obligada a negociar de “buena fe” una salida al mar con soberanía con base en las promesas unilaterales efectuadas a lo largo de la historia bilateral.

Longaric explicó que tras hacer un análisis jurídico la Corte determinó que no había obligación jurídica puesto que La Moneda en “ningún momento” se había comprometido expresamente a negociar. “La Corte señaló que los acuerdos y tratados que concretan los estados deben ser a través de manifestaciones claras y expresas”, apuntó.

En ese entendido, Guzmán puntualizó que uno de los errores de Bolivia durante el proceso fue la “incoherencia” que tuvo entre la parte jurídica y la político-diplomática, ya que mientras pedía una negociación de buena fe en su demanda, el Gobierno desarrolló una “innecesaria” relación de confrontación con Chile que no contribuyó a generar las condiciones para una negociación.

“Los jueces seguramente vieron esa actitud contradictoria como un intento por obtener réditos políticos del caso y no como una señal de verdadera voluntad por negociar y resolver el problema”, precisó Guzmán.

El diplomático añadió que a ello se suma el exceso de confianza que demostraron los representantes nacionales debido a que expresaron en reiteradas oportunidades que el proceso judicial podría ser favorable para el país.

En ese sentido, la especialista en Derecho Internacional Público afirmó que la estrategia comunicacional del Gobierno no ayudó en nada sino más bien exacerbó los ánimos de los chilenos contra Bolivia y profundizó del “encono” de los unos contra otros.

“La lectura distorsionada del proceso judicial alentó el patrioterismo (chauvinismo) en el pueblo boliviano, actitud que no es buena y que encubre otros males o carencias”, señaló Longaric.

A decir de Guzmán, el Ejecutivo “infló las expectativas al máximo” y vendió la idea que el país estaba cerca del mar, lo cual fue otro “error” que también se debió al exceso de confianza.

“La prudencia debe ser parte de todas las acciones internacionales del Gobierno, no solo en la demanda por el Silala, que también debe manejarse con mucho cuidado”, finalizó.

/AQZ/FC/

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    Bolivia,Chile,Demanda Marítima,Corte Internacional de Justicia