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Nacional Política

NGP de Jaime Dunn propone subsidios inteligentes, carburantes en manos privadas y el Boliviano Digital

Entre los pilares inmediatos de acción se encuentra la implementación de una política de precios consensuados para alimentos básicos, que evite la especulación sin recurrir a controles generalizados.
26 de mayo, 2025 - 17:43
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Jaime Dunn junto a su acompañante, Edgar Uriona. Foto: Erbol
Jaime Dunn junto a su acompañante, Edgar Uriona. Foto: Erbol

La Paz, 26 de mayo de 2025 (ANF).- Con la mirada puesta en las elecciones generales del 17 de agosto de 2025, el candidato presidencial Jaime Dunn presentó los ejes centrales del programa de gobierno de Nueva Generación Patriótica (NGP), donde destaca la propuesta de un Modelo Económico Mixto (MEM) orientado a generar un crecimiento inclusivo, progresivo y sostenible para Bolivia.

La propuesta, contenida en el documento titulado “Modelo Económico: hacia una etapa inclusiva, progresiva y duradera”, se basa en un equilibrio estratégico entre el rol regulador del Estado y el dinamismo del sector privado.

El MEM plantea una diversificación productiva que permita reducir la dependencia de los hidrocarburos y la minería, apostando por sectores como la agroindustria, la manufactura, el desarrollo tecnológico y la economía del conocimiento.

Uno de los pilares de la propuesta es la implementación de subsidios inteligentes, que sustituyan los subsidios generalizados por transferencias condicionadas al rendimiento educativo y productivo, como bonos en educación técnica.

En línea con este enfoque, Dunn propone una reforma integral del rol del Estado, limitando su participación empresarial y priorizando la regulación, provisión de bienes públicos y alianzas público-privadas.

El programa plantea una transición en el mercado de los combustibles, transfiriendo la importación y comercialización del diésel y las gasolinas caras al sector privado, mientras el Estado se concentraría únicamente en la compra de gasolina subsidiada.

La iniciativa, denominada Pacto para el Abastecimiento Normal de Combustibles (PANC), busca liberar más de 2.000 millones de dólares al año en divisas que, según el documento, serán redirigidas a sectores estratégicos para fortalecer las reservas internacionales y potenciar las exportaciones.

Para garantizar la sostenibilidad fiscal, el plan incluye la implementación de una regla fiscal anticíclica, reducción del gasto corriente y políticas orientadas a evitar la emisión monetaria como mecanismo de financiamiento del déficit.

Candidato, Jaime Dunn. Foto: Correo del Sur

En el plano monetario, una de las propuestas más innovadoras es la creación del Boliviano Digital, una moneda electrónica soberana gestionada por el Banco Central de Bolivia (BCB), diseñada para reducir la presión sobre el dólar, combatir la evasión fiscal y facilitar la trazabilidad de las transacciones.

El Boliviano Digital no será una criptomoneda, aclara el documento, sino una moneda de curso legal emitida por el Estado en formato digital, con respaldo normativo y control del BCB.

En materia de autonomía financiera, el plan propone la implementación de un impuesto a las transacciones financieras especulativas, que gravará operaciones de alto riesgo, como la compra-venta especulativa de dólares, movimientos bancarios no productivos y transferencias sin justificación comercial.

Otro mecanismo para fortalecer las finanzas estatales es la emisión de Certificados de Desarrollo del Migrante, conocidos también como “bonos patrióticos”, que permitirá canalizar las remesas de los migrantes hacia inversiones productivas e infraestructura.

El fortalecimiento del mercado interno es otro de los ejes del programa de Dunn. Para ello, se contempla el lanzamiento del programa “Todo boliviano”, que otorgará incentivos fiscales y prioridad a los proveedores nacionales en las compras estatales.

La propuesta incluye también la creación de una red logística para reducir la intermediación en la cadena comercial, mediante mercados mayoristas regionales y un sistema de transporte económico para productos nacionales.

El ajuste del gasto público es otra medida central. El plan prevé eliminar egresos considerados innecesarios, como publicidad estatal excesiva, viajes oficiales y cargos supernumerarios en empresas públicas, con lo cual se estima un ahorro de 250 millones de dólares anuales.

Respecto a la diversificación productiva, el programa busca transformar el perfil exportador del país, reduciendo su dependencia de materias primas e impulsando sectores no tradicionales como la tecnología, los servicios financieros y la agroindustria.

En paralelo, se plantea una industrialización con valor agregado mediante la creación de zonas económicas especiales en distintas regiones del país, con incentivos fiscales y logísticos.

Estas zonas incluirán la construcción de ciudades industriales: en El Alto, enfocadas en manufactura y textiles; en Sucre, en tecnología y software; y en Santa Cruz, para industrias orientadas al mercado brasileño.

A las empresas que inviertan más de 7,5 millones de dólares se les ofrecerá una exoneración del impuesto a las utilidades durante diez años y un arancel cero para la importación de bienes de capital.

Jaime Dunn junto a su acompañante, Edgar Uriona. Foto: Erbol

El plan económico contempla también el desarrollo de la industria cultural y turística, con corredores turísticos con identidad propia y el fortalecimiento de las industrias culturales como motor económico.

En cuanto al desarrollo tecnológico, se propone una nueva Ley de Innovación y Desarrollo Tecnológico, que garantice una inversión específica del PIB en ciencia y tecnología, marcando una apuesta clara por el conocimiento como motor económico.

La estabilidad macroeconómica, según el documento, será el resultado de un enfoque que combine reglas fiscales, disciplina monetaria y mecanismos inclusivos de protección social.

El objetivo, indica la propuesta, es alcanzar una “estabilidad con inclusión”, sin afectar a los sectores más vulnerables, mediante políticas antiinflacionarias no contractivas.

Entre los pilares inmediatos de acción se encuentra la implementación de una política de precios consensuados para alimentos básicos, que evite la especulación sin recurrir a controles generalizados.

En el corto plazo, el gobierno de Dunn priorizaría la estabilización macroeconómica, con una reforma fiscal que incluya un tipo de cambio más realista y una administración eficiente del gasto.

A mediano plazo, el plan contempla una reforma institucional del sector público, fortaleciendo la autonomía del BCB y promulgando una nueva Ley de Inversiones para atraer capital nacional y extranjero.

El programa incluye el desarrollo de clusters productivos para consolidar nuevas cadenas de valor, especialmente en sectores estratégicos para la diversificación de la economía boliviana.

En el largo plazo, la propuesta busca consolidar un modelo exportador basado en el valor agregado, que integre a Bolivia de manera competitiva en las cadenas globales sin perder de vista la equidad social.

El concepto de crecimiento soberano atraviesa todo el documento. Dunn plantea que Bolivia debe evitar recurrir al FMI y al Banco Mundial, apostando por soluciones internas que preserven la soberanía económica del país.

La propuesta reconoce que la crisis actual –marcada por una caída en las reservas internacionales y la renta hidrocarburífera– exige medidas inmediatas y estructurales para evitar presiones inflacionarias y cambiarias.

Finalmente, el modelo de Dunn se articula como una propuesta de “alianza estratégica entre lo público y lo privado”, donde el crecimiento económico va de la mano con la inclusión social, el respeto ambiental y la soberanía monetaria.

Con este enfoque, Nueva Generación Patriótica y su candidato Jaime Dunn buscan posicionarse como una alternativa para una Bolivia menos dependiente del gas y la minería, y más abierta al conocimiento, la tecnología y el emprendimiento.

/FC/
 

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