La Paz, 16 de junio (ANF).-
En medio de silbidos, gritos y agresiones, el ministro de Desarrollo
Productivo y Economía Plural, Eugenio Rojas, obtuvo este sábado el voto de
confianza de la mayoría oficialista en la Asamblea Legislativa que aplaudió cada una de sus intervenciones
durante el acto de interpelación formulada por la oposición para conocer el funcionamiento y las
inversiones de las empresas estatales.
“En nuestro país existen 13 complejos productivos a cargo del Ministerio de Desarrollo Productivo que dinamizan la economía de Bolivia. De estos, cuatro están bajo tuición directa del Ministerio y nueve están a cargo del Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (Sedem)”, indicó Rojas en respuesta al pliego interpelatorio.
Asimismo, la autoridad aseguró que las empresas estatales dan un gran apoyo a los productores nacionales y también aportan al pago del bono Juancito Pinto destinado a los estudiantes de escuelas y colegios.
En cuanto al tema de la empresa estatal Quipus, Rojas aclaró que su función “es contribuir a la reducción de la brecha tecnológica y acceso a la tecnología en Bolivia” y que en 2017 se hizo la entrega de al menos 48 mil computadoras a los estudiantes del país.
“Quipus es autosostenible, el Tesoro General de la Nación (TGN) no aporta ni un boliviano. La inversión de Quipus es de 422 millones de bolivianos que se debían pagar en diez años. Hasta ahora se ha pagado, en cinco años, el 32% del crédito que ha obtenido para su funcionamiento”, agregó.
Tras hacer mención a las potencialidades de las demás empresas estatales, Rojas señaló que estas “son dinamizadoras” de la economía boliviana y que tienen un “carácter social y su misión es generar excedentes en complementación con los pequeños productores”.
“La misión no es competir con el sector privado sino articular toda la cadena productiva y consolidar el desarrollo del país”, dijo.
La controversia
Las respuestas de Rojas no convencieron a los legisladores interpelantes que cuestionaron a la autoridad y lo acusaron de encubrir la corrupción al interior de las empresas estatales.
“El ministro está más confundido que nosotros, ha traído números, pero no habló de la empresa Quipus y de los 48 mil equipos que supuestamente están en almacenes. Tampoco de la empresa de camélidos que no tendría materia prima”, indicó el diputado de UD, Amilcar Barral.
Un momento tenso se registró cuando el diputado José Carlos Gutiérrez tomó la palabra en el estrado del Legislativo y durante su intervención no solo recibió la rechifla de los legisladores oficialistas, sino que fue agredido por la senadora del MAS por El Alto, Eva Copa, que le echó agua y por la diputada Sonia Brito que le lanzó un vaso .
“Es lamentable que diputados y senadores del MAS no nos dejen intervenir ni denunciar corrupción, ya pasó con Juana Quispe que echó un bolo de coca, otra diputada que lanzó basura. Esa es la intolerancia del MAS cuando se les dice las verdades”, aseguró Barral.
Cuando fue el turno de la réplica de Gutiérrez, éste apareció vistiendo un pochillo de plástico “para evitar que lo mojen de nuevo” y para evidenciar su protesta por las agresiones.
“Gutiérrez estaba diciéndoles que no sean encubridores, lo mismo pasó cuando se interpelaba a Nemesia Achacollo. Son los mismos que la apoyaron y miren donde está Achacollo, por eso fue la reacción de los masistas”, indicó.
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