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Economía

Jubileo advierte: adenda al contrato de gas con Argentina abrió el candado a la incertidumbre

Irónicamente dijo Raúl Velásquez, es que la "ventaja" para el país es que no pagará multas por incumplimientos y será sujeto de desacreditación por incumplimiento a nivel internacional.
14 de Marzo, 2019
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Raúl Velásquez y Sandra Sánchez, investigadores de Fundación Jubileo. Foto: ANF
Raúl Velásquez y Sandra Sánchez, investigadores de Fundación Jubileo. Foto: ANF
La Paz, 14 marzo (ANF).- La Fundación Jubileo advierte a través de sus investigadores especializados en hidrocarburos, que la firma de la reciente adenda al contrato de compra-venta de gas con Argentina abrió el candado a la incertidumbre sobre los ingresos fiscales para el Estado.   

“Ya abrimos la puerta para hacer un cambio; algo que era impensable, por último se podría haber dicho que se ingresaba a temas jurídicos- pero el abrir el contrato nos está dejando una incertidumbre muy grande hacia delante sobre los ingresos que se percibirán por el gas”, afirmó la investigadora Sandra Sánchez.

La especialista dijo que con la reducción de volúmenes de gas que se plantea por dos años con la nueva adenda al contrato entre YPFB e IEASA, se puede esperar que Argentina luego busque que ese periodo se amplíe. 

“Vemos que en Vaca Muerta se está incrementando una política agresiva para tener más reservas, se amplíe su matriz energética (…). La proyección es que haya igual más recortes a partir de 2021, lo cual genera más incertidumbres”, señaló a ANF.

En esa línea, el experto Raúl Velásquez dijo que la adenda firmada el 14 de febrero en la ciudad de Santa Cruz, resalta el problema de la falta de mercados. 

“Hay una sub cláusula, la 13.12, que sí Argentina no cumpliera con los mínimos comprometidos establecidos y adicionalmente no anunciara con la suficiente anticipación, YPFB se libera de la obligación de enviarle ese gas a Argentina, pero la pregunta es ¿dónde la enviaría porque estamos hablando de 12 Millones de metros cúbicos al día (Mmmcd)?”, cuestionó.

Velásquez observó que el país no cuente con un tercer mercado al margen de Brasil y Argentina, compradores que ya estaban cuando el actual Gobierno de Evo Morales ingresó a la administración, lo cual tiene implicancias en términos de provisión de combustibles derivados para el mercado interno.

“La corriente de gas que va Argentina pasa por la Planta Separadora de Líquidos de Gran Chaco y de ahí se obtiene gas licuado de petróleo (GLP) y gasolinas, y si no se envían mayores volúmenes a Argentina tiene implicancia en la producción del GLP”, explicó.

En cuanto al interés que expresó el Presidente de Paraguay de comprar GLP a Bolivia, el investigador planteó la pregunta: ¿de dónde se va a extraer ese GLP si se va disminuyendo la corriente de envíos a Argentina? e inmediatamente dijo que se debe trabajar mejor en el tema de contratos.

“El tema de no haber trabajado mercados ha significado que tengamos que sentarnos (con Argentina) porque está el tema de la producción, no tenemos en estadísticas pero a nivel subnacional, la producción ha ido disminuyendo, no hubo un campo que haya ingresado con la fortaleza de San Alberto o Margarita. Incahuasi se ha desarrollado pero no tuvo el impacto de un megacampo”, aseveró Sánchez.

Según la analista, si YPFB no se sentaba a renegociar los volúmenes de gas, el país corría el riesgo de ingresar al incumplimiento de nominaciones y por ende, al pago de multas.

“Suena irónico pero ha sido una ganancia para Bolivia con esta nueva adenda porque nos hemos podido acomodar a nuestra real capacidad de producción de gas. La ventaja para el país es que no vamos a pagar multas por incumplimiento y ser sujetos de desacreditación por incumplimiento a nivel internacional, pero el país requiere ingresos”, manifestó Velásquez.

Adendas al contrato 

En una retrospección de lo que significó la relación entre Bolivia y Argentina en torno al gas, Raúl Velásquez puntualizó que hasta la fecha el contrato de compra-venta firmado en octubre de 2006 tuvo cuadro adendas; es decir, modificaciones.

La primera adenda se dio el 2010 cuando se estableció un cronograma mucho más real que el del contrato inicial sobre los volúmenes que se deberían enviar Bolivia a Argentina y los que el país vecino estaría obligado a recibir, según el analista. En esa primera adenda se diferenció el periodo de invierno del verano que antes no incluía.

La segunda adenda fue el 2014 cuando se modificó la fórmula de precios parta calcular el precio del gas y que reemplazó la referencia del diésel por un combustible más empleado en Argentina.

“En la tercera adenda se hace modificación en términos de obligaciones de pago de Argentina a Bolivia, y luego llegamos a esta cuarta, que se dio por la inquietud de las demoras en el pago por parte de Argentina y que el Ministro de Hidrocarburos advertía de estas y amenazaba con cobrar las boletas de garantía, incluso con penalidades”, dijo.

Según Velásquez, Argentina aprovechó estas susceptibilidades para ejecutar su estrategia de mayor desarrollo de Vaca Muerta y la intención que el yacimiento de gas no convencional provea de gas al mercado interno y reduzca las importaciones desde otros como Bolivia y otros que ingresan gas natural licuado (GNL) por ultramar. 

“Entonces había intereses por ambas partes y las declaraciones de cobrar la boleta de garantía fue el entorno propicio para que Argentina solicite una renegociación”, aseveró.

Con la nueva adenda al contrato, se prevé que YPFB envíe a IEASA para el periodo de verano 11 MMmmcd, cuando se debió enviar 17,6 Mmmcd sin la modificación, mientras que para el invierno se enviará hasta 18 MMmmcd, pero con la adenda de 2010 se debió alcanzar 21,3 Mmmcd como mínimo.

/JMC/

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