FRANCESCO ZARATTI
A este panelista decenal de “El Pentágono” le sorprendió la mención a esa figura geométrica que hizo el Vicepresidente (ex panelista del mismo programa) en su penúltimo discurso al país del 6 de agosto.
Descartada una voluntaria propaganda al Pentágono actual de su parte, al parecer el providencial (para él) paso de don Alvaro García por ese programa televisivo ha dejado huella en su subconsciente.
De hecho, el Vicepresidente nombró cinco “ejes” (sic) de un “Pentágono productivo” que me gustaría comentar, partiendo de la picante discusión sostenida con Eduardo Gudynas en el programa de El Pentágono del pasado domingo.
La discusión se centró en las taras del “extractivismo”, actividad que explota a gran escala recursos naturales no renovables como el gas y los minerales. Esas taras, según el escritor uruguayo, se expresan en el inevitable daño al medio ambiente y en la corrupción asociada. Por mi parte, sostuve que la corrupción no es exclusiva del extractivismo, sino que florece en toda actividad basada en contratos discrecionales y en grandes sumas de dinero. En cuanto a la afectación al ambiente, ésta se mitiga con la ayuda de la tecnología y fortaleciendo las instituciones llamadas a regular dichas actividades.
Casualmente, más de la mitad de los ejes del “Pentágono productivo” del Vicepresidente se basan en el extractivismo, en un contexto de corrupción y debilidad tecnológica e institucional.
En efecto, el primer eje, la industrialización del gas, ha traído hasta ahora más dudas y fracasos que certezas y éxitos. ¿Acaso la planta de urea no es su fiasco más emblemático? Además, vale preguntar: ¿cuál gas?
El segundo eje es el aprovechamiento del litio y lo asemejo a la juventud: la eterna y retórica esperanza del futuro de Bolivia. En más de 12 años de este Gobierno poco o nada se ha avanzado, a pesar de lo cientos de millones de dólares gastados insulsamente.
Luego vienen las energías como tercer eje productivo. Pero, mientras se insista en las termoeléctricas que queman gas a precios subvencionados o en las costosas y destructoras mega-represas con miras a una quimérica exportación sostenible de electricidad, no veo grandes aportes al desarrollo.
Se menciona después la economía digital, ojalá no a cargo de los torpes “guerreros digitales” ni del errático satélite chino. Si mejoran las telecomunicaciones y aumenta la velocidad de internet, en la cual seguimos a la cola de la región, el desarrollo del país podrá recibir un fuerte impulso.
Finalmente, el más preocupante de los ejes mencionados es el uso de la tecnología nuclear para mejorar la medicina nuclear y la calidad de los pocos productos orgánicos exportados, pero no la producción. De hecho, a decir del Vicepresidente, el objetivo último es ingresar a la investigación y utilización de la energía de la fusión nuclear. Su mención al tritio, “un isótopo del litio” (sic), como combustible de la fusión, me hace dudar que esa autoridad esté mínimamente informada al respecto. Según Wikipedia (y la Física Nuclear) el tritio es un “isótopo del hidrógeno” debido a que su núcleo tiene un protón y dos neutrones. Tampoco veo liberación nacional en la dependencia exclusiva durante 30 y más años de la tecnología rusa en todo el programa nuclear boliviano.
Por cierto, si nos referimos a los ejes de un verdadero desarrollo productivo, los cinco de ese pentágono no sirven mucho. En efecto, no se mencionó ejes primarios como las energías renovables, la agroindustria, la agricultura orgánica, el turismo, la viticultura y la gastronomía; en suma, la base de un desarrollo no extractivista. Quisiera creer que el Vicepresidente no lo hizo porque esa tarea corresponde al nuevo Gobierno del año 2020.
Francesco Zaratti es físico.
Twitter: @fzaratti