
Con una simple mirada a la lista de los países federales en nuestro continente se nota que son las economías más importantes de América: Canadá, Estados Unidos, México, Brasil y Argentina. Entonces, se podría afirmar, de manera general, para nuestro continente, que los modelos federales contribuyen positivamente al crecimiento económico. Desde luego que el marco jurídico federal es distinto en cada país y diferentes serán sus grados o niveles influencia sobre la economía, sin embargo, es posible distinguir en nuestro continente dos modalidades de estados federales: el Parlamentario y el Presidencialista. Canadá y la Federación de San Cristóbal de Nieves son los únicos países federales con sistema parlamentario, ciertamente son monarquía constitucional federal parlamentaria. Argentina, Brasil, Estados Unidos, México y Venezuela son presidencialistas.
Cabe recordar que una parte de los países americanos -Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Canadá, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas- son miembros de la "Mancomunidad de Naciones" y tienen como Jefa de Estado a la Reina Isabel II del Reino Unido, su forma de gobierno es monarquía constitucional parlamentaria, de éste grupo solo Canadá y la Federación de San Cristóbal y Nieves son federales.
Merece profunda atención el proceso histórico de E.E.U.U por que la declaración de su independencia en 1776 inaugura la era moderna de los estados naciones en América, en sí, otorga los cimientos del republicanismo global contemporáneo, particularmente del modelo presidencialista. Sin embargo, los procesos históricos son complejos y pueden parecer paradójicos, por ejemplo, en Estados Unidos, recién en 1965 se legaliza el voto universal, lo que implicaría que el proceso de su desarrollo industrial no se corresponde, en términos temporales, con el proceso de evolución de sus derechos e instituciones democráticas.
Aglutinando la totalidad de países de nuestro continente se puede ver que coexisten distintos modelos y formas de Estado, agrupados en modelos Parlamentario, Presidencialista y Semipresidencialista, al mismo tiempo que adoptan las formas Federal, Unitario y/o Autónomo. Además, que se combinan entre monarquía, república o estado plurinacional. En concreto, la configuración política administrativa del conjunto de países que componen el continente americano es compleja, porque es una construcción histórica. El por qué Trinidad y Tobago es una república parlamentaria o Haití una república semipresidencialista o Jamaica una monarquía parlamentaria, sólo puede explicarse en la historia de cada país.
Por otro lado, las configuraciones federales de Alemania y Rusia contienen dos elementos distintos a las experiencias americanas, a saber: Alemania es una república parlamentaria federal, y Rusia es una república semiparlamentaria federal. Si bien Canadá y la Federación de San Cristóbal de Nieves son federal parlamentarias, también son monarquías constitucionales. Así mismo, no existen países semiparlamentarios en nuestro continente. Sin embargo, es posible coincidir en que el semipresidencialismo y el semiparlamentarismo son equiparables por su pretensión de equilibrar el poder estatal entre los poderes legislativo y ejecutivo, en ambos sistemas las figuras del presidente y primer ministro poseen y comparten equiparable autoridad política para generar contrapesos en las decisiones gubernamentales.
Entonces, a nivel global, se puede ubicar cuatro potencias económicas con cuatro modelos federales distintos: Alemania, república parlamentaria federal; Canadá, monarquía parlamentaria federal; Estados Unidos, república presidencialista federal; y Rusia, república semiparlamentaria federal. El resto de los estados federales en el mundo, con sus matices, se corresponden con alguno de los cuatro modelos federales. Por ejemplo, India, Irak, Suiza o Austria, son repúblicas parlamentarias federales; Australia, Bélgica, Emiratos Árabes, Sudán y Malasia, son monarquías parlamentarias federales. En América se concentra la mayor cantidad de estados federales presidencialistas.
El reto para Bolivia, en caso de asimilar un modelo federal, es más complejo, considerando que es el único Estado Plurinacional Autonómico del mundo, porque si bien parece natural transitar de un modelo autonómico a uno federal, no existe en la historia contemporánea de los Estados Naciones la configuración de un Estado Plurinacional Federal. La sociedad boliviana necesitaría innovar los modelos federales conocidos para profundizar el Estado Plurinacional.
Adicionalmente, para fortalecer la democracia, empoderar a la ciudadanía en la toma de decisiones y para la desconcentración del poder político y económico, se requiere superar la forma de Estado presidencialista evolucionando a un Estado parlamentario, o al menos a uno semiparlamentario o semipresidencialista.
En conclusión, la viabilidad de un nuevo pacto social reflejado en un proceso constituyente es posible solamente desde la plurinacionalidad como elemento central, y el modelo federal y la forma parlamentaria como complementos indispensables para la autodeterminación de los pueblos.
Diego Moscoso es economista de la UAGRM