FRANCESCO ZARATTI
Ha sido un proceso largo y doloroso, pero al final floreció la Primavera Boliviana. Si el clima se mantiene templado y no regresan violentas tormentas invernales e infernales, Bolivia podrá vivir un período de reencuentro, reconciliación y reconstrucción que culminará en las próximas elecciones, libres de tramposos competidores.
Revisitando las cuatro semanas que duró el conflicto, me quedo con algunas flores que nos deja ese proceso.
Destaco en primer lugar la participación de la juventud, que ha vuelto a enamorarse del bien común, exponiéndose con sacrificio a una lucha pacífica, sin paga ni nota, creativa en cantos y estribillos que ya empezamos a extrañar. Esa juventud, que no se mide en años, adquirió rostro de familias enteras que marchaban, bloqueaban, asistían a cabildos, cantaban, luchaban y rezaban. Realzo también el acompañamiento de los vecinos a los grupos movilizados, la solidaridad y nuevas amistades en calles y edificios para resistir las acciones vandálicas que, también por esa razón, no lograron imponerse. Valoro especialmente la autodefensa de los ciudadanos de El Alto y otras zonas periféricas debido a las críticas condiciones de su entorno.
Un segundo ramillete de flores lo componen los líderes de la protesta -políticos, cívicos e institucionales- cada uno en su rol. Seguramente se cometieron errores, omisiones y excesos, fruto ora del entusiasmo, ora de la bronca, ora de la urgencia, pero su liderazgo en las calles y en los cabildos se mantuvo en el cauce de la protesta pacífica y en el marco constitucional.
Pongo en un tercer ramo a periodistas, comunidad académica y redes sociales. Los primeros por el invalorable y sacrificado trabajo por mantener bien informada la población en medio de amenazas y riesgos sin fin. Entre ellos, van mis respetos por Fernando del Rincón de la CNN que se enamoró de la causa boliviana mostrando a toda América los verdaderos rostros de los actores en conflicto. A su vez, los académicos -informáticos, estadísticos y científicos- actuaron como “investigadores de la estafa”, desde Bolivia y en el exterior, para desenmascarar el indignante fraude perpetrado con alevosía y premeditación por el MAS. Finalmente, las Redes Sociales explotaron, en cantidad de memes y de usuarios activos, ante la huida de los “guerreros digitales”, no sabemos si por falta de paga o de motivación. Twitter, al margen de algunas exageraciones y distorsiones, logró hacer circular información, análisis y humor, incluso negro, como corresponde a un buen boliviano.
Asimismo, instituciones claves del Estado de derecho, como la Policía y las FFAA, hicieron su trabajo con profesionalidad y responsabilidad, en apego a la Constitución. No deseo olvidarme del rol, muchas veces discreto, de la comunidad internacional para facilitar soluciones legales y duraderas, junto a ese irremplazable actor clave de pacificación que es la Iglesia Católica.
Sin embargo, sabemos que la primavera es también la idílica estación de enamoramientos que no siempre maduran en amores. En este período de transición no hay cabida para triunfalismos. Muchas lacras recién derrotadas aún subsisten; otras pueden reaparecer, a causa de revanchismos e intolerancias. Muchas lágrimas esperan ser enjuagadas y heridas profundas aguardan a ser sanadas. En efecto, junto a varias señales positivas, especialmente desde de las mujeres al mando, vemos también uno que otro mensaje ambiguo que contamina, cual flor marchitada, el ramillete democrático de esta Primavera.
Por eso, es necesario que se expresen voces plurales para que prevalezca la paz, pero con tolerancia. Entre ellas, las columnas críticas y constructivas, ahora más necesarias que nunca.
Francesco Zaratti es físico
Twitter: @fzaratti