
El caudillismo es un fenómeno político y social surgido ya en el siglo XIX y que hoy lo vemos con mucha fuerza en Latinoamérica. El término Caudillo procede del latín capitellus y hace mención a la persona que dirige alguna comunidad o cuerpo y que actúa como guía o líder.
Los caudillos eran líderes carismáticos que solían acceder al poder por procedimientos informales, gracias a la influencia que tenían sobre las grandes masas populares. La gente veía al caudillo como un hombre fuera de lo común, capaz de representar y defender los intereses del conjunto de la comunidad.
En Latinoamérica tenemos muchos ejemplos, para nombrar a los más recientes, tenemos a Duvalier en Haití, Somoza en Nicaragua, Stroessner en Paraguay, Pérez Jiménez y Hugo Chávez en Venezuela, Juan Domingo Perón en Argentina, Paz Estenssoro en Bolivia, Velasco Ibarra en Ecuador, etc. La principal característica de todos ellos es que se proclaman salvadores de la patria.
Weber afirma que: “El líder no vive del carisma político, el líder no se limita a administrar el poder, es precursor, tiene la capacidad de transformar el orden constituido. Su liderazgo deviene autoridad participante. Es un mandar obedeciendo lo que identifica el liderazgo. Así se complementa con un papel activo de la ciudadanía, al contrario que el caudillo que disuelve y reprime la participación popular”.
Ya en el contexto boliviano, es muy oportuno preguntarse hoy, si el liderazgo de Evo Morales tiene rasgos propios del caudillismo o no.
En el libro Pachakuti: el retorno de la nación, de Vincent Nicolas y Pablo Quisbert, podemos ver algunos características muy marcadas del culto a la personalidad del presidente Morales que podrían compararse con las del presidente Víctor Paz Estenssoro, líder de la Revolución Nacional de 1952.
Eusebio Gironda asesor de Evo, por su parte, asoció la imagen de Evo a la de un \"gran conductor\", un \"Titán de los Andes\", la encarnación del \"Pachacuti andino\" (un trastrocamiento completo del espacio-tiempo de alcance cósmico) e incluso un ser providencial, “un gran líder, que tiene la inteligencia de los amautas; muy ágil para decidir, un gran jefe político\".
El 21 de febrero de 2016, el oficialismo buscó justificar un nuevo mandato y construyó la imagen de Evo como uno más entre los campesinos; pero con la excepcionalidad del líder imprescindible para la continuidad de la Revolución y el Proceso de Cambio. Así, el canciller David Choquehuanca, esas veces declaró: «Hay un solo Fidel, un solo Gandhi, un solo Mandela y un solo Evo».
Pero a pesar de su derrota en las urnas el 21F, hoy por hoy, el Movimiento Al Socialismo (MAS) insiste e inicia una batalla legal presentando un recurso abstracto de inconstitucionalidad que borra los límites de reelección para todas las autoridades, el mismo se basa en el Pacto de San José y el cual cambiaría la Constitución sin pasar por el pueblo.
Mucho más allá de generar simpatías o antipatías hacia la repostulación de Morales es algo inadmisible que en estos años el MAS no haya sido capaz de formar nuevos líderes dentro de sus filas y encarar las próximas elecciones como el partido político más fuerte que tuvimos en estos últimos años y para muchos la esperanza en Bolivia.
Desconocer la voluntad del pueblo y la Constitución Política del Estado nos hace pensar seriamente si Evo Morales será una garantía o más bien un obstáculo para el propio MAS y para la democracia en nuestro país.
Ni el Movimiento al Socialismo, ni ningún otro partido político debieran subestimar estos aspectos, ya que en el pasado el caudillismo, la falta de coherencia ideológica y de apertura democrática debilitaron las estructuras de algunas organizaciones políticas y las llevaron a una crisis de representatividad tan grande que acabó por anularlas de la palestra electoral en nuestro país.
Mencionamos algunos ejemplos como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR); el Partido Obrero Revolucionario (POR); el Partido Comunista de Bolivia (PCB); el Partido Socialista Uno (PS-1); Conciencia de Patria (Condepa); Nueva Fuerza Republicana (NFR); Movimiento Indígena Pachacuti (MIP); Plan Progreso (PP); Alianza Social Siglo XXI, y Alianza Social (AS) y otros más.
Ivanna Torrico es comunicadora social y máster en marketing político