AGUSTÍN ECHALAR ASCARRUNZ
Por los medios, que han publicado un twiter de la ministra de Salud, nos hemos enterado que esta está esperando familia. Más allá de que por supuesto se desea todo lo mejor a la gestante, esta es una noticia interesante, porque es la primera vez en la historia de nuestro país, y posiblemente del mundo, que una ministra esté pasando por ese proceso, y toca hacer algunas reflexiones. Entre otros motivos para consolidar los derechos de las mujeres.
Es de esperar que la ministra tenga un embarazo tranquilo y sin indisposiciones ni riesgos, pero si los tuviera, ¿tendría ella que ser dada de baja? ¿Si hay un conflicto como el del año pasado, puede una ministra embarazada, y con algunos malestares estar al mando del ministerio? ¿Si no es así, que clase de mensaje se manda al destituir o sugerir que la ministra renuncie a su cargo? Por lo demás un cargo de ministra no es una carrera profesional, no tiene que ver con la estabilidad laboral, en el mejor de los casos, la ministra dejará de serlo de todos modos a principios de 2020, vale decir dentro de un poco más 18 meses, y cuando su bebe, no haya cumplido ni siquiera las nueve. Por lo tanto, ¿hacen sentido en este caso las leyes laborales que benefician a las madres embarazadas? ¿Sería justo?
Hay otros detalles, ¿cobrará doña Ariana Campero el bono Juana Azurduy? ¿se hará atender en la caja? ¿o recurrirá a una clínica privada? Personalmente creo que no debería cobrar el bono Juana Azurduy, es más, creo que este bono no debería existir, porque lo que se necesita es una concientización de las mujeres que se embarazan para asistir a revisiones médicas durante el embarazo, y no una especie de premio a la Pavlov. Por lo demás hay detalles que vale la pena mencionar, Bolivia pese a ser dizque, el país con mayor crecimiento de la región, es el país con mayor mortandad infantil de esta, aquí mueren al año el doble de niños que en el Perú, ni que hablar en Chile donde la mortandad infantil es menos que un cuarto de la boliviana. Tal vez, el bono no es tan bueno, y lo que si faltan son políticas de salud que si sirvan para poder proporcionar mejor ayuda a las gestantes y a los recién nacidos que estén en necesidad.
Creo que la ministra, esta obviamente en su derecho de escoger el tipo de atención médica que le parezca, y creo que sería un absurdo pretender que lo haga en el servicio estatal, ya sea del hospital de clínicas, o de la caja, ya que por un lado, aunque así lo hiciera, eso no sería otra cosa que un saludo a la bandera bastante demagógico, (obviamente sería tratada con gran deferencia en cualquiera de esos hospitales, afectando además a la atención general del lugar). Lo lógico sería, como sucedió cuando nació la hija del vicepresidente, que ella vaya a una clínica particular, uno podría esperar, luego de la penosa experiencia del ministro Arce, que todos los ministros de estado hubieran contratado un seguro de salud privado, como lo hacen todas las personas sensatas que ganan un sueldo alto en cualquier parte del mundo. Más allá de que esto pondría en evidencia lo que todos sabemos desde siempre de la realidad de los servicios de salud estatales de nuestro país.
Ahora bien, aparte de este detalle humano, de lo bello que es un embarazo y el nacimiento de un niño deseado, que es el caso que nos ocupa, lo que queda en la carpeta, es el enorme pendiente que hay en cuanto al tratamiento de la salud en nuestro país, en estos 12 años se han asignado recursos en forma muy equivocada, y se han hecho muy mal las cosas, independientemente de que es obvio que hoy la salud está mejor que hace 12 o 20 años, pero no ha avanzado en la medida en que debería hacerlo. Las políticas han sido erráticas, decir, que una cancha de futbol es casi como un hospital es un chiste de muy mal gusto, casi una grosería.
¿Se puede esperar una mejora sustancial en este campo de la administración Morales? La pregunta nos remonta al 21 F.
Agustín Echalar Ascarrunz es operador de turismo.