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Opinión

La era de (la nariz de) platino

12 de Enero, 2019
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FRANCESCO ZARATTI
Una leyenda afirma que el astrónomo danés Ticho Brahe (1546-1601), autor de medidas muy precisas de la órbita de Marte (gracias a las cuales Johannes Kepler descubrió las tres leyes del movimiento planetario), perdió su nariz en un duelo causado por celos científicos y la reemplazó con una prótesis de platino. ¡Toda una cirugía “metálica”! Sin embargo, a su muerte se supo que  la prótesis era de latón, debido también a que el platino, originario de América, fue estudiado y utilizado recién a fines del siglo XVI.

Comúnmente, el platino es considerado un metal más precioso del oro, aunque su precio no alcanza hoy al 70% del precio del oro. Sin previamente informarse, el Ministro de Hidrocarburos, al unísono con el inefable Vicepresidente, ha “anunciado” (¿cuándo no?) la próxima “era de platino”, metal que revestiría el sector de los hidrocarburos, a pesar de las dudas de que la prótesis, también en este caso, termine siendo de latón.

La era platinada (el color de la cabellera de la Zapata) presupone una época dorada, que fue la lotería de los precios internacionales y la herencia de reservas y contratos muy ventajosos. Esa época dorada se fue, tal vez para siempre. El contexto regional ha cambiado radicalmente; nuestros clientes tienen abundante gas y, aunque siguieran comprándonos, lo harán a un precio menor que el actual. De hecho, las reservas, “valoradas” en 10.7 Tcf  por Sproule, no alcanzarán para 15 años, como se pavonea el Ministro, sino para 20 o 30, si la producción sigue bajando al ritmo actual (¡apenas 35 MMmcd en diciembre!). Por tanto, venderemos menos gas y a precios ya no vinculados al petróleo. ¿Era de platino?

Además, para vender gas hay que descubrirlo y extraerlo. Las inversiones no pasan de anuncios que no se concretan o avanzan a paso lento, consecuencia de un clima de negocios negativo para la inversión de riesgo. Los frecuentes anuncios de inversiones únicamente producen anuncios de exploración y anuncios de “potenciales” campos, que, a su vez, solo sirven para la propaganda - electoralista por añadidura- del Gobierno. Más que platino yo veo espejos muy opacos.

En cuanto a la industrialización - suponiendo que habrá gas suficiente- los números siguen siendo rojos, debido a las conocidas falencias de ubicación, diseño y manejo de las plantas y a la insuficiencia y precariedad de los mercados. No obstante, se sigue soñando con licitar plantas de polipropileno sin materia prima y con costos astronómicos que no responden a la nueva realidad. Una vez más, no se vé platino en el horizonte sino madera, la de los martillos de los jueces que deberán ocuparse de todas las obras realizadas en condiciones legales y éticas dudosas.

Adicionalmente, en la “era de platino” Bolivia seguirá quemando gas en las termoeléctricas a un precio de 1.30 $/Mpc, pudiendo generar electricidad con energías renovables e incrementar los volúmenes exportables de gas.
Si quedaran dudas, a los profetas de la “era de platino” no les interesa el medio ambiente; ni los indígenas, porque estorban; tampoco la pachamama, útil solo para la retórica electoralista; menos el cambio climático, al cual Bolivia contribuye con la deforestación, los pesticidas y la conversión de cultivos alimenticios en cocales, con el fin de satisfacer la angurria de “platino” –oro le sobra- de la corporación que ha secuestrado el Estado a la cabeza de Evo Morales.

La era futura de la Bolivia no es metálica, ni gasífera. Es la era de las energías renovables que avanza irreversiblemente en todo el mundo, cargada de sol, viento y agua. ¡Lástima que los actuales gobernantes no logren verla, por culpa de su miopía ideológica y del estorbo visual de su postiza nariz, del metal que sea!

Francesco Zaratti es físico
Twitter: @fzaratti

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