
Tengo que reconocer que en mí queda algo de espíritu colonizado, tiene que ver con mi edad, y con un cierto sentido de la realidad. Cuando yo era chico todo lo que venía de Europa, empezando por los chocolates, era mejor de lo que había aquí, y yo vivía soñando con la Ópera de Viena, y con la Filarmónica de Berlín, tenía también una cierta fascinación por lo norteamericano, por los autos enormes que había entonces, y por lo que contaban de Nueva York. Lo japonés todavía era casi de tercer mundo, y se pensaba que todo lo que venía de ese país era de mala calidad. Y lo español, lo español no estaba de moda, porque eran tiempos franquistas, de todos modos, cuando España se incorporó a la modernidad (y a Europa), las cosas cambiaron, y bueno, ese cierto complejo de inferioridad, que tiene que ver de alguna manera con ese espíritu colonial, se quedó allí.
Siempre he pensado que los ejemplares que tenemos aquí en la política, no tendrían espacio en países más ricos y serios, de primer mundo, y por eso tengo que decir, que es posible que Donald Trump haya hecho en un solo año, más que nadie por la descolonización.
La semana pasada, el ex presidente del gobierno español, el señor Zapatero ha hecho también su parte, repito, es mi retrogusto colonial el que me hacía pensar que alguien que había sido presidente de un país como España, no podía ser torpe, y previsible, y aquí estamos.
Y es que lo que ha dicho Zapatero es doblemente asombroso, primero referirse a la chompa de acrílico que usó Evo para visitar a los reyes de España hace 12 años, como una prenda propia de su cultura, es una muestra de profunda ignorancia respecto no solo al mundo Andino, sino a la realidad de las mayorías proletarias del mundo, que un socialista se lance con un comentario así es realmente penoso. Dicho sea de paso, el gesto de Evo de usar una prenda extremadamente sencilla, sin la menor pretensión, para visitar a los reyes de España, era un detalle interesante, y valioso, (más allá de que en realidad lo que no encajaba era que él fuera a rendir pleitesía nada menos que al heredero y descendiente directo de Don Carlos V y Doña Juana La Loca, los primeros reyes españoles de estas tierras). Y es que si bien los resquemores históricos con España no deberían existir, si Evo fuese coherente con su discurso, tendría que mantener una cierta distancia con la antigua metrópoli.
Zapatero no solo mencionó erradamente la chompa, sino que se lanzó a contar, a modo de anécdota jocosa, un evento que deja al presidente Evo y a su gobierno muy mal parados. Contó que en una visita a cierta provincia, el gobernador de esta se lanzó con una diatriba contra los españoles, algo que es por supuesto incómodo para un presidente en ejercicio de España, y que por elemental diplomacia nunca debió suceder. No en presencia. El señor Zapatero contó que la situación estaba un poco incómoda, y que Evo salió al frente, y en voz baja le dijo que no se molestara, que esas cosas se dicen, pero que él sentía mucha simpatía por España y que lo de la descolonización era una tontera.
La revelación de Zapatero fue hecha supuestamente como un espaldarazo para nuestro presidente que quiere convertirse en eterno, pero deja la duda de si Evo le dijo una mentira a su homólogo español, o si ha estado mintiendo todo este tiempo a los bolivianos.
La única certeza con la que nos podemos quedar, de cualquier manera, es que al presidente no se le puede creer, algo que en realidad sabemos desde hace mucho tiempo.
Con todo, las aseveraciones del ex mandatario español terminaron ayudando un poco a mi descolonización interior. No, la (ex) metrópoli no tiene políticos más inteligentes que los nuestros, como dirían nuestras abuelas, aquí y en España, “ en todas partes se cuecen habas”.
Agustín Echalar es operador de turismo