Ir al contenido principal
 

Opinión

La certificación de los peces

8 de Septiembre, 2018
Compartir en:
FRANCESCO ZARATTI
Un pueblo tiene unas lagunas gracias a cuyos peces logra sobrevivir. Como la pesca en esas lagunas requiere profesionalismo y sostenibilidad, el pueblo escogió a una empresa para que las administre.

El administrador fue durante  mucho tiempo una empresa lugareña pero, debido a problemas de reducción de la fauna ictícola, con sus implicaciones sobre los mercados, se optó por entregar la administración a grandes empresas de afuera. Gracias a esa medida hubo más peces, pero eran tiempos de precios bajos y pocos compradores. Una tentativa extrema de congelar los pescados y enviarlos por barco a ultramar tampoco tuvo éxito. Consecuentemente, el pueblo decidió mediante un referendo -¡era una época en que los referendos se respetaban!-  volver a entregar la administración de las lagunas al anterior lugareño, conocido con el apodo de Yepe Febé.

Por contrato, Yepe Febé está obligado a estimar la cantidad de peces que hay en las lagunas cada año, pero no lo hace, logrando mantener desinformada a la población. Sin embargo, ante las quejas, contrata a un experto internacional en certificar peces. La cantidad de peces se suele medir en una magnitud llamada TCF - acrónimo del inglés “Tons of Certified Fishes”-, la cual sólo toma en cuenta a los peces “maduros”, los de tamaño considerable y cabeza pequeña.

Ahora bien, Yepe Febé, además de incumplir la obligación de medir y dar a conocer los TCF, durante cuatro años sigue extrayendo 1 TCF por año sin explorar nuevas lagunas, reduciendo en correspondencia la población ictícola, sin considerar las lagunas que van quedando sin peces. El pueblo, al tanto de que la última vez que se midió esa magnitud había unos 10 TCF, ahora sospecha que la reducción de los peces pone en serio riesgo su sobrevivencia. No obstante, Yepe Febé sigue repitiendo que no hay problemas, que ellos saben que la cantidad de peces ha crecido gracias al descubrimiento de pequeñas lagunas que nadie conoce. Adicionalmente, un turista catalán asociado con Yepefebé ratifica esa versión.

A ese punto algo raro acontece. Una vez que el experto contratado termina su trabajo, Yepe Febé se resiste a informar al pueblo. Se rumorea que estaba a la espera de un gran hallazgo de peces en una nueva laguna muy profunda que aportaría entre 3 y 5 TCF. Como no se tuvo éxito, los grandes beneficios que el presidente de Yepe Febé suele anunciar y repartir con generosidad antes de tenerlos se hicieron gas y Yepe Febé tuvo que mostrar un ambiguo resultado del estudio que arrojó milagrosamente más peces que la anterior certificación.

“Se lo dije”, grita el coro de Yepe Febé. “¡Milagro de la multiplicación de los peces!”, se mofan los escépticos, curtidos por la costumbre desarrollada por esa empresa de ocultar datos y manipular cifras.

Algunos ilustrados tratan de reconducir el debate a los orígenes. “¿De qué nos sirve conocer los TCF, si los mercados de nuestros peces se están cayendo?”. En efecto, nadie se explica porque, teniendo supuestamente tantos peces y compradores, Yepe Febé ahora pesca y comercializa menos pescados.

El más importante comprador, Pezdobrás, que también alquila sus barcos pesqueros a Yepefebé, ha reducido su cosecha ictícola y está abandonando algunas viejas lagunas.

Otro comprador significativo, Silverfish, molesto por no haber recibido más peces en la época del año más apetecible para el negocio, ha resuelto proveerse de pescados del Pacífico, a la espera de empezar a comercializar los peces de su inmensa laguna “Rumiante Estida”, desarrollada gracias a Fray King, inventor de  una novedosa y polémica técnica de pesca.

Moraleja: esfuérzate por no perder irreversiblemente los mercados, antes que por multiplicar milagrosamente los peces.

Francesco Zaratti  es físico.
Twitter: @fzaratti

Etiquetas