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Opinión

El aporte de la Reforma a las ciencias naturales

3 de Noviembre, 2017
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FRANCESCO ZARATTI
Intentaré responder a tres preguntas relacionadas con el aporte de la Reforma luterana (más que de Lutero) al desarrollo de la ciencia.

¿En qué medida la Reforma Luterana impulsó el desarrollo de las ciencias naturales?
 
Gracias a los trabajos rigurosos de varios historiadores de la ciencia como Herbert Butterfield, que se ocupó del desarrollo de la ciencia desde el 1300, y de Alistair C. Crombie, que se remontó a San Agustín, ha quedado claro que los avances del siglo XVII tienen continuidad con ideas y experimentos de la última etapa del Medioevo, sin que se pueda encontrar un vínculo directo entre la Reforma luterana y el desarrollo científico posterior a ella.
 
No obstante, se pueden rescatar algunos aportes de la Reforma que podrían haber facilitado esos avances científicos de manera indirecta, debido a que:
 
– La alfabetización del pueblo para permitir leer la Biblia aumentó el número de ciudadanos instruidos, lo que derivó en una mayor democratización del conocimiento
 
– El espíritu crítico, con autonomía de la autoridad, se popularizó entre los estudiosos. Sin embargo, quedó aun así  supeditado a las Escrituras, como se puso de manifiesto ante la revolución copernicana del movimiento de los astros. Lutero –y Calvino, también– se opusieron firmemente a la astronomía copernicana porque ésta estaba en oposición a las Escrituras (\"leyenda”, la definió Lutero).
 
– El pensamiento antiescolástico era natural en un contexto de oposición a la cultura medieval. No obstante, se sabe que Lutero despreciaba, en cuanto disciplina inferior a la teología, a la matemática, cuyo avance en el siglo XIII y XIV estuvo a la base del desarrollo de la ciencia moderna. En cuanto a la razón, es célebre su aforisma: \"La razón es el mayor enemigo que tiene la fe; nunca viene en ayuda de las cosas espirituales, sino que las más de las veces lucha contra la palabra divina, tratando con desdén todo lo que emana de Dios”.
 
El matemático y filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1746) fue muy crítico con Lutero, a quien acusó de rechazar la filosofía como si fuera enemiga de la fe religiosa. La defensa de la razón en el filósofo alemán supone la defensa de la fe e implica la conformidad entre ambas. No es casual, en este contexto,  el gran esfuerzo de Leibniz en el campo ecuménico.
 
¿Cuán diferente fue la postura de la Reforma y de la Iglesia Católica ante el avance de la ciencia?
 
No encuentro muchas diferencias, debido a que pesa en este tema la construcción y preservación de una institución (la Iglesia) que a la larga se impone sobre el carisma. Cuando en 1809 Jean-Baptiste Lamarck sugiere que \"la cadena de animales es evolutiva y ramificada”, lleva a su fin histórico a una concepción que había sido común a la teología católica y protestante, así como a la antigua filosofía natural.
 
Lamarck, al igual que Galileo, no cuestionó la existencia de Dios, ni que todo fuese su \"Obra”; pero encontró una vía para poder exponer su pensamiento evolucionista, procurando evitar enfrentamientos.
 
50 años después, el mismo Charles Darwin tuvo que soportar la censura de la Iglesia Anglicana a tal punto que sólo recientemente (15/9/2008) hubo un pedido de perdón por parte de esa confesión religiosa, de manera similar a lo que hizo la Iglesia Católica con Galileo.
 
Por otro lado, no se puede hablar de una única actitud de la Reforma hacia la ciencia, como se comprueba hasta hoy con la defensa a ultranza del creacionismo por parte de las confesiones evangélicas fundamentalistas en contra de la evolución aceptada por otras Iglesias históricas.
 
Por último, no se puede tildar al catolicismo de \"dogmático”, cuando existen muestras históricas de dogmatismo protestante (incluso anticatólico). Es el caso del calendario gregoriano vigente desde 1582. El rechazo a aceptarlo por parte de los Estados que se adhirieron a la Reforma dio lugar a la célebre burla de Johannes Kepler: \"Los luteranos prefieren estar en desacuerdo con el sol antes que estar de acuerdo con el Papa”.
 
¿Los científicos de cultura \"protestante” son más numerosos e insignes que sus equivalentes católicos?
 
A veces se escucha decir que la influencia de la Reforma en la ciencia se expresa por el gran número de ilustres científicos perteneciente a esa confesión.
 
Al respecto, hay que anotar que los factores que inciden en las estadísticas no son exclusivamente ni principalmente religiosos. Es como si defendiéramos la superioridad del catolicismo por el mayor número de futbolistas geniales de esa confesión.
 
En efecto, la investigación astronómica fue estimulada por los viajes interoceánicos más que por las creencias. A su vez, la investigación científica y técnica fortaleció a las potencias que podían dominar los océanos, conquistar territorios y utilizar las riquezas de aquellos. Fue poco más que mera coincidencia que los países que surgieron como nuevas potencias fueran de matriz protestante.
 
Tal vez el pensamiento judeo-protestante (en contraposición al judeo-católico) tuvo mayor relevancia en el campo de los negocios, de la acumulación de riqueza, a costa de contradecir los postulados de Lutero de volver a los orígenes de la Iglesia.
 
Conclusiones
 
Lutero fue un hombre de transición entre la Edad Media y la Modernidad. Algunas de sus ideas forjaron actitudes hacia la vida, el Estado y la ciencia al margen del pensamiento y las prácticas del propio Lutero.
 
Más allá de los mitos y las leyendas negras, el avance de la ciencia a partir del siglo XVII (la \"revolución científica”) fue el resultado de múltiples factores sociales, económicos, políticos y culturales, y también del legado de las generaciones anteriores y del intercambio desinteresado de conocimiento entre los miembros de la comunidad científica europea.
 
De hecho, así se engendró, en el terreno de la ciencia y de las letras, la idea europeísta.
 
No es posible tildar de antagónicas las visiones de las Iglesias en torno a las ciencias: todas las confesiones tuvieron luces y sombras, hijos insignes que supieron aportar a la ciencia sin cuestionar su fe, buscando complementariedad y armonía entre ellas.
 
En el fondo la unidad de las Iglesias cristianas –coincido en eso con Joseph Ratzinger– se basa en la unidad de la fe y del espíritu, antes que en la unidad institucional. A su vez la unidad de la fe se manifiesta también en la postura ante temas conceptuales comunes, como la relación entre ciencia y fe, filosofía y teología, antropología y escatología.
 
En eso, afortunadamente, hoy las Iglesias, a pesar de sus diferencias, manejan un lenguaje común y coherente con las Escrituras.

Francesco Zaratti es físico.
Twitter: @fzaratti

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