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Opinión

¿Dios Padre y Madre?

11 de Junio, 2017
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MIGUEL MANZANERA, S.J.
En una entrevista concedida al semanario italiano “Credere” (Creer), revista oficial del “Jubileo de la Misericordia”, publicada el 2 de diciembre de 2015, el Papa Francisco explicó que el tema de la misericordia era fundamental en la Iglesia. Indica que ya al final del Concilio Vaticano II, Papa Paulo VI lo puso de relieve, aunque fue San Juan Pablo II quien lo acentuó al publicar en 1994 la Encíclica “Rico en Misericordia” y al canonizar en el Año Santo 2000 a Santa Faustina Kowalska y al instituir la Fiesta de la Divina Misericordia el domingo siguiente a la Resurrección de Jesús.

El actual Papa Francisco relata cómo al comenzar su pontificado, sintió que el Señor le pedía mostrar a los hombres Su Misericordia. Fue también inspirado por el libro “La misericordia” del Cardenal alemán Walter Kasper. 

El Papa está convencido que ahora es el momento de la misericordia. “Todos somos pecadores, todos llevamos pesos interiores. He sentido que Jesús quiere abrir la puerta de Su Corazón, que el Padre quiere mostrarnos las vísceras de misericordia y por esto nos manda el Espíritu para movernos y conmovernos. Es el año del perdón, el año de la reconciliación”.

“El mundo necesita descubrir que Dios es Padre, que hay misericordia, que la crueldad no es el camino, que la condenación no es el camino, porque la Iglesia misma, a veces, sigue una línea dura, cae en la tentación de seguir una línea dura, en la tentación de enfatizar sólo las normas morales, por lo que, mucha gente queda excluida”.

En esta entrevista el Papa fue preguntado: “Según la Biblia, el lugar donde descansa la Misericordia de Dios es el útero, las entrañas maternas, de Dios que se conmueven hasta el punto de  perdonar el pecado. ¿Puede el Jubileo de la Misericordia ser una ocasión para redescubrir la “maternidad” de Dios? ¿Hay también un aspecto más “femenino” de la Iglesia que se debe valorar?”

Francisco respondió: “Sí. Dios mismo lo afirma cuando dice en Isaías: ‘¿Puede una madre olvidarse de su niño, sin que tenga compasión del hijo de sus entrañas? Pero aun cuando ella pudiese olvidarle, yo no me olvidaré de ti. Yo, por el contrario, nunca me olvidaré de ti’ (Isaías 49,15)”.

“Aquí se ve la dimensión maternal de Dios. No todo el mundo entiende cuando se habla de la “maternidad de Dios”, no es un lenguaje popular, en el buen sentido de la palabra, parece un lenguaje para elegidos. Por lo tanto yo prefiero utilizar la palabra ternura, propia de una madre, la ternura de Dios, la ternura que nace de las entrañas paternas. Dios es Padre y Madre. 

Tal vez sea ésta una de las novedades más llamativas del Papa Francisco al invocar a Dios como  “Madre”. Lo ha hecho en varias ocasiones. Ello ha traído como consecuencia que varias personas y asociaciones han criticado al Papa por introducir novedades indebidas en el cristianismo. 

Entre esas críticas sobresale “Rorate Coeli”, un grupo religioso en Estados Unidos. Explica que es muy peligroso que el Papa afirme que Dios es Padre y Madre, ya que no hay “absolutamente ninguna justificación en las Escrituras ni en la Tradición de la Iglesia”. “Mucho más peso tiene el hecho de que la Iglesia nunca ha hecho referencia a Dios como ‘Madre’ en su liturgia, en su Credo, ni en sus documentos doctrinales, por no hablar de la desbordante evidencia en la práctica de los católicos, a lo largo de los siglos, refiriéndose a Dios como ‘Padre’ pero nunca como ‘Madre’”.

“Una cosa es emplear imágenes o metáforas femeninas para describir las acciones de Dios hacia los hombres, o compararle a Él y Su amor con una madre y el amor que ésta siente por su retoño (como a veces lo encontramos en las Sagradas Escrituras, especialmente en el libro de Isaías). Pero algo muy distinto es referirse directamente a Dios como “Madre”, algo para lo que no hay absolutamente ninguna justificación ni en las Escrituras ni en la Tradición”.

“Rorate coeli” reconoce que en Occidente algunos autores de textos piadosos en la Edad Media se refieren a Dios o a Cristo, como “Madre”: Julián de Norwich o San Anselmo de Canterbury son los ejemplos más citados. También el Papa Juan Pablo I se refirió a Dios como: “Un Padre y, todavía más, una Madre” (É papà; più ancora è madre), durante una de sus audiencias, lo que ha permanecido (hasta ahora) como un caso aislado en el vasto campo de las enseñanzas papales.

Por todo ello “Rorate coeli” afirma que con este lenguaje papal se está alentando a grupos feministas y liberales. A nuestro juicio esta crítica al Papa sobre este punto es exagerada. Creemos que hay elementos tanto en la Biblia como en la Tradición que permiten considerar al Dios cristiano como la Familia Divina Trinitaria que quiere integrar a la humanidad y particularmente a la Iglesia como su propia familia. Desarrollaremos este tema próximamente.

Miguel Manzanera S.J.

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