La Paz, 2 SEP (ANF).- Fallas operacionales a las que se sumaron aspectos meteorológicos y medioambientales incidieron para que el helicóptero presidencial Super Puma se estrellara contra un cerro cerca de la población cochabambina de Colomi, el pasado 20 de julio, según concluyó la Junta Investigadora Combinada de Accidentes Aeronáuticos de Bolivia y Venezuela.
El comandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), general Daniel Salazar, junto a presidente de la Junta, coronel Germán Valenzuela y el agregado aéreo de Venezuela en el país, general Manuel Silva, entregaron el informe de la investigación que expertos de ambos países realizaron durante 30 días para determinar las causas del siniestro.
En base al análisis del área, la dispersión de los restos y los instrumentos recuperados que fueron trasladado a Venezuela, se estableció, explicó Valenzuela, que no hubo fallas en la aeronave y que la tripulación, conformada por cinco personas, cuatro venezolanos y un boliviano, estaba capacitada para cumplir su plan de vuelo hacia la ciudad de Cobija.
“Por tanto lo que queremos dejar claramente establecido es que el accidente se produjo por una falla en el factor operacional contribuido por el factor ambiental, en ningún momento hubo fallas en el factor material, todos los componentes analizados no presentan indicios de falla tampoco no se tiene y se descarta de que haya podido haber algún atentado”, remarcó por su parte el Comandante de la FAB.
Según Salazar, operacionalmente hubo una falla humana, porque “los pilotos no han calculado bien” el que no les cubra la nubosidad y probablemente pensaron que todo el tiempo tendrían condiciones visuales y podrían esquivar los cerros.
De acuerdo
con el
informe, el helicóptero por el peso que llevaba, la altura a la que se encontraba y la velocidad de los vientos ascendentes y descendentes impidió que el piloto pudiera parar la nave y maniobrar para dar la vuelta y cambiar de rumbo lo que derivó en fuerte impacto contra el cerro que se encontraba a 4.263 metros de altitud alrededor de las 15.21 horas.
El 20 de julio la nave transportó al presidente Evo Morales hasta Oruro de allí voló a Cochabamba donde se reabasteció de combustible, cargó 2.500 litros diesel oil para tres horas de vuelo hasta Cobija, donde al día siguiente debía recoger al Mandatario.
Sin embargo, el helicóptero nunca llegó a su destino. Las masas de nubes que surgieron cuando se dirigían al noreste, sector donde se encuentra la laguna Corani, obligó a la tripulación a cambiar de rumbo por tres veces y ante la invisibilidad realizaron “vuelo instrumental”.
Los fuertes vientos de 25 a 35 nudos, unos 60 kilómetros por hora de velocidad, según precisó el coronel Valenzuela, contribuyó a llevar la nave hacia el lugar del impacto ubicado a 4.263 metros de altura y
a una distancia de 25 kilómetros de la ciudad de Cochabamba.
“El helicóptero tuvo dos impactos, el lugar del primer impacto fue a 4.238 metros y para poder pasar esa zona les faltaba 56 metros para pasar la parte superior (del cerro)”, indicó Valenzuela.
El 21 y 22 de julio, dos días después del accidente, la Junta investigadora, la boliviana en una nave y la venezolana en el otro Super Puma que Venezuela otorgó a Bolivia en calidad de préstamo, volaron a la zona del accidente y verificaron que en el sector existe la presencia de nubes que se presentan abruptamente y desaparecen.
En el accidente perecieron el mayor Raúl Paz de nacionalidad bolivianas y el mayor de aviación Rodolfo Rivas (37), teniente Deyvis Bustillos (29), técnico segundo Carlos Jatar (40) y el técnico aeronáutico César Bastida, todos venezolanos.
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