ANF M7315 11:51:48 24-02-2000VAR VATICANO-PAPA-EGIPTOJuan Pablo II realiza su primer viaje a EgiptoCiudad del Vaticano, FEB 24(VIS/ANF).- Juan Pablo II partió esta mañana para la República Arabe de Egipto, donde realizará una peregrinación jubilar al monte Sinaí, uno de los lugares relacionados con la historia de la salvación. Este viaje, el número 90 fuera de Italia de su pontificado, es el primero que realiza un papa a este país.Según las estadísticas recogidas en el último Anuario Estadístico de la Iglesia, actualizado al 31 de diciembre de 1998, Egipto, el país más poblado de Africa después de Nigeria y el primero en el mundo árabe, tiene una población de 65,9 millones de habitantes, en su gran mayoría musulmanes. Menos del 10% de los egipcios pertenecen a la Iglesia copta ortodoxa (coptos, que es el nombre dado por los griegos al Egipto antiguo) y hay 222.000 católicos, que representan el 0,34% de la población, repartidos en siete ritos: copto, griego, maronita, sirio, armenio, caldeo y latino.Existen 14 circunscripciones eclesiásticas, 219 parroquias y 201 centros pastorales de otro tipo. Hay 15 obispos (a 31 de diciembre de 1999), 445 sacerdotes, 1.299 religiosos, 1 miembro laico de un instituto secular y 1.376 catequistas. Los seminaristas mayores son 111.Este viaje papal tendrá como eje central la sugestiva ceremonia en el Monte Sinaí, durante la cual el Santo Padre conmemorará la alianza entre Dios y Moisés y el camino del pueblo judío de la esclavitud de los faraones a la Tierra Prometida.El Papa se reunirá además con el presidente egipcio Hosni Mubarak y hará dos visitas de cortesía, una a la residencia de Su Santidad Shenouda III, Papa de Alejandría de Egipto y patriarca de la Sede de San Marcos, y otra a la de Mohamed Sayed Tantawi, Gran Jeque de la universidad de Al-Azhar.Fundada por los Fatimidas (dinastía de califas) en el año 973, cuatro años después de su entrada en Egipto, como mezquita escuela teológica chiita, la Universidad juega un papel de árbitro del pensamiento islámico moderno después de haberse visto amenazada, desde el siglo XIX, por la competencia de los sistemas educativos occidentales. Al-Azhar tiene como misióndifundir el Islam en el mundo. A través de ella, Egipto ejerce su influencia religiosa en el mundo.En la Biblia, Egipto recuerda el lugar de los prodigios de Dios, pero también la esclavitud bajo el faraón; el lugar del reposo de la Sagrada Familia y la aspereza del país extranjero. Precisamente en este país tuvo lugar la primera ruptura en el mundo cristiano, después del Concilio de Calcedonia (451).PRIMERA PEREGRINACION JUBILAREl Papa salió del aeropuerto romano de Fiumicino a las 9,40 en dirección a la República Arabe de Egipto. Después de un vuelo de tres horas que cubre una distancia de 2.206 kilómetros, llegó a la capital, El Cairo, para empezar su primera peregrinación del Jubileo.El Santo Padre fue recibido por el presidente egipcio Hosni Mubarak a quien acompañaban Su Santidad el Papa Shenouda, Su Beatitud el patriarca Stephano II Ghattas y el Gran Jeque Mohammed Sayed Tantawi. El Papa dio las gracias al presidente Mubarak "por haberme hecho posible -dijo- venir aquí e ir donde Dios reveló su nombre a Moisés y le dio su ley en señal de su gran misericordia y amor por sus criaturas".Dirigiéndose en inglés a los presentes, el Papa afirmó: "Esta es la tierra de una civilización que tiene 5.000 años, famosa en todo el mundo por sus monumentos y por sus conocimientos de matemáticas y astronomía. Esta es la tierra en la que se han encontrado y mezclado culturas diversas, haciendo famoso a Egipto por su sabiduría y su cultura".El Papa recordó a los ilustres ciudadanos de la Alejandría cristiana: "Escritores eclesiásticos como Clemente y Orígenes, grandes Padres de la Iglesia como Atanasio y Cirilo" y también a Santa Catalina de Alejandría. Y subrayó que Egipto fue "la cuna del monacato". "La llegada del Islam -prosiguió- aportó espléndidas obras de arte y enseñanzas que han ejercido una influencia determinante en el mundo árabe y en Africa. El pueblo de Egipto se ha empeñado durante siglos para alcanzar el ideal de la unidad nacional. Las diferencias de religión no han supuesto nunca barreras, sino una forma de enriquecimiento mutuo al servicio de la única comunidad nacional"."La unidad y la armonía de la nación constituyen un valor incalculable que todos los ciudadanos deben tutelar y que los responsables políticos y religiosos deben promover continuamente en la justicia y el respeto de los derechos de todos", dijo el Papa al final de su discurso. Elogiando alpresidente de Egipto por su "compromiso en favor de la paz en su país y en todo Oriente Medio", agregó que "todos los hombres y mujeres con sentido común aprecian los esfuerzos llevados a cabo hasta ahora y esperan que la buena voluntad y la justicia prevalezcan, para que todos los pueblos de esta región única en el mundo vean que sus derechos se respetan y que se cumplen sus aspiraciones legítimas".(MQT)