
La Paz, 28 mar (ANF).- El Papa Francisco reclama sacerdotes que sean pastores con olor de ovejas, es decir que estén inmersos en el Pueblo de Dios, viviendo con éste sus penas y alegrías, permaneciendo al lado de la grey de Dios, saliendo de sí mismos y de sus parroquias para llevar la buena nueva a los que necesitan la Palabra del Señor.
“¡Esto es lo que yo les pido: Que sean pastores con el olor de la oveja! Y que así se perciba”, puntualizó el Sumo Pontífice en la homilía de la Misa Crismal, rememorando la institución del sacerdocio.
“Nuestra gente agradece el evangelio predicado con unción, agradece cuando el evangelio que predicamos llega a su vida cotidiana”, remarca Francisco al puntualizar “cuando ilumina las situaciones límites, «las periferias» donde el pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear su fe”.
Además el pueblo “nos lo agradece porque siente que hemos rezado por las cosas de su vida cotidiana, por sus penas y alegrías, por sus angustias y sus esperanzas. Y cuando siente que el perfume del Ungido, de Cristo, llega a través nuestro, se anima a confiarnos todo lo que quieren que le llegue al Señor: «Rece por mí, padre, que tengo este problema...», «Bendígame» y «rece por mí»”, recuerda Francisco.
El Papa señala que “siempre tenemos que reavivar la gracia e intuir en toda petición -a veces inoportunas, a veces puramente materiales, incluso banales, pero lo son sólo en apariencia– el deseo de nuestra gente de ser ungidos con el óleo perfumado, porque sabe que lo tenemos. Intuir y sentir como sintió el Señor la angustia esperanzada de la hemorroísa cuando tocó el borde de su manto”.
Señala que “la insatisfacción de algunos sacerdotes, que terminen tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, proviene de salir poco de sí mismos y perderse lo mejor de nuestro pueblo”, señala el Sumo Pontífice.
“La prueba más clara para reconocer al buen sacerdote es fijarse en "cómo su pueblo anda ungido”, remarcó al dejar en claro que “no es precisamente en auto-experiencias ni en introspecciones reiteradas, donde vamos a encontrar al Señor”.
Puntualiza que “los cursos de autoayuda en la vida pueden ser útiles, pero vivir pasando de un curso a otro, de un método a otro, de método en método, lleva a hacernos pelagianos, a minimizar el poder de la gracia la cual se activa y crece en la medida en que salimos con fe a darnos y a dar el Evangelio a los demás”.
RENOVACIÓN DE VOTOS
En la Misa de renovación de los votos sacerdotales el Papa señaló que ungidos significa “ser para”, dejando en claro que “al revestirnos con nuestra humilde casulla, bien podemos sentir sobre los hombros y en el corazón, el peso y el rostro de nuestro pueblo fiel, de nuestros santos y de nuestros mártires”.
“La unción no es para perfumarnos a nosotros mismos, ni mucho menos para que la guardemos en un frasco, ya que el aceite se pondría rancio... Y amargo el corazón”, señala el Sumo Pontífice a los sacerdotes.
El llamado de atención a los sacerdotes también señala que la belleza de los litúrgico “no es puro adorno y gusto por los trapos”, por el contrario, está destinada a la acción que se espera del sacerdote.
El Papa también exhortó al pueblo que acompañe a sus sacerdotes “con el afecto y la oración, para que sean siempre Pastores según el corazón de Dios”. //JTI//