
La Paz, 27 de junio (ANF).- Las redes sociales han cautivado a los adolescentes y los celulares los tienen prácticamente secuestrados. ¿Cómo romper el cerco de las nuevas tecnologías? es el principal desafío de las familias y de las escuelas, aseguró Elizabeth Machicao, directora de la Casa del Adolescente que este 28 de junio cumple un año de trabajo.
En ese tiempo “más de tres mil personas, entre adolescentes,
padres y profesores, se han vinculado a este espacio que ha sido pensado como
una casa refugio” informó.
Un equipo de cinco personas trabaja a tiempo completo en la Casa del Adolescente y coordina una oferta pedagógica integral que incluye terapia psicológica, apoyo escolar individualizado y talleres de baile, comics, oratoria, arteterapia, charlas para padres y madres, y acción directa en los colegios.
“Hemos ido cambiando en función de la demanda, un año es
poco tiempo, pero ha sido un tiempo de aprendizaje, de mucha escucha porque
esta casa es para quienes llegan a buscar una opción para encarar los procesos
que enfrentan”, puntualizó Machicao en entrevista con ANF.
Admitió que no ha sido sencillo porque “hay una profunda crisis en las familias y una brecha generacional que impide la comunicación entre padres y adolescentes que dan por hecho que ya no necesitan de los adultos porque creen encontrar todas las respuestas en las redes sociales”.
Pero estar conectados en las redes sociales y ser parte del
mundo globalizado no ha librado a las nuevas generaciones de los dilemas que
deben resolver, “al contrario, les ha planteado nuevos y con frecuencia
peligrosos desafíos”.
Según Machicao la “conexión” de la población adolescente en el ciberespacio ha derivado en graves problemas como “el riesgo de trata y tráfico, han pasado por aquí varias adolescentes que fueron captadas a través de las redes sociales, llevadas a otras regiones y explotadas sexualmente”.
Pero un dato que preocupa sobremanera es que “hemos detectado que, en algunos colegios, el cien por ciento de las adolescentes han establecido contacto con adultos desconocidos y en muchos casos han concertado encuentros que han terminado en violencia sexual”.
Otro problema frecuente es el ‘cutting’, pues según la directora de la Casa del Adolescente, “en un colegio hemos verificado que, de un total de 200 adolescentes, un 25 por ciento tenían el hábito de autolesionarse. Se lastiman porque no tienen otra forma de expresar sus sentimientos. Se trata de adolescentes que liberan sus angustias emocionales cortándose los brazos, los muslos o el abdomen con cuchillos, tijeras u otros objetos cortantes”.
Machicao explica que este es un asunto que no tiene nada que ver con las redes sociales sino con el entorno familiar y social en el que se desenvuelven los adolescentes son las adicciones, “especialmente los casos de alcoholismo, somos una sociedad alcohólica, el consumo de alcohol está socialmente aceptado, permea todo, y chicos y chicas miran, reproducen lo que ven en sus familias, prueban por curiosidad y muchos terminan en un problema”.
Por todo lo visto en el trabajo en los colegios, el acoso escolar no está tan extendido como se supone. “Hemos detectado dos o tres casos aislados, yo creo que siempre hubo, ahora se lo conoce como bulling, no es frecuente, hay chicos abusivos que llevan al colegio lo que viven en sus casas y los profesores no tienen protocolos para abordarlo”.
Para Machicao, más preocupante es la violencia y el machismo en las familias. “Hay mucha violencia y machismo, se refuerzan los roles, se educa a las adolescentes como empleadas de sus hermanos, y muchas son sometidas a violencia sexual. La violencia sexual esté en las familias, es cometida por abuelos, padres y hermanos, y suelen pasar muchos años antes de que las víctimas pidan ayuda”.
En medio de ese caos, la Casa del Adolescente se proyecta como un espacio en el que adolescentes de entre 13 y 19 años pueden encontrar herramientas para afirmar su identidad, su escala de valores, su manera de vincularse y de entenderse con los otros, porque “les ha tocado un mundo difícil”.
Para cumplir con ese objetivo también trabajan con los padres “para darles apoyo y contención porque no saben qué hacer con sus hijos, no sirve de nada llegar a los adolescentes si no llegas a los padres” y para cerrar el círculo también llegan a los colegios “sólo en La Paz estamos trabajando en 80 establecimientos educativos”.
Este miércoles la Casa del Adolescente que cuenta con el apoyo de la Fundación Samuel Doria Medina celebrará su primer año de trabajo con la idea de seguir creciendo “y trabajando por la población más vulnerable, y aunque solo toquemos una vida, habrá valido el intento” aseguró su Directora.
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