
Cochabamba, 24 Ago. (ANF).- La festividad de la Virgen de Urkupiña concluye con la feria de “Alasitas” (que en aymara significa ¡cómprame!) y, a diferencia de otras, en Cochabamba tiene la particularidad de estar directamente relacionada con la canasta familiar y las distintas necesidades apremiantes de los peregrinos que buscan que la abundancia y el bienestar se hagan presentes en sus vidas.
“Hoy la fiesta de las Alasitas se la realiza con más esplendor (…). La gente compra todo lo que la necesita en su hogar: artículos de primera necesidad, billetes, verduras, etcétera. Luego son puestos en una canasta para bendecirla. Lo sorprendente es que a pesar de ser miniaturas cuestan el mismo valor de lo comúnmente costaría”, asegura el padre Alfredo Félix Ramos, autor del libro “Urqupiña, una luz de esperanza”.
Para el peregrino es importante tener fe en todo lo que hace, manifiesta Ramos, y así obtener el milagro de la Virgen, es decir, que gracias a la fe depositada en ella las miniaturas y la canasta familiar llegan a tener el valor que representan y se convierten en realidad. Así, las miniaturas que se adquirieron en Alasitas una vez bendecidas, son llevadas a los hogares y puestas en un lugar visible para recordar las promesas hechas a la Virgen.
Asimismo, los artesanos y comerciantes de esta feria expresan que esta actividad es una tradición y muestra de fe, propias de Quillacollo. “Aquí en Quillacollo la Virgen de Urkupiña es bien milagrosa, hacemos Alasitas para que no nos falte nada (…) todas las personas deben venir a pedir una canasta llena aquí en las Alasitas”, expresó Sofía Condori, vendedora en la feria de Alasitas.
ORIGEN DE LAS ALASITAS DE URKUPIÑA
Posiblemente el origen de las Alasitas se remonta a la costumbre de los aymaras de La Paz que se realiza cada 24 de enero en honor al Ekeko asociado con la abundancia, indica el padre Ramos. En Cochabamba por ser un área agrícola por excelencia se encuentran grandes mercados y las Alasitas están relacionadas con fines económicos. Con el tiempo, las migraciones y las relocalizaciones hicieron que las necesidades de los peregrinos (expresadas en miniaturas) hayan evolucionado de acuerdo a las distintas coyunturas como necesidades materiales: terrenos, casas, artículos para el hogar, artículos de construcción; necesidades apremiantes del trabajo: negocios, animales, micros, etc.; aspiraciones personales: certificado de nacimiento, carnet, certificados de matrimonio, salud y otros; además de demostraciones del arte culinario de Cochabamba con comidas en miniatura: chicharrón, chicha, garapiña, chanq’a de pollo, etcétera.
ALASITAS DE ANTAÑO
Según Ramos, antiguamente la imagen de la Virgen María de Urkupiña se la exponía detrás del templo y la fiesta se realizaba alrededor de la imagen. Había un “Banco del Calvario” donde se adquiría billetes para realizar las transacciones comerciales de ese día. Estos eran mandados a hacer por los pasantes de turno y entre sus características destacaban frases picarescas. Asimismo, los niños eran los más entusiastas en esta feria.
Este año la feria fue instalada en la avenida Martín Cárdenas el 17 de agosto y concluye este 24 de agosto. En esta ocasión se reunió alrededor de 800 artesanos y comerciantes.
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