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Nacional Política

/Anuario 2018/ Las polémicas obras del año

La Casa Grande del Pueblo y la sede del Parlamento de Unasur fueron las obras que mayores críticas generaron el 2018.
3 de Enero, 2019
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Casa Grande del Pueblo y la sede del Parlamento de Unasur. Fotos: ANF y ABI.
Casa Grande del Pueblo y la sede del Parlamento de Unasur. Fotos: ANF y ABI.
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La Paz, diciembre (ANF). – El gobierno de Evo Morales, en los casi 13 años de administración continua del Estado, entregó una serie de obras y varias de ellas generaron una ola de críticas porque fueron priorizadas por encima de la problemática del sistema de salud u otras áreas de atención prioritaria.

El 2018 no fue la excepción porque nuevamente las millonarias inversiones en construcciones de edificios y el uso de esos espacios, para eventos sociales, causaron críticas e incluso repercusión internacional. 

“Casa Grande del Pueblo”

El 9 agosto fue inaugurado el nuevo palacio de gobierno, que desde su nombre generó gran revuelo porque el Gobierno decidió llamarle “Casa Grande del Pueblo”, símbolo de la identidad del Estado Plurinacional, y para imponer este denominativo hasta emitió comunicados dirigidos a medios.

El Ministerio de Comunicación exhortó a los medios de comunicación “a no ser utilizados por intereses políticos que recurren a la distorsión perniciosa de la realidad" e incluso se quejó contra publicaciones específicas, como del diario chileno El Mercurio, por titular que el "Presidente de Bolivia tiene un nuevo y lujoso palacio”.

La Asociación Nacional de la Prensa de Bolivia (ANP) expresó su preocupación por las “directrices” del Gobierno y la ministra de Comunicación, Gisela López, negó que sean directrices al advertir de una campaña mediática internacional, digitada desde Chile, contra el Presidente y la “Casa del Pueblo”. 

Sin embargo, la polémica se mantuvo porque la nueva infraestructura de 26 pisos, ubicada en la parte posterior del Palacio Quemado, demandó una inversión de 240.315.137 bolivianos, tiene un helipuerto, oficinas para cinco ministerios y un amplio espacio de descanso presidencial, que –de acuerdo a diferentes publicaciones– cuenta con sauna, gimnasio, sala de masajes y otras comodidades, aunque en la presentación del edificio a los medios se evitó mostrar este sitio.

La construcción fue declarada de “prioridad nacional” mediante Ley N° 313 y los políticos opositores, como Samuel Doria Medina, lamentaron constantemente que se prevalezca esta clase de obras antes que la salud, porque mientras se consolidaba el lujoso edificio, los enfermos con cáncer en La Paz incluso llegaron al extremo de asumir medidas de presión, pese a su delicado estado, cansados de ser sometidos a tratamientos con equipos obsoletos (bomba de cobalto) en medio de escándalos de corrupción, que terminaron en el cierre temporal de la Unidad de Radioterapia del Hospital de Clínicas y persistentes promesas o anuncios de soluciones al crítico momento.

Por eso, Doria Medina exigió al Presidente “dejar de lado esos lujos de rey” y propuso convertir el edificio en un hospital para atender a pacientes con cáncer y otras enfermedades que peregrinan constantemente para sobrevivir.

El ministro de la Presidencia, Alfredo Rada, respondió que la Casa del Pueblo “es una necesidad y no un lujo”; y Morales subrayó que esta obra apunta a dejar el “Estado inquilino”. 

Además “yo me doy cuenta (que) las nuevas generaciones quieren modernidad”, agregó el Jefe de Estado en la inauguración del edificio, a tiempo de anunciar que los novios o recién casados podrán visitar el helipuerto los sábados y en el auditorio será usado para actos de graduación de colegios o universidades “porque esta casa es del pueblo”.

El nuevo edificio recibe en promedio 700 visitantes cada sábado y está abierto al público de 09.00 a 12.00.

Parlamento de Unasur 

El 12 de septiembre, el Gobierno volvió a causar polémica con la inauguración de la sede del Parlamento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en el municipio de San Benito, Cochabamba, en plena crisis del organismo multilateral.

El complejo de edificios, divido en tres modernos bloques, fue financiado íntegramente por el Estado boliviano y costó, según el Ministerio de Comunicación, 494 millones de bolivianos, y de acuerdo a otras publicaciones, 433,2 millones de bolivianos; es decir, prácticamente el doble de la Casa del Pueblo.

La infraestructura tiene salones con diferentes funciones, ascensores de última generación, estacionamiento de vehículos, salas de prensa, espacios de exposición de arte, plaza de comidas, mirador, ciclovías y un helipuerto con una capacidad para seis helicópteros.

Además, todos los sistemas de alerta de incendios y otros posibles casos de emergencia están completamente integrados y –según el ministro de Obras Públicas, Milton Claros – son controlados a través de una tableta.

En una inspección a la construcción, Morales afirmó que es una “obra monumental” y en la inauguración “bautizó” a la sede legislativa como “la casa grande de Sudamérica”, porque no servirá sólo para los parlamentarios, aún inexistentes de Unasur, sino también para la celebración de asambleas, cumbres, actos de graduación e incluso matrimonios.

Morales fue el único presidente que asistió a la inauguración de la millonaria obra, después de que Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Perú decidieron suspender su participación en el bloque multilateral, y Colombia determinó retirarse.

La analista de asuntos internacionales, Karen Longaric, consideró que en esta crisis de Unasur, “edificios más, edificios menos, no tienen mayor importancia”, y que se cometió un error al construir una infraestructura que será utilizada para actos sociales. “No hay ni parlamentarios, (entonces) la obra es inútil”, manifestó.

Mientras el diputado opositor, Wilson Santamaría, dijo que, con esa decisión de seis países, la sede del Parlamento se convertirá en un “elefante blanco”. Aunque para la diputada oficialista, Mireya Montaño, “no existen elefantes blancos”.

Entre tanto, hasta el momento la sede del Parlamento sólo se usa para eventos del oficialismo, como el congreso de los cocaleros del trópico cochabambino, que proclamó a Evo Morales y Álvaro García Linera como el binomio del MAS, o el ampliado nacional del Pacto de Unidad, que también ratificó a los candidatos oficialistas.

/ELCA/FC/

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