La Paz, 23 de febrero (ANF).- “Los abusos contra menores no son
chismorreos ni habladurías, son crímenes (…) los periodistas no somos sus enemigos,
ni acusadores ni encubridores, nuestra misión es la de ejercer y defender un
derecho a la información basada en la verdad para hacer justicia”, aseveró la periodista
y corresponsal de Televisa, Valentina Alazraki, durante su intervención en el
Encuentro sobre “La protección de los menores en la Iglesia”, que se lleva adelante en el Vaticano.
Desde la perspectiva de esta periodista, que lleva 45 años de trabajo en temas eclesiales, es indispensable que para enfrentar el tema de los abusos sexuales a menores, la Iglesia debe informar con rapidez cuando se registran casos y denuncias para que se dé paso a una comunicación transparente, esto en todos los niveles de las diócesis y del mismo Vaticano.
“Sabemos que la transparencia tiene sus límites, por eso no pretendemos que nos informen de cualquier acusación a un sacerdote entendemos que debe haber una investigación previa, pero lo que pedimos es que se haga con celeridad (…) deben informar de lo que procede, de lo que están haciendo, deben decir que han alejado al abusador de su parroquia o de donde ejercía”, indicó.
La comunicadora asegura que si no es la Iglesia la primera en dar la noticia corre el riesgo de que el escándalo sea más grande y se cae en la complicidad al no dar la información, esto trae como consecuencia la desconfianza de los fieles, un clima sospecha, hasta rabia, odio y desilusión hacia la institución eclesial. Todos tienen el derecho fundamental de conocer qué pasó y los procedimientos, al no brindar estos datos provocan que los medios busquen a terceras personas que no darán, en muchos casos, información correcta u objetiva.
Con el auge de las redes sociales y los cambios sociales y culturales, la iglesia -desde la perspectiva de Alazraki- tiene solo el camino de apostar por la rendición de cuentas y transparencia. Contar las cosas de manera oportuna será el camino para que los medios crean que los ocultamientos no serán tolerados. En ese sentido, el primer beneficiado de la transparencia será la iglesia porque habrá de poner el foco en los culpables.
Por tanto, Alazraki propone tres consejos prácticos vivir la transparencia en la comunicación indispensable para resolver este problema a la hora de comunicar sobre abusos sexuales amenores:
1. Poner a la víctimas en primer plano, si la iglesia quiere aprender a comunicar sobre abusos su punto de referencia tiene que ser la víctima. Es muy difícil informar de algo que no se conoce de algo que no se tiene conociendo directo, no se puede hablar de este tema si no se ha escuchado a las víctimas y su dolor, que no son solo en el cuerpo, sino de corazón y de fe .
2. Pedir consejo a personas con criterios y a expertos, se debe contar con asesores sean expertos en comunicación. Es necesario que las estructuras eclesiásticas inviertan en comunicación con personas altamente calificadas y preparadas para hacer frente a las exigencias de transparencia del mundo actual. También la figura de un portavoz eficiente y bien preparado es clave.
3. Profesionalizar la comunicación, es necesario comunicar desde todos los niveles desde la parroquia hasta el Vaticano, con estructuras estandarizadas, pero ágiles y flexibles que proporcionen información certera y con rapidez. Puede ser información incompleta al faltar una investigación, pero nunca un silencio o “sin comentarios”.
Finalmente, Alazraki aprovechó para abordar otro tema igual de importante, otro escándalo que toca a la Iglesia como los abusos sexuales de mojas y religiosas víctimas de sacerdotes y obispos, tal como lo denunció una revista femenina del Observatorio Romano y donde el Papa Francisco reconoce que se está trabajando. La periodista indicó que existe la voluntad para enfrentar este tema y que sería una gran oportunidad para que la iglesia tome la iniciativa en denunciar esto que no solo involucra abusos sexuales, sino también de poder.
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