
Las huelgas de hambre han perdido su verdadero sentido en nuestro país, a fuerza de ser declaradas por todo y por nada, y a fuerza de no serlo, de ser una formalidad, un modo más de protesta, en algunos casos, no mucho más que un acto de publicidad, que se puede abandonar sin más.
No es el caso de la huelga de hambre de la señora Añez, el suyo es un acto de desesperación, comprensible porque ella está atrapada de la peor manera, no solo por un sistema judicial con una corrupción del peor calibre, sino porque este sistema obedece al poder político, que se muestra vengativo y desalmado.
En estas semanas se cruzaron, el inicio del juicio trucho contra la expresidenta constitucional, el visible y corrupto mal uso de un juicio abreviado, la visita del relator especial de Naciones Unidas para la independencia de los jueces, y la huelga de hambre de la ex mandataria, menuda semana.
Una huelga de hambre, es una forma de suicidio anunciado, precisamente, porque si los requerimientos de quien la hace no son atendidos, esta puede llevar a la muerte de quien la hace. La señora Añez, tiene delante de si, el más negro de los futuros, y es que el gobierno le ha dicho claramente que no tiene la menor intención de seguir las normas de la justicia, ni el debido proceso, sino que le va a meter nomás, para dejarla en la cárcel para siempre.
Casi se puede decir, que como están las cosas, mientras el Mas esté el poder, ella permanecerá detrás de rejas, y será la rea más maltratada del Estado Plurinacional, La señora Añez, en estas circunstancias no tiene nada que perder, porque todo le ha sido arrebatado, y se puede entender perfectamente esta huelga, esta forma de suicidio.
Ahora bien, todo el mundo sabe, que el juicio que se le esta haciendo a la expresidenta, esta completamente viciado, la pregunta es, ¿y si ella muere? ¿Puede un país permitirse la muerte de un acusado, (aclaremos que se debe presumir su inocencia antes que se lo juzgue y se lo condene), peor aún, si es víctima de un juicio con vicios de nulidad?
Si la señora Añez muere las manos de muchas personas del gobierno quedarán manchadas con su sangre, las responsabilidades serán de muchos, por acción o por omisión.
¿Tendrá este hecho consecuencias? Posiblemente no, considerando la dureza de corazón de los que detentan el poder, considerando la sed de venganza del jefe del partido de gobierno, pero es también posible que las cosas decanten por otro lado, cuando la falta de empatía y compasión se hace tan evidente, y cuando esta es parte de un sistema tan injusto y tan corrupto, puede ser que la gente reaccione, la gente en general tiene un buen corazón.
Este momento tiene que tener muy preocupado al señor García Sayán, aunque no es parte de sus funciones hacer algo en favor de la desdichada expresidenta, tampoco puede quedar indiferente ante la posible muerte de una persona injustamente tratada en las celdas bolivianas, mientras él esté de visita, o solo poco después de su partida.
No hacer nada, desde donde se esté, trátese de funcionarios del gobierno, de la justicia,de la prensa, los partidos políticos, de quienes tienen la oportunidad de expresarse, y si, también del señor Relator, es mirar impávidos un suicidio, y eso disminuye la humanidad de todos.
La señora Añez no buscó hacerse del poder, le llegó literalmente de carambola, y debido a una perversa movida de un gobierno violador de la constitución, no supo manejar el poder que tuvo, no cumplió plenamente con el mandato constitucional, aunque al final y con un retraso no muy grande, si llamó a elecciones, y estas fueron limpias. Seguro que merece un juicio por los abusos que se cometieron durante su gobierno, pero ante jueces independientes, confiables y honestos, y siguiendo el debido proceso.
Eso no está sucediendo ahora. Ahora una mujer está siendo llevada a la desesperación y a su autodestrucción, debido al más absoluto abuso de poder.
Agustín Echalar es operador de turismo