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Opinión

Un electorado huérfano. Volatilidad electoral

16 de Octubre, 2019
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NATALIA PERES MARTINS
Rememoremos. En un anterior artículo hemos hablado sobre lo que es el voto útil y cómo está más  que  presente en estas próximas elecciones. Como se trata de un voto  básicamente circunstancial, el electorado es volátil,  es decir  que  fácilmente puede cambiar de una decisión de voto a otra,  precisamente porque no existe un grado de lealtad con el partido. Muchos de los electores no se ponen la camiseta de un determinado partido y mucho menos la «sudan» como decimos aquí en Bolivia. Y es acerca de esta volatilidad electoral de lo que quiero hablar ahora. Si bien  este indicador ( Vt) tiene algunas limitaciones metodológicas - que  no valen  la pena mencionar ahora -, definitivamente sirve para aproximarse al cambio de preferencias que  hay entre una elección y otra.  Se podría decir  entonces que  niveles altos  de volatilidad indican que de una elección a otra se han producido muchas transferencias de votos de unos partidos a otros, mientras que  por  el contrario, valores bajos de volatilidad indican que  los electores han mantenido sus preferencias electorales.


En este  gráfico  vemos la Vt electoral en Bolivia desde las elecciones de 1989¹ hasta una proyección para las elecciones de este  2019. Y ¿qué  nos  dice  estos  datos? En primer lugar  podemos ver que  somos un electorado volátil y eso dependerá, entre otras cosas, de cómo esté configurado el sistema de partidos y qué es lo que nos ofrecen los partidos a cambio de nuestro voto. Vemos que el máximo nivel de Vt fue el 2005 cuando Evo Morales ganó las elecciones por primera vez y se produjo un cambio de modelo. La Vt bajó considerablemente (a la mitad aproximadamente) en las elecciones de 2009 y 2014, pero lo que nos dicen los datos preliminares para este 2019 es que este indicador volverá a subir, lo que significa que las preferencias podrían estar cambiando. Esta hipótesis se confirmará solamente en las siguientes elecciones  si es que  la tendencia continúa, en otras palabras, si el MAS sigue  de bajada. En cuanto al sistema de partidos, que  en una siguiente parte analizaremos más  a fondo, es imposible dejar  de notar que  elección tras  elección entran nuevos actores en escena, algunos de ellos realmente nuevos y surgidos de la nada, otros reciclados, uno  que  otro  resuscitado y algunos con base  local. Sostengo la hipótesis de que cuando la oferta es tan variada e inestable el electorado se confunde y no puede hacer otra cosa que votar a corto plazo, es decir  que toma una decisión para una sola elección, en un  contexto muy  específico, sin saber cómo votará en la siguiente, todo esto porque no existe un vínculo sólido con ninguno de los partidos que hagan que mantenga sus preferencias estables en el tiempo.

Por todo esto,  el voto útil y un alto nivel de volatilidad electoral, es que creo que los electores estamos huérfanos y nos vemos obligados a tomar nuestra decisión de voto en base a cuestiones coyunturales y muchas veces superficiales.
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1) 1985 es el punto de referencia para calcular la volatilidad de las elecciones del 89.
2) Para el 2019 se han tomado los resultados ponderados de votos válidos y no válidos que presenta el proyecto Bolivia Electoral de la Fundación Friedrich Ebert.

Natalia Peres Martins

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