Ir al contenido principal
 

Opinión

Si a la vacuna, no a la demagogia

1 de Febrero, 2021
Compartir en:
AGUSTÍN ECHALAR ASCARRUNZ

El que Su Excelencia hubiera ido personalmente a recoger al aeropuerto el pequeño stock de vacunas el jueves pasado, me ha hecho recuerdo a cuando la Presidente Añez fue a recibir los pinches respiradores de tan triste fama. Es increíble cuanto se parecen los adversarios, sobre todo cuando actúan demagógicamente.

Al aseveraciones del Presidente Arce respecto a lo bien que lo está haciendo su gobierno combatiendo la pandemia lo ponen en ridículo, porque salvo los que han convertido el masismo en religión, no se la cree nadie, principalmente, porque la cantidad de muertos por día que tenemos va creciendo. Además porque los hospitales están saturados, y no vemos medidas de que se vayan armando hospitales de campaña para enfrentarnos a los peores momentos de la segunda ola.

20.000 dosis de vacuna para una población de más de 11 millones de habitantes, son literalmente como un balde de agua en el lago Titicaca. No, no es algo de lo que un gobierno pueda sentirse orgulloso, el Presidente debería más bien disculparse, y prometer que pronto, muy pronto, llegarán más, lo cual es además verdad. La vanagloria de don Luis Arce ha sido insultativa.

Y sin embargo, no deja de ser una gran noticia que exista la vacuna, y que hayan llegado 20.000 dosis, que un importante porcentaje de médicos y personal de los hospitales tenga acceso a la misma, porque eso frenará sin lugar a dudas las muertes del sector profesional que tan importante es y que tan vulnerable es,  precisamente por su protagonismo en el combate a la muerte en estos momentos.

El que la vacuna llegue no tan temprano a Bolivia es comprensible.  El mundo tiene 7000 millones de habitantes, que se logre producir vacunas para toda esa población no es algo que va de un día a otro, y que esta pueda ser distribuida es aún más complejo. La pregunta es ¿porqué tendría nuestro país que estar entre los primeros en recibirla?  No hemos participado en su desarrollo ni en su producción, y es comprensible que quienes lo han hecho, velen primero por su propia población. Tampoco estamos entre los más pobres o entre los que tienen una  población más hacinada por lo que tampoco estamos en primera fila desde un punto de vista de solidaridad.

Lo que toca es hacer el mayor esfuerzo para que la mayor cantidad de vacunas lleguen lo antes posible, (y eso tal vez también debería lograrse a través de la comercialización de la vacuna, pero cuidando que no se llegue a aberraciones propias de la especulación),  y toca tener paciencia, aguantar, como lo dijo en un momento el primer mandatario.

Hay una luz al final del túnel, y no es un tren que viene en dirección contraria, la vacuna está en el mundo, y una especie de muestra ya ha llegado a nuestro país. Este es el momento de sopesar si realmente vale la pena ponerse en riesgo por una salida banal, y no llegar a tierra firme cuando ya se la ve en el horizonte. Este es el momento de aguantar –se, aunque nos caiga pesado el que lo sugirió.

Toda muerte duele, pero duelen más las muertes de personas que encontraron ese destino por cumplir con su deber profesional, la enorme lista de médicos y personal hospitalario que ha sido víctima del covid, tiene que llevarnos a sentir alivio porque la vacuna este llegando a ellos. Sería una enorme canallada que alguien se cuele, aunque creo que también el presidente debería ser inoculado en este primer turno.

Poner en duda las bondades de la vacuna puede también ser un acto mezquino, más allá de sus limitaciones, y más allá del derecho que tienen las personas a expresar su opinión.

Creo que el Presidente no puede sacar pecho por las 20.000 vacunas, pero aclaremos que el país que mejor lo ha hecho en el barrio, Uruguay, recién empezará a vacunar en marzo, y el segundo país en esa lista, el Paraguay, lo hará a fines de Febrero.

La lucha contra el covid es de todos, y no debe ser politizada, eso lo tienen que tener claro todos, empezando por Su Excelencia y terminando en sus críticos. 

Agustín Echalar es operador de turismo.

Etiquetas