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Opinión

¿QUIÉN GANÓ LAS OLIMPIADAS DE RÍO?

27 de Agosto, 2016
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FRANCESCO ZARATTI
Terminadas las Olimpiadas de Río, me pregunto qué país ganó ese certamen deportivo. La respuesta parece fácil si sólo se mira el medallero olímpico: EEUU arrasó con 121 medallas de las 974 asignadas, ganando a todos los demás países en conquistas de oro (46), plata (37) y bronce (38).

¿A qué se debe que el 53% de todas las medallas hayan sido ganadas por 10 de los 87 países que figuran en el medallero oficial? Unos dirán que es por su numerosa población o, con mayor precisión, por la población “deportivamente activa”; otros atribuirán el éxito a la riqueza o, con mayor exactitud, a políticas públicas que estimulan los deportes; los expertos señalarán que se debe a una combinación de varios factores, entre los cuales están la paridad de género (las mujeres se llevan el 40% de las medallas) y el incentivo económico “liberal” para el atleta (premios, becas, sponsors, etc.); finalmente no faltarán quienes aseguren que es un problema étnico, como demuestran los podios de la velocidad. En verdad, cada una de las explicaciones tiene su justificación y sus excepciones, de modo que lo mejor sería intentar medir objetivamente la “efectividad olímpica” de cada país.

Como primera aproximación, he elegido dos parámetros, la población y el PIB, y los he contrastado con un “puntaje”  obtenido asignando 5 puntos a cada medalla de oro, 3 a la plata y 1 al bronce.  De ese modo, EEUU ha logrado 379 puntos, Gran Bretaña 221 y China 210, y así sucesivamente. Limitando el análisis a los primeros 10 de la lista, se llega a conclusiones interesantes.

Si dividimos el puntaje por el PIB, el ganador no es Argentina (como parecería insinuar Fox Sport) sino Gran Bretaña (con un indicador de 9.3); le sigue Australia (8.3) y Rusia (6.6). Si tomamos en cuenta la población, gana Australia (3.6), luego viene GB (3.5) y Francia (1.8). Pero, según el parámetro más objetivo, que es el PIB per cápita, el ganador es China (21.3), delante de Rusia (9.3) y EEUU (7.2). En cuanto a los países latinoamericanos, sólo Cuba, un país que ha apostado mucho al deporte, ganaría en “puntaje por PIB” (28.9), debido a que su bajo PIB pesa más que sus modestos laureles (18avo. en el medallero). En fin, no hay cómo perderse: ¡una vez más ganaron los imperios!

Un análisis más fino llevaría a reconocer dos tendencias actuales: la adopción de destacados atletas naturales de países en desarrollo por parte de las potencias y la residencia de talentos de esos países en EEUU y Europa. De hecho, la diversidad étnica de los representantes de Gran Bretaña y Francia les ha permitido ganar medallas en casi todos los deportes. Se trata de una forma de “colonialismo” que augura un futuro olímpico nada promisorio a los países en desarrollo, debido a que sus mejores atletas serán reclutados por los países más ricos, que les ofrecerán mayores oportunidades, como ya ocurre en el fútbol. A su vez, los atletas que deciden residir en los países más industrializados conservando su nacionalidad seguirán atraídos por las facilidades de infraestructura, entrenadores, tecnología, competitividad y becas.

Se llega así a un doloroso pronóstico: los países pobres no sólo no alcanzarán a los más ricos en logros olímpicos, sino que la situación empeorará por las tendencias anotadas. Aunque quedaren nichos en contados deportes menos populares en los países ricos o donde existen ventajas locales (con seguridad nadie le ganaría a Bolivia en “lanzamiento de dinamita”),  lo cierto es que las Olimpiadas están en camino a convertirse cada vez más en un hermoso espectáculo, pero que sólo beneficia a los verdaderos ganadores del certamen: los organizadores, patrocinadores, dirigentes y campeones que consagran su vida al deporte.

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