Una narrativa respecto al futuro registro de cifras de ingresos y gastos fiscales de cada institución pública nacional, departamental y municipal, agregado y consolidado de todo el sector público boliviano de la próxima gestión 2024 que sea asignado para la ejecución de políticas públicas programadas destinadas a la industrialización del país que representa la segunda fase del modelo económico[1] a través del Presupuesto General del Estado (PGE) instrumento de política económica que será presentado por el Órgano Ejecutivo al Órgano Legislativo hasta el 31 de octubre de 2023, para su tratamiento, debate y aprobación en las cámaras legislativas en una ley y posterior promulgación por el ejecutivo, en la actualidad existe algunos indicios públicos,[2] del contexto interno y externo económico esperado del cierre de las cuentas económicas de 2023 y estimación de 2024, para una descripción de las características generales que tendría.
¿Cómo está la economía mundial?
La economía mundial está inmersa en un ambiente de declinación de la producción de bienes y servicios y contracción de la política monetaria por parte de los Bancos Centrales para enfrentar la inflación que continuaran. Es decir, la demanda mundial de materias primas declinaría, excepto de los alimentos por la guerra Rusia-Ucrania y los efectos del cambio climático que afectarían a los países ofertantes y dependientes de ingresos de divisas de la demanda externa. Otro efecto desfavorable a estos países es la elevación del costo del financiamiento externo y declinación del flujo de capitales.
El FMI en su último reporte sobre la economía mundial señala que su crecimiento económico para los años 2022, 2023 y 2024 serían 3,4%, 2,9% y 3,1% respectivamente. Respecto a América Latina y el Caribe estiman que alcanzarían 3,9%, 1,8% y 2,1 respectivamente durante los años 2022, 2023 y 2024.
Según informe de la CEPAL el crecimiento económico de América Latina y el Caribe para 2023 proyecta un crecimiento del PIB promedio regional de 1,7% y para 2024 un descenso en la tasa de crecimiento que llevaría al producto interno bruto regional a aumentar un 1,5%, por debajo de las estimaciones del FMI.
Al final el informe de la CEPAL textualmente advierte que: “ para enfrentar los efectos macroeconómicos del cambio climático se requerirá de esfuerzos nacionales, regionales y globales en cuatro ámbitos principales: 1) Espacio fiscal, mediante el aumento de la recaudación y progresividad de la estructura tributaria, gasto público verde y acceso a nuevos mecanismos de financiamiento, como los bonos temáticos; 2) Manejo de riesgos financieros y cambiarios a través de la política macro prudencial; 3) Movilización de financiamiento concesional y banca de desarrollo, para profundizar el financiamiento climático, a través de bancos de desarrollo multilaterales, regionales y nacionales y fomentar los flujos de ODA (Ayuda Oficial para el Desarrollo, por sus siglas en inglés) para combatir el cambio climático; y 4) Mecanismos de alivio de la deuda, como el establecimiento de mecanismos institucionales para su restructuración, y la inclusión de cláusulas vinculadas a desastres y huracanes, y cumplimiento de metas climáticas.”
La revista trimestral de Finanzas y Desarrollo de marzo 2022 una publicación del FMI su título y contenido fue La Política Fiscal, destacándose al inicio lo escrito por la Señora Gita Bhatt Directora Editorial que señala textualmente: “Replantear la política fiscal HACE CASI UN SIGLO, Joseph Schumpeter escribió, “El espíritu de los pueblos, su nivel cultural, su estructura social… Todo esto y mucho más está escrito en su historia fiscal… Las finanzas públicas constituyen uno de los mejores puntos de partida para una investigación de la sociedad”. Luego continua Bhatt que: “Las respuestas innovadoras de la política fiscal ante las consecuencias económicas de la pandemia lo confirman. El poder y la agilidad de la política fiscal fueron mucho mayores de lo que se pensaba posible.”
Por lo mencionado anteriormente el FMI y la CEPAL reconocen que la política fiscal tiene poder e importancia en la resolución de los problemas económicos de un país en el siglo XXI.
¿Cómo está la economía boliviana?
Hay incertidumbre, desconfianza y disminución de la credibilidad sobre el estado de la economía por la escasez de dólares y la venta de las barras de oro para pagar el servicio de la deuda externa que es gasto corriente que acrecentó la relativa inestabilidad del mercado de divisas.
Con expectativas desfavorable que se cierne sobre la economía el presidente del Estado Plurinacional Luis Arce Catacora brindo una entrevista televisiva el martes 11 de abril del 2023 afirmando que no se modificara el tipo de cambio y el precio de la gasolina. Posteriormente, se reunió con los dirigentes nacionales y departamental de Santa Cruz del empresariado privado y dirigentes de la asociación de la banca nacional privada sobre el desenvolvimiento de la economía. Más adelante reconoció que el gas natural toco fondo y que se viene trabajando en exploración de nuevos campos, asimismo, en la inauguración de Expocruz 2023 el 24 de septiembre señalo que: “Somos y nos consideramos el gobierno de la industrialización, pero un gobierno también amigo de los productores; y estos productores, exhortamos a que se unan a este movimiento…”[3] .
Después de tres años de administración gubernamental y su anticipada campaña electoral para las elecciones nacionales de 2025, el gobierno en la presente gestión se acerca al sector privado por necesidad y de interés económico, de que incrementen su producción e inversión que de concretarse mejoraría la recaudación tributaria nacional a favor del Tesoro General de la Nación.
Los resultados económicos observados registran un nivel y tendencia por debajo de lo programado. Al primer trimestre de 2023, el crecimiento económico registro 2,3 por ciento un 47,3 por ciento de la tasa esperada del 2023, la tasa de inflación acumulada a agosto de 2023 de 1,16 por ciento un 32,5 por ciento de la tasa esperada, resultados que no serán fácil de revertir hasta fin de año y respecto al déficit fiscal la información pública actualizada no se cuenta y su tasa programada es de 7,49 por ciento que en el mejor de los casos se concrete por una baja en la ejecución de la inversión pública.
Último informe del FMI a abril de 2023 estima que nuestro país alcanzaría un crecimiento económico de 1,8% muy por debajo de la estimación oficial y una tasa de inflación de 3,6 por ciento cercana a la estimación del gobierno.
El Banco Mundial en su informe de junio 2023 Bolivia el 2023 alcanzaría una tasa de crecimiento económico de 2,5 por ciento.
¿Cuál sería la perspectiva de ingresos y gastos fiscales 2024?
La característica de la economía boliviana de ser pequeña y abierta respecto al total de la economía mundial, es vulnerable a los shocks externos y tomadora de los precios internacionales, y a nivel interno con un sector formal de al menos un cuarto del total de la economía de participación con frenos (controles) y con tendencia declinante por la alta presión tributaria y otros sectores económicos generadores de elevados ingresos y utilidades favorecidos con nula o bajísima presión tributaria, en este escenario los incentivos que es parte fundamental de la economía del sector privado declinan afectando a las empresas y la inversión privada actual y futura.
El panorama económico interno de corto, mediano y largo plazo de Bolivia muestra signos de elevada vulnerabilidad en cuanto a la sostenibilidad del crecimiento económico, generación y acumulación del stock de divisas, ingresos fiscales, elevación del servicio de la deuda externa, aumento del déficit fiscal, desempleo y expectativas inflacionarias.
Los agentes económicos “Consumidores” y “Empresarios” son sensibles a los acontecimientos económicos, sociales y políticos y también a la política económica del “Gobierno” como el hecho de que gasta más de lo que recauda en impuestos e incurre en el crecimiento de la deuda pública y además perciben un contexto externo desfavorable, ante tal situación los empresarios privados están ajustando sus costos, para evitar que su precio promedio de sus productos sea menor al costo variable medio.
Para que las entidades públicas puedan contar con más ingresos y gastos en 2023, el gobierno envió a la Asamblea Legislativa y derivada a la comisión de Planificación, Política Económica y Finanzas de la Cámara de Diputados el proyecto de ley que modifica el Presupuesto General del Estado (PGE) 2023, para adicionar más de Bs. 5.421 millones que equivale al 2% de los recursos aprobada en la Cámara de Diputados, que es una acción previa a la presentación del proyecto de ley del presupuesto General del Estado 2024, sin embargo, aún pendiente su promulgación que afectara desfavorablemente la ejecución y cierre presupuestario y contable del sector público del 2023.
Acerca de la emisión de los bonos soberanos 2024 que es una fuente de financiamiento programado, para proyectos de inversión pública no se cuenta con información oficial, que si no logra concretar no se realizaría o sería sustituida por otra fuente interna de financiamiento.
Un posible escenario económico del PGE 2024 se construyó con los datos de los años 2023 y 2024 del último informe a abril 2023 del FMI que presenta cifras estimadas de crecimiento económico de 1,8% y 1,9% y tasas de inflación para los mismos años de 3,6% y 3,8% respectivamente[4]. Para el régimen cambiario se espera que el tipo de cambio fijo se mantenga Bs6,86 por $US1 según declaración pública del presidente Arce y el déficit fiscal respecto al PIB esperado en un rango de 7% y 8%, porque aparentemente se mantendría la actual estructura de organización administrativa y económica del sector público y su planta burocrática debido a la cercanía de la fecha de la elección presidencial. (ver cuadro1)
La característica esperada del proyecto de ley de Presupuesto General del Estado (PGE) 2024 no sería muy diferente del que prevalecieron en anteriores gestiones pasadas como fue: el incremento del PGE agregado y consolidado; tipo de cambio fijo; expansión del gasto público (corriente y de capital); elevado déficit fiscal, desahorro público, deuda flotante, crédito externo, crédito interno y continuar con una política económica de redistribución del ingreso, creación de empresas públicas y sustitución de importaciones en un marco de capitalismo de Estado modelo de transición hacia un sistema económico socialista, excepto que los ingresos públicos por la exportación de gas serían menores respecto a gestiones anteriores anunciado por autoridades gubernamentales, que significará menor ingreso de divisas y depósitos en las cuentas fiscales, baja recaudación tributaria, coparticipación tributaria y regalías.
Los gastos fiscales corrientes serían cubiertos con los ingresos fiscales corrientes y los ingresos de capital no serían suficientes para financiar la inversión pública, brecha fiscal que serían financiados con crédito público porque ya no se cuenta con un espacio fiscal[5], sin embargo, el PGE para el 2024 continuaría elevándose.
El ratio PGE/PIB para el 2022 y 2023 fue 79% y 80% respectivamente y para la gestión 2024 sería similar o aumentaría, de igual manera, los gastos del Tesoro General de la Nación (TGN) también se elevarían porque aproximadamente un 90 por ciento son recurrentes e inflexibles a la baja, como son el pago de salarios, renta vitalicia, servicio de la deuda pública, los programas sociales y transferencias condicionadas y no condicionadas, así como las subvenciones a los hidrocarburos, alimentos y servicios básicos.
Con relación a los presupuestos de las gobernaciones 2024, según la directora de gestión presupuestaria del Ministerio de Economía[6], indico que algunas gobernaciones fueron afectadas por la disminución de los ingresos por la exportación de hidrocarburos, por concepto de regalías, el impuesto directo a los hidrocarburos y sus derivados que están vinculados a la variación del precio internacional del petróleo y al incremento o reducción de la producción de gas natural, sin embargo, tendrán un incremento en sus asignaciones por otras fuentes de ingresos.
Por todo lo mencionado en el presente análisis las cuentas públicas esperadas 2024 no será un problema central el gasto público en sí mismo, sino es el financiamiento del gasto público que no sería con ingresos genuinos, es decir los impuestos, y continuaría recurriendo al crédito público interno y externo afectando a la generación presente y futuro de los bolivianos al asumir el compromiso de utilizar los ingresos públicos, para amortizar el capital y el pago de intereses de la deuda pública honrando la fe del Estado, como sucedió en la presente gestión 2023 utilizando las barras de oro para pagar el servicio de la deuda externa, y otra restricción es la situación del flujo de divisas y el stock de las reservas internacionales netas del Banco Central de Bolivia, es decir el elevado déficit fiscal y nivel y tendencia declinante de las RIN afectaran desfavorablemente la economía.
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[1] Primera plana del periódico Ahora EL PUEBLO del 28 de agosto de 2023.
[2] Informes económicos de organismos multilaterales y declaraciones de autoridades gubernamentales.
[3] Periódico “Ahora EL PUEBLO”, lunes 25 de septiembre de 2023
[4] Las tasas de crecimiento económico y de inflación estimadas de 2023 y 2024 podrían elevarse si las empresas públicas que están en implementación inicien sus operaciones y comercialicen sus productos en el mercado interno y externo y no se mantenga la subvención de los servicios básicos, alimentos, incentivos hidrocarburos, precios regulados y continue funcionando diferentes mercados cambiarios, dejando a un lado la inflación reprimida. Por otra parte, el Banco Mundial en su informe Perspectivas económicas mundiales de junio 2023 la proyección de crecimiento económico de Bolivia al 2023 es de 2,5 por ciento.
[5] El espacio fiscal es la disponibilidad de recursos para financiar un incremento en el gasto público sin comprometer la sustentabilidad de la posición financiera del gobierno o la estabilidad de la economía (Heller 2005).
[6] Publicado en EL DEBER de Santa Cruz.
Germán Molina Diaz, Economista, miembro de número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas, docente de la UCB e Investigador asociado del IISEC.