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Opinión

¿Fácil o difícil resolver problemas económicos?

18 de Septiembre, 2024
GERMÁN MOLINA DIAZ
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La actual situación económica, política, social y del medio ambiente en el país es compleja, delicada, sin perspectiva de resolverla en el corto plazo.

¿Es fácil o difícil, solucionar los problemas: económicos; políticos; sociales y medio ambientales en el corto plazo y largo plazo de Bolivia?, la pregunta es complicada y para dar una respuesta se tienen que revisar los antecedentes históricos económicos, el marco normativo, conceptual, modelo económico, la política económica, los factores internos, externos y sus resultados, sin embargo, en una columna de opinión el contenido debe ser breve y en ese sentido priorizaré lo importante.

Un comienzo es la creación de la República de Bolivia, su acta y declaración de independencia, y la actual Constitución Política del Estado: 

ACTA DE LA INDEPENDENCIA DE BOLIVIA “Declaración: …y ser regidos por la constitución, leyes y autoridades que ellos propios se diesen y creyesen más conducentes a su futura felicidad en clase de nación, y el sostén inalterable de su santa Iglesia Católica, y de los sacrosantos derechos de honor, vida, libertad, igualdad, propiedad y seguridad…”  6 de agosto de 1825.

La Constitución Política del Estado (CPE), aprobada en el referendo del 25 de enero de 2009 y promulgada el 7 de febrero de 2009, determina el modelo económico boliviano plural orientado a mejorar la calidad de vida y el vivir bien de todas las bolivianas y los bolivianos[1]

La economía plural está constituida por las formas de organización económica comunitaria, estatal, privada y mixta. La organización económica comunitaria comprende los sistemas de producción y reproducción de la vida social, fundados en los principios y visión propios de las naciones y pueblo indígena originario y campesinos.

La gestión gubernamental del primer presidente de Bolivia, el libertador Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco en sus actos administrativos tuvieron orientación liberal.

El primer presidente indígena Evo Morales Ayma que asumió la administración gubernamental desde el 2006 aprobó disposiciones legales orientadas a una mayor presencia estatal, dirigida sólo a promover la acumulación capitalista a cambio de mayores ingresos fiscales que financien políticas populistas, a costo de relegar la atención a la producción destinada al mercado interno y externo, basada en una concepción de la sociedad y la economía que pretende mostrar las acciones estatales como fruto de decisiones colectivas pactadas libremente, sin respetar la libertad individual de las personas y los costos elevados de pérdida de la productividad y competitividad económica del país, que continúa a un año del bicentenario de la creación de la República.

Durante los 199 años transcurridos (1825-2024) las diversas administraciones gubernamentales asumieron estructuras organizativas administrativas del Estado boliviano, modelo y políticas económicas, de característica liberal y estatal como un reloj de péndulo antiguo.

Las fuentes de los ingresos del país fueron la exportación de: plata, guano, salitre, corteza del quino (quinina), goma, estaño, gas y durante más de una década se gastó para explotar el litio. que a la fecha no tiene resultados concretos.

Al crearse como República Bolivia tenía 2.363.769 km2 y en la actualidad la superficie es de 1.098.581 km2, con una perdida territorial de 1.265.188 km2, incluido el acceso a las costas del pacifico que ocurrió por guerras territoriales y por vía diplomática.

En el siglo XX y XXI sucedieron diversos acontecimientos económicos: nacionalizaciones de empresas privadas; creación y cierre de empresas públicas; sustitución de importaciones; contratación de elevado monto de deuda externa; deuda interna elevada; condonación de la deuda externa; pedido de otra condonación de la deuda externa; expansión del gasto público superior al ingreso público; crisis de balanza de pagos; hiperinflación; apreciación y depreciación de la moneda; emisión inorgánica de moneda; creación de cheques de gerencia como moneda; devaluación de la moneda; reformas monetarias; reforma presupuestaria, sistemas de administración y control gubernamental; servicio civil; déficit y superávit de balanza comercial; déficit y superávit fiscal; bonanza y crisis económica; relativo crecimiento económico; sector informal más del 80 por ciento de la economía en el empleo; centralismo de gestión gubernamental; corrupción; pesado brazo operativo público; estatismo-liberalismo-estatismo (péndulo); controles; control de divisas; tipo de cambio fijo; bolsín; comité de divisas; brecha cambiaria; atraso cambiario; elevadas, bajas y negativas reservas internacionales netas; control de exportaciones; cuotas de exportación; subvención; bono patriótico; segundo aguinaldo; riesgo país; inflación reprimida y postergada; tamaño del Estado de más del 90 por ciento del PIB[2], etc., y el país continúa siendo pequeño y abierto dependiente de la exportación de materias primas. 

¿Cómo está la economía boliviana al 2024?

Hay incertidumbre, desconfianza y disminución de la credibilidad sobre el estado de la economía por la escasez de dólares y combustibles, la venta de las barras de oro para pagar el servicio de la deuda externa que es gasto corriente que acrecentó la relativa inestabilidad del mercado de divisas, la aparición del mercado paralelo del dólar y una brecha cambiaria creciente.

Con casi cuatro años de gestión la actual administración gubernamental se acerca al sector privado por necesidad e interés económico, para que incrementen su producción e inversión e incidan en el crecimiento económico, que de concretarse mejoraría la recaudación tributaria nacional a favor del Tesoro General de la Nación, la liquidez en moneda nacional y en dólares.

La economía boliviana es pequeña, porque apenas representa un 0,0447 por ciento respecto al total de la economía mundial y es sumamente abierta porque nuestra producción depende en 67,8 por ciento de la demanda externa (exportaciones e importaciones) es vulnerable a los shocks externos y es tomadora de los precios internacionales. A nivel interno con un sector formal de al menos un cuarto del total de participación en la economía, con frenos (controles) y con tendencia declinante por la alta presión tributaria; y otros sectores económicos generadores de elevados ingresos y utilidades, favorecidos con nula o bajísima presión tributaria, en este escenario los incentivos que son parte fundamental de la economía del sector privado declinan afectando a las empresas y la inversión privada actual y futura.

El panorama económico interno de corto, mediano y largo plazo muestra signos de elevada vulnerabilidad en cuanto a la sostenibilidad del crecimiento económico, baja generación y acumulación del stock de divisas, brecha cambiaria y atraso cambiario que aumenta; ingresos fiscales menores a los gastos fiscales, exportaciones menores a las importaciones, elevación del servicio de la deuda externa y menores desembolsos de crédito externo, así como desempleo y expectativas inflacionarias.

A nivel internacional según informes de las instituciones calificadoras de riesgo país, Bolivia se encuentra en el segundo lugar con más de 2.000 puntos, después de Venezuela, que significa no atractivo para las inversiones extranjeras directas y encarecimiento en el costo del crédito externo.  

El sector público desde el 2014 hasta el 2024 registra un elevado déficit fiscal[3] respecto al Producto Interno Bruto (PIB) acumulado de 84,39 por ciento, por mantener un elevado gasto público que no puede ser financiado con recursos genuinos porque “no hay plata” y para cubrir la brecha faltante recurre al endeudamiento externo e interno que al inicio es un ingreso de recursos en dólares y cuando se cumplen los vencimientos, según los plazos establecidos en contratos, significa una salida de dólares para pagar los intereses y la amortización del capital.

En el período 2015-2023 la balanza comercial acumulada en nueve años alcanzó un déficit respecto al PIB de 43,4 por ciento, porque las importaciones estuvieron por encima de las exportaciones. 

Bolivia en la actualidad se caracteriza por tener déficits gemelos de balance fiscal y balance comercial. Por otra parte, los déficits gemelos permanecen nueve años y al prolongarse tiene sus consecuencias no favorables en la inversión y el consumo, por la desconfianza de los consumidores y empresarios acerca del modelo económico, política económica y sus resultados.

Al 31 de diciembre de 2023 las RIN del BCB alcanzaron a $US1.709 millones, cifra muy distante a la registrada el año 2014 que fue de $US15.123 millones. Al 31 de agosto de 2024 registró un saldo de $US1.905 millones, que significa un incremento de $US196 millones respecto al 2023, sin embargo, continua la “Brecha Cambiaria” que el miércoles 11 de septiembre del 2024 fue de Bs3,36 (48,3%) y el jueves 12 de septiembre fue de Bs3,84 (55,2%) que registra un crecimiento ascendente de la brecha cambiaria de 14,3 % en 2 días por descuidar sencillas verdades económicas. 

¿Cómo resolver los problemas económicos?

En un contexto de oferta de recursos económicos escasos respecto a una demanda inmensa de las personas, una forma de resolverla es restituir la institucionalidad y utilizar los mecanismos de mercado, para asumir políticas económicas de ajuste destinadas a poner en orden la casa, es decir buscar reestablecer los equilibrios macroeconómicos, fortalecer la gobernabilidad: la capacidad del gobierno para procesar demandas de la sociedad y darle respuesta oportuna, y también la gobernanza que conduzca a pensar en la necesaria complementariedad que requiere la capacidad gubernativa, mediante la acción participativa y horizontal de actores políticos, económicos, sociedad, justicia, pesos y contrapesos y la servidumbre a las leyes.

Es difícil resolver los problemas económicos que fueron acumulándose durante aproximadamente dos décadas continuas por utilizar un modelo económico que ya fue experimentado anteriormente sin éxito y la sociedad ya no lo acepta debido a que está siendo afectada en sus bolsillos y el futuro económico es incierto.

Ante una realidad concreta de dificultades económicas que se vive no se puede postergar asumir medidas de corrección o de poner en orden la casa mediante políticas económicas asumiendo decisiones difíciles; con poca información, el tiempo en contra y una población descontenta exigiendo soluciones inmediatas, como vivimos actualmente en nuestro país por la escasez de dólares, diésel, gasolina corriente y la elevación de los precios de los productos y servicios, protestas sociales, y los responsables definidos en la CPE no se pueden dar el lujo de ignorar lo urgente que afecta la vida de las personas. 

La cuestión es cómo enfrentarán los problemas económicos, qué recursos tienen, cómo lograrán que llegue oportunamente la solución a los ciudadanos, qué pasará después.

La política económica depende del escenario en el cual la población está siendo afectada por problemas sobre la cual se aplica.  Es difícil encontrar una medida de política económica que mejore la situación de todos, o al menos que mejore la de algunos sin comprometer la de otros, o que afecte a todos en diferentes magnitudes y que aceptarían soportarlo según sus expectativas futuras de tener un mejor porvenir y poder hacer buenos negocios al interior y exterior del país.

La disyuntiva de ortodoxia económica versus heterodoxia económica[4], para resolver los problemas económicos que afectan a todos los ciudadanos tiene que ser sustituida basando la política económica en la realidad económica, social, política, cultural y psicológica utilizando el cajón de herramientas económicas del que disponemos los economistas.

Es difícil resolver los actuales problemas económicos que afectan a todos los bolivianos de manera heterogénea, así como individualmente les afectan y los solucionan temporalmente de alguna forma, sin embargo, postergar la toma de decisiones acelera el deterioro económico. 

Finalmente, los diseñadores de política económica tienen que considerar vital crear confianza y credibilidad, recursos disponibles líquidos en moneda doméstica y divisas, y lo fundamental: coraje y firmeza para llevar adelante una política de ajuste económico destinada a reestablecer los equilibrios macroeconómicos, comenzando gastando con ingresos genuinos y lograr superávit fiscal acompañado de un aumento de los billetes y monedas en poder del públicos y los bancos, a una tasa de crecimiento similar a la producción de bienes y servicios, complementado con un régimen cambiario que determine el tipo de cambio de bolivianos por un dólar mediante un mecanismo conocido como el “Bolsín”, que funcionó a partir del 29 de agosto de 1985, aprobado mediante Decreto Supremo N° 21060.

También será necesario trabajar en la reprogramación de la deuda externa con los organismos multilaterales y bilaterales, y un proyecto de Presupuesto General del Estado 2025 elaborado con la técnica de Presupuesto Base Cero con el objetivo de reducción del gasto público.    

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[1] Cuarta Parte Estructura y Organización Económica del Estado, Título I Organización Económica del Estado, Artículo 306 Constitución Política del Estado

[2] PGE 2024 respecto al PIB más del 90%.

[3] Memoria de la Economía Boliviana 2023, que salió a la venta el viernes 6 de agosto con información a septiembre 2023 del déficit fiscal respecto del PIB de 5% que incorporando la información del cuarto trimestre 2023 periodo de elevada expansión del gasto público llegaría a dos dígitos.

[4] Como decía Keynes, según Skidelsky “El gran economista debe poseer una rara combinación de dotes. Debe ser matemático, historiador, estadista y filosofo (en cierto grado). Debe comprender los símbolos y hablar en palabras corrientes. Debe contemplar lo particular en términos de lo general y tocar lo abstracto y lo concreto con el mismo vuelo del pensamiento. Debe estudiar el presente a la luz del pasado y con la vista al futuro. Ninguna parte de la naturaleza del hombre o de sus instituciones debe quedar por completo fuera de su consideración. Debe ser simultáneamente desinteresado y utilitario: tan fuera de la realidad y tan incorruptible como un artista, y sin embargo en ocasiones, tan cerca de la tierra como político”

 

El autor es economista, miembro de número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas, docente de la UCB e Investigador asociado del Instituto de Investigaciones Socio Económicos (IISEC) de la UCB.