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Opinión

Evo y el (no) futbol

18 de Julio, 2022
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AGUSTÍN ECHALAR ASCARRUNZ

En los últimos días se ha publicitado uno torneo de futbol internacional que va a tener lugar en pleno trópico cochabambino, está financiado por las confederaciones de productores de la no tan sagrada hoja de coca, y llevará el nombre de su secretario general, el ciudadano Evo Morales Ayma.

Promocionar el deporte, la competencia sana, sobre todo entre los jóvenes, (se trata de un campeonato sub 17), parece una muy buena e irreprochable idea, por lo que los reclamos de la oposición parecerían estar fuera de lugar, aunque claro, las cosas no son tan simples, y el nombre que se da a un torneo, no es ni insignificante, ni debe ser tomado a la ligera.

¿Qué mensaje se le esta dando a la juventud si se permite que un torneo sea financiado por quienes producen materia prima para la fabricación de cocaína? ¿Se está tratando de normalizar ese producto?  ¿se está diciendo a los jóvenes que no hay ningún problema con hacer un modo de vida ligado aunque sea tangencialmente al narcotráfico?  Y aquí debemos ser claros, lo cierto es que toda la producción de coca está contaminada con la cocaína, solo por el hecho de la distorsión en su precio que se da debidola demanda de la hoja para la producción de ese estupefaciente. Para colmo, sabemos que la mayor parte de la coca del Chapare termina convirtiéndose en una especie de harina.

El otro problema está con el nombre del certamen , “Copa Evo Morales”. Morales es mundialmente famoso  en lo que respecta al futbol,  lo he constatado personalmente.  Una vez, en un barcito de Malasaña en Madrid, unos parroquianos que al igual que yo estaban en la barra, al saber que yo era de Bolivia, inmediatamente se refirieron a Evo, no , no me hablaron del “proceso de cambio” , lo que recordaban era  el  punta pie en la entrepierna que le propino a un contrincante,  algo que hizo con una tremenda alevosía, (el episodio empeoró,  porque no fue expulsado el agresor, sino el agredido). En efecto , la ( mala) fama de Evo es grande.

Morales es un mal ejemplo para el futbol, y una vergüenza para el deporte que debe practicarse con bonhomía, actuando como un kapac, como diría el Vice Presidente Choquehuanca.

 Pero no se trata de solamente ese desagradable detalle, sino de todo lo que hizo Morales durante su presidencia, cuando convirtió al futbol en parte de la ritualidad del Estado, con partidos convertidos en una suerte de espectáculo donde él se podía lucir, y su partido ganar.

El abyecto culto a la personalidad a la que Bolivia fue sometida durante los largos catorce años del gobierno de Evo Morales resurge con este campeonato al que se le ha dado ese inadecuado nombre.

Hay algo más, las aseveraciones del ex presidente en sentido de que se critica este nombre, porque los opositores no quieren el nombre de un indio en un campeonato. Este argumento es de una enorme bajeza, por un lado porque acusa a quienes lo critican de ser racistas, y por el otro porque recurre a la ya trillada  y falsa estrategia de victimismo que es una de las columnas sobre las que se construyó un gobierno autoritario.

Es tan absurda esta aseveración en este caso, que en realidad pone en evidencia la falacia de la misma en casi todas las circunstancias.

Quienes siguen mi columna sabe de mi poco conocimiento del futbol, y de mi poco interés por ese deporte, aunque no dejo de percibir la enorme importancia simbólica que este puede tener. De cualquier manera, lo que aquí tenemos, y de lo que trata esta columna, no es de futbol, sino del mal manejo de los símbolos, del mal uso de los ejemplos y de las manías de grandeza de un personaje que tiene una enorme pequeñez de alma.

Si se quiere honrar el futbol, una nueva copa debería tener el nombre de un jugador, (y mejor si es “indio”) que hubiera dado muchas alegrías a la hinchada, no el de un exgobernante que hizo uso y abuso de ese deporte para sus propios fines. 

Agustín Echalar es operador de turismo

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