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Opinión

El gato, (la) boa, la aeronáutica, y el estado

19 de Diciembre, 2022
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AGUSTÍN ECHALAR ASCARRUNZ

Hace más de una semana tuvo lugar un pequeño hecho que se hizo viral, un gatito que estaba siendo transportado por BOA, se escapó de su jaula y eso consternó no solamente a su dueña.

Esta historia no deja de ser un misterio digno de la pluma de Ágata Christie, ¿Quién abrió la jaula?, ¿Quién no la cerró?, ¿Quién liberó al cautivo? ¿Alguien se llevó el precioso animalito?...

El misterio del gatito ha hecho furor en las redes sociales y luego en la prensa, ha despertado gran solidaridad hacia la dueña, y la condena a la negligencia de la aerolínea, ambas reacciones comprensibles si se hubieran mantenido dentro de ciertos límites, pero los excesos estuvieron a la orden del día, alguien sugirió que la aerolínea debería pagar una compensación de un millón de dólares.

El asunto se extrapoló, muy rápido se dejó de lado al gatito, primero la gente empezó a reclamar por BOA, tildándola como la peor aerolínea del “mundo mundial”, luego al gobierno, y hubo voces que reclamaron la cabeza no solo de los altos directivos de BOA, sino del ministro encargado de la actividad aeronáutica, y del propio presidente Arce.

No soy una persona poco viajada, y tengo que decir que mis experiencias con Boa no son malas, o no son peores, compradas con otras aerolíneas bolivianas, latinoamericanas, o europeas.  (Claro que la mía es una observación subjetiva, del mismo modo que lo son las observaciones de las redes sociales). 

Como buen liberal creo que el estado no debería hacer negocios, y por lo tanto me disgusta tener una aerolínea estatal por tres motivos, el primero es que creo que termina siendo una competencia desleal hacia los emprendedores privados que quieran hacer una aerolínea, el segundo es que creo que los números son manejados de una manera tan antojadiza, que es posible que estemos subvencionando una actividad que podría funcionar sin esa subvención,  algo que por lo demás impide la libre competencia y crea de facto un monopolio, que en el peor de los casos lleva a un mal servicio, producto de la falta de competencia.

 El tercer motivo tiene que ver con una desviación política; las empresas estatales, aparte de su potencial ineficiencia, terminan siendo un engranaje que vulnera o devalúa la democracia, esto en la medida en que se convierten en un botín apreciado, tanto por las cúpulas del aparato de poder que pueden acceder a algún negocio “non sancto”, como para el ciudadano general que se afilia al partido de gobierno no por convicción sino por acceder a un trabajo, y en el peor caso hasta engorda las arcas del partido que le dio la pega.

Sin embargo no se crea que una privatización sería la panacea, ¿tendría Bolivia un mejor servicio aéreo si no existiera BOA? Posiblemente no, no hay un registro de una empresa aérea boliviana que hubiera sido verdaderamente buena. Ud. tal vez podría sugerir que vengan empresas extranjeras grandes, eso tampoco garantiza nada, acordémonos de la pésima experiencia Vasp.

La triste verdad es que tal vez nuestro mercado no aguante a una empresa de aviación verdaderamente buena, somos un país pobre, y con un mercado incipiente, no podemos darnos el lujo de tener una flota de aviones de última generación, ni una administración ultra eficiente, con aviones y tripulaciones dispuestas para solucionar cualquier contratiempo climático o técnico en forma expedita.

La gente se queja ante todo de los retrasos en los vuelos, como si estos no hubiera en otras partes del mundo y en otras aerolíneas. Los retrasos en los vuelos tienen que ver ante todo con condiciones climatológicas y muy esporádicamente con problemas mecánicos que de seguro tardan más en ser reparados por la misma debilidad de la infraestructura con la que se cuenta. 

No deja de ser interesante que una situación producto de una muy leve negligencia, que no puso en riesgo la vida de ninguna persona, cobrara un vuelo tan alto. Esperemos que el gatito aparezca, y si no sucede eso, que sea feliz en su nueva vida.

Agustín Echalar es operador de turismo 

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